El año arrancó convulsionado para el cine nacional y los trabajadores de la cultura. A pesar de que las producciones argentinas triunfan en festivales internacionales y que la prestigiosa revista de cine Cahiers Du Cinéma (fundada por el mismísimo Godard) nombró a Trenque Lauquen de Laura Citarella como la mejor película del año -por encima de la ganadora de Cannes y del mismísimo Spielberg-, el nuevo gobierno de Argentina se niega a reconocer el valor de nuestro cine en el país y en el mundo.
Primero se vio amenazada la llamada Ley de Cine, en vigencia desde hace 30 años, al presentarse el proyecto de Ley Ómnibus de Javier Milei. Esta legislación garantiza el funcionamiento del fondo de fomento de la actividad cinematográfica nacional, el cumplimiento de la cuota de pantalla y la regulación de la actividad cinematográfica en todo el territorio de la República Argentina y en el exterior en cuanto se refiere a la cinematografía nacional.
A mediados de enero, el director de la premiada Argentina, 1985 (2022) Santiago Mitre se presentó ante el plenario de comisiones de Diputados que trataba la ley, para exponer su defensa del cine argentino junto a la productora Vanessa Ragone (El secreto de sus ojos).
Mitre expuso en representación de la Cámara Argentina de la Industria Cinematográfica y remarcó que la pérdida de la autonomía en la industria nacional implicaría menor calidad y diversidad para el cine argentino, además de la susceptibilidad de convertirse en una herramienta sujeta a los caprichos de la política.
“El cine no pide plata, pide que se mantenga la ley que le permite autofinanciarse”
El INCAA es una entidad autárquica (es decir, de carácter autosuficiente) que no depende del Estado. La principal fuente de financiamiento del Instituto es el mencionado Fondo de Fomento Cinematográfico (FFC), compuesto por ingresos provenientes del 10% sobre el precio básico de venta de todas las entradas de cine y videogramas grabados (DVD y VHS) y el 25% de lo recaudado por el ENACOM (Ente Nacional de Comunicaciones), a partir del impuesto a la facturación de los canales de TV y servicios de cable por usar el espectro radioeléctrico.
Además, el INCAA cobra aranceles por la clasificación y exhibición de películas para cine, la venta de entradas en su red de salas a lo largo de todo el país y el alquiler de estrenos cinematográficos argentinos a través de la plataforma CINE.AR Play y CINE.AR Estrenos, las plataformas argentinas de video a demanda del INCAA y ARSAT, destinadas al contenido nacional: películas, series, documentales y cortos de la más amplia variedad de géneros.
La institución también genera ingresos a través del reembolso de créditos otorgados, intereses y rentas de los fondos de que sea titular, con los legados y donaciones que reciba y con otros conceptos establecidos en la ley y todo otro ingreso proveniente de la gestión del organismo.
Debido a los cambios en el consumo, producción y distribución audiovisual en las últimas tres décadas, se propuso hace poco cobrar un canon del 10% a las plataformas de streaming que operan en el territorio nacional, pero la propuesta no prosperó. Los aportes del Tesoro Nacional al INCAA han sido esporádicos, y no hay ninguna correlación directa entre la inversión en cultura y la pobreza en el país. De hecho, esta es una medida que dejaría sin trabajo a miles de familias y atenta contra la producción nacional.
“Argentina es el país que más nominaciones al Oscar tiene en la región. ¿Por qué sucede eso? Porque hay una Ley de Cine que sostiene y fomenta la existencia de un cine argentino. Las películas argentinas se exportan a todo el mundo, son reconocidas en todo el mundo, generan divisas, trabajo de calidad y valor agregado. Le dan visibilidad a nuestro país, generan admiración, ¿por qué queremos destruir eso? ¿Para qué?”
Las mismas preguntas que hizo Mitre en enero siguen vigentes ahora frente a la situación del Instituto de Cine y Artes Audiovisuales. La semana pasada, los trabajadores del INCAA advirtieron sobre un plan de desguace, después de una reunión con el nuevo presidente de la institución, el economista Carlos Pirovano.
El nombramiento del funcionario, sin ninguna experiencia ni mérito en el rubro audiovisual, fue dispuesto en el Decreto 202/2024, publicado el jueves pasado en el Boletín Oficial, con las firmas del presidente Javier Milei y la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello.
Esta semana se conoció la firma de la resolución que deja sin trabajo a cientos de trabajadores del INCAA, suspende el pago de horas extra, los gastos de transporte, la renovación de locaciones y la financiación de festivales. Entre ellos, el prestigioso Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, el único clase A de toda la región, que ha albergado estrenos mundiales y artistas invitados de la talla de Bong Joon Ho (Parasite) y Greta Gerwig (Barbie) en los últimos años.
Con este comunicado desde la cuenta del Ministerio de Capital Humano, se oficializaba el desguace del Instituto de Cine y Artes Audiovisuales el día de ayer. Un plan de desmantelamiento que pone en peligro instituciones históricas como el Cine Gaumont, la ENERC (Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica) -de donde se graduaron prestigiosos cineastas como Fabián Bielinsky, Lucía Puenzo y Lucrecia Martel.
“Desde que subió este gobierno la actividad cinematográfica está paralizada y las últimas medidas no hacen más que confirmar una parálisis total. Esto es virtualmente un cierre. Para cerrarlo necesitan una ley que posiblemente crean que no pueden sacar, entonces le quitan sus funciones”
En diálogo con Página 12, el cineasta argentino Marcelo Piñeyro (Tango Feroz, Caballos Salvajes) se refirió al modelo de producción cinematográfica local, desmantelando todos los argumentos esgrimidos por el gobierno nacional. También se pronunciaron en contra de las medidas reconocidos artistas internacionales como Pedro Almodóvar, Alejandro González Iñárritu, Juan Antonio Bayona y Aki Kaurismäki, entre otros.
Y los actores argentinos aprovechan cada minuto de difusión internacional, dedicando valiosos minutos en sus discursos de agradecimiento al ser premiados en festivales como los de Berlín y Málaga, para denunciar el ataque a la cultura en el territorio argentino ante los medios internacionales.
Sin ir más lejos, hoy se hicieron eco de la preocupante situación de la cultura nacional y los embates del gobierno mileísta los reconocidos medios estadounidenses de espectáculos Variety y Deadline Hollywood. El artículo de Variety también destaca que las nuevas medidas ponen en peligro el destacado mercado de cine y televisión con sede en Buenos Aires, Ventana Sur, organizado conjuntamente por el INCAA y el Marché du Film de Cannes.
En el terreno local, el día de hoy se reunieron con el nuevo presidente del INCAA, Carlos Pirovano, la Asociación Argentina de Actores y Actrices y SICA-APMA (Sindicato de la Industria Cinematográfica Argentina) y se planteó la gran preocupación ante la situación de crisis y estancamiento del trabajo y la producción cinematográfica, que las nuevas medidas están lejos de solucionar.
Mañana jueves 14 de marzo, la comunidad cinematográfica y distintas agrupaciones en defensa de la cultura convocan a una movilización federal a las 17hs. En CABA se realizará en la puerta del histórico Cine Gaumont, sito en Av. Rivadavia 1635, frente a la plaza del Congreso. Allí se realizará una conferencia de prensa para anunciar una amplia campaña social, cultural y política en defensa del cine nacional y una importante convocatoria abierta a un encuentro de personalidades, colectivos y público en general el próximo 23 de marzo.
