El año pasado terminaron grandes series como Succession (2018-2023), Ted Lasso (2020-), Barry (2018-2023) y The Great (2020-2023), que dejaron un vacío enorme a la hora de entregar premios a lo mejor de la pantalla chica. Mientras, otras como House of the Dragon (2022-) y Squid Game (2021-2025) se hicieron esperar más de dos años entre una temporada y la siguiente. Ni que hablar de los pobres fans de Severance (2022-) o Stranger Things (2016-2025), que se hicieron viejos esperando que continúe la historia, después de un gran cliffhanger en el final de temporada anterior.
Es cada vez más común tener que esperar años entre una temporada y otra, un mal que se siente especialmente fuerte entre las series de gran nivel de producción (aunque otras de menor escala, como The Sex Lives of College Girls, no le escapan al fenómeno). Ya sea por problemas de agenda, escala, huelgas de guionistas o simplemente mala planificación, grandes series que podrían haber sido un producto redondo van perdiendo adeptos por el camino, y quién puede culparlo.
Es más, esto dio lugar a un nuevo fenómeno (que llamaremos wait-binging, recuerden que lo leyeron acá primero). Esto es, mucha gente prefiere esperar a que las temporadas estén completas y las historias cerradas, para sentarse a ver todo de una vez antes de invertir emocionalmente en algo que quizás los deje esperando una resolución durante años. De alguna manera, es también un ahorro de tiempo, ya que se hace bastante necesario el rewatch cuando está por llegar la próxima temporada de tu serie preferida y pasaron años desde el último episodio.
Por otro lado, tenemos series como The Bear (2022-), con una velocidad de producción impresionante, que no va en detrimento de su calidad. Por el contrario, la serie de Christopher Storer elevó la vara de la segunda temporada con el nivel de sus guiones, actuaciones y dirección, que le valieron todos los premios. En lugar de dormirse en los laureles, el chef Carmy y compañía sacaron su tercera temporada inmediatamente y ya anunciaron una cuarta (que se rumorea está parcialmente filmada). Y por tercera vez consecutiva desde su estreno, entra en nuestra lista de mejores series del año.
Mientras tanto, Marvel recuperó la punta con dos grande producciones que sorprendieron incluso a los más crédulos: por un lado, la excelente primera temporada de la serie animada X-Men ’97 (2024-). Lo que al principio sonaba como un descarado reboot nostálgico (que por supuesto estábamos dispuestos a ver igual) terminó siendo una sentida secuela, comprometida con su historia, contexto y lógica interna. Del mismo modo, la ¿miniserie? Agatha All Along (2024-) tomó a uno de los personajes más inesperados de Marvel para darle el primer spin-off de su universo televisivo. Y el resultado fue una temporada exquisita que homenajea los musicales, la importancia de las brujas en la cultura pop y presenta nuevos personajes claves para el MCU.
Por su parte, DC no se quedó atrás, también con una historia centrada en un villano que no parecía tener mucho para contar y sorprendió a todos. La creadora de The Penguin (2024-), Laura LeFranc, concibió una temporada que funciona perfectamente como spin-off de The Batman (2022) y a su vez como historia autoconclusiva sobre el origen de un personaje complejo e interesante, que explora sus traumas pero jamás lo justifica. Mientras tanto, amplía el universo de Ciudad Gótica, sus corruptos sistemas y sus conflictuados habitantes, que a veces son víctimas y a veces, victimarios. DC encontró la fórmula que le funcionó tan bien a Marvel durante años: la de enmarcar sus historias comiqueras en géneros de probada eficacia. En este caso, el drama de mafiosos.
La pantalla chica siempre fue el hogar perfecto para los antihéroes, ya que en la extensión de una serie se pueden explorar mejor sus matices y motivaciones. La historia reciente de la televisión y la era de la Peak TV está llena de estos ejemplos. Pero el streaming cambió las reglas de la TV tradicional, y lo que antes eran fórmulas infalibles se convirtieron en apuestas arriesgadas. El nuevo modelo es producir títulos nuevos a mansalva y cancelar temporadas sin miramientos, haciendo que cada vez sea más difícil para el público seguirles el ritmo. El daño alcanzó incluso a los titanes de la industria, con HBO y Disney como ejemplos de marcas que detonaron su prestigio y credibilidad construidas a lo largo de tantos años para ponerse al día con las nuevas tendencias.
Por supuesto, el paro de guionistas y actores del año pasado también dejó secuelas, muchas de las cuales ya se empiezan a sentir -como temporadas más cortas y premiaciones impensadas– y muchas de las que seguiremos viendo consecuencias a largo plazo. Por lo pronto, la lista de nuestras elegidas de este año dejó grandes hallazgos como el renacimiento de la rom-com, miniseries tan exitosas que confirman más temporadas, experimentos únicos en su tipo que sientan precedente, series animadas cada vez más adultas y el regreso de títulos esperados durante años. Como la producción surcoreana Squid Game, que se convirtió en la primera serie de Netflix en alcanzar el primer puesto del ranking en absolutamente todos los países en los que está disponible la plataforma.
Sin más, les dejamos a continuación el ranking de las 25 mejores temporadas del año elegidas por nuestro equipo:
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