Una nueva era

Huelga de guionistas: Después de 5 meses hubo acuerdo con los estudios

Esta semana el gremio de guionistas de Hollywood anunció el final del paro y los nuevos contratos con las grandes productoras para los próximos 3 años.

por | Sep 28, 2023

SAG-AFTRA en huelga: el gremio de actores se sumó a los guionistas en el reclamo

La huelga de guionistas de Hollywood que empezó en mayo se convirtió en la segunda más larga de la historia, después de 148 días seguidos. La unión de los miembros de WGA (las siglas del gremio por su nombre en inglés) y su perseverancia en las negociaciones, junto con la solidaridad de SAG-AFTRA (el gremio de actores) y otros sectores de la industria, lograron dar a torcer el brazo de los estudios y productoras, totalmente desconectados de la realidad que atraviesan sus artistas.

Algunos miembros de la AMPTP (la asociación que nuclea a las principales productoras de Estados Unidos) ya habían firmado acuerdos, aceptando las condiciones de los guionistas, mientras otros amenazaban con extender la huelga hasta que los artistas “comenzaran a perder sus casas”. Por supuesto, los primeros en dar el brazo a torcer no fueron las grandes empresas como Disney, Warner o Netflix, sino estudios más pequeños como A24 y Annapurna

Con estas exitosas negociaciones preliminares, la falta de voluntad de los estudios mayores quedaba todavía más en evidencia. Si una productora pequeña y relativamente nueva podía pactar las condiciones exigidas por los guionistas, ¿por qué las históricas majors se negaban a hacerlo?

La codicia corporativa

Esta fue la expresión preferida de los trabajadores para describir a las grandes empresas multinacionales que explotan su talento, sin reconocer los beneficios que su dedicación y creatividad les estuvo trayendo durante todos estos años. Los carteles de la huelga se llenaron de frases ingeniosas y la imagen pública de los estudios quedó destruida.

La última negociación había sido en 2020, ya que se trata de contratos que se renuevan cada tres años. Pero en medio de la pandemia, la incertidumbre sobre el futuro de la industria no permitía proyectar a futuro ni sentarse a negociar condiciones más justas. Por eso, cuando estaba a punto de cumplirse el nuevo plazo a fines de abril, los guionistas exigieron que -ahora sí- se charlen las condiciones.

En una primera instancia, los estudios se negaron de lleno a considerar los reclamos de los guionistas y ofrecieron condiciones que al gremio le resultaban insultantes. A la vez, se intentó influenciar la opinión pública con notas y declaraciones que cada vez embarraban más la narrativa y otorgaban aún mayor legitimidad a los reclamos.

En el importante tribunal de la opinión pública, los estudios fueron completamente aniquilados por el rudo sindicato de escritores.

The Washington Post

Mientras tanto, cada vez aparecían más y más estrellas en las marchas organizadas por los gremios, como Margot Robbie, Laura Dern, Oscar Isaac, Mark Ruffalo, Anya Taylor-Joy, Jessica Chastain, Ebon Moss-Bachrach y muchos más. Hasta la alfombra roja del Festival de Venecia se convirtió en el escenario internacional de los reclamos. Esto no solo le dio más visibilidad a la problemática, sino que además sirvió para recordarle a todo el mundo que sus artistas preferidos estaban en crisis y la continuidad de sus series y películas favoritas pendía de un hilo.

El show no debe continuar

No hubo realities, talk shows (o cualquier programa no guionado de relleno) que alcanzaran para quitarle fuerza al reclamo. De hecho, algunos intentos de retomar programas -como por ejemplo el magazine de Drew Barrymore– fueron repudiados por sus colegas y finalmente debieron acatar las condiciones del paro. La posición de la gran mayoría trabajadora de la industria era muy clara: respeto por los artistas.

Finalmente, el domingo pasado -después de cinco días seguidos de negociaciones, el gremio de guionistas emitió un comunicado a la noche informando de un acuerdo tentativo con la AMPTP. Según trascendió, en esas reuniones habían estado presentes los jefes de estudios como Bob Iger (Disney) y Ted Sarandos (Netflix), entre otros. 

Pero hasta no tener revisado “el último punto en la última i” no se haría el anuncio oficial del fin del paro. Sin embargo, el gremio llamó a levantar las “picket lines” fuera de los estudios y esperar la confirmación del acuerdo. Dos días más tarde, llegó el tan esperado comunicado del Writer’s Guild of America:

Por unanimidad, el comité de negociación del gremio y sus delegaciones votaron a favor del acuerdo, levantando definitivamente el paro de guionistas que se extendió durante casi 5 meses. Sin embargo, también anunciaron que no retomarían las actividades que comprometieran las negociaciones del Gremio de Actores hasta que este también haya logrado un acuerdo justo. Al parecer, no obtuvieron un compromiso de la AMPTP que permitiera a los miembros del sindicato negarse a cruzar los piquetes de otros sindicatos sin consecuencias, como solicitaron a partir de agosto.

Los puntos en las íes

Las restricciones al uso de la inteligencia artificial, el mínimo de integrantes en las salas de guionistas y el cobro de bonos por regalías basado en la audiencia de las plataformas de streaming, eran algunos de los principales reclamos del sindicato. El nuevo contrato por tres años incluiría además disposiciones que prevén un segundo “paso” para los acuerdos con guionistas, mayores regalías internacionales y aumentos del salario mínimo anual del 5 por ciento, 4 por ciento y 3,5 por ciento durante el transcurso del contrato.

Con respecto a la IA, el sindicato obtuvo protecciones contra la inteligencia artificial que escribe o reescribe material original utilizando “material fuente” de los escritores. Los guionistas aún pueden utilizar la IA como herramienta si la empresa para la que trabajan lo permite; sin embargo, no se les puede exigir que lo utilicen y las empresas deben revelar si están dando a los escritores algún material generado por IA durante el proceso de redacción.

Además, el acuerdo tentativo incluye una cantidad mínima de tres guionistas-productores para la primera temporada de una serie, con “development rooms” que duren 20 semanas o más, con una fórmula para calcular temporadas adicionales vinculadas al número de episodios. La WGA presionó para que se establecieran requisitos mínimos en el tamaño de los “writer’s room”, en un intento por evitar que los estudios y plataformas emplearan la IA como medio para ahorrar costos.

Una de las grandes prioridades -y una de las más difíciles de negociar- fue la compensación al éxito de las series de streaming. El sindicato propuso establecer nuevos residuales basados en la audiencia, sumados al monto prefijado, y exigir transparencia con los números de audiencia de las plataformas. Su compromiso con los estudios fue establecer un nuevo residual para los proyectos que:

“sean vistos por el 20 por ciento o más de los suscriptores nacionales del servicio en los primeros 90 días de lanzamiento, o en los primeros 90 días de cualquier año de exhibición posterior”. 

Pero el compromiso de los estudios referente a la transparencia de las audiencias de streaming fue limitado. El sindicato tendrá acceso confidencial a “la cantidad total de horas transmitidas, tanto a nivel nacional como internacional, de programas de transmisión de alto presupuesto de producción propia” (por ejemplo, una serie original de Netflix). O sea que habrá algo más de transparencia, pero los servicios de streaming no publicarán sus números como se esperaba.

Afinando el lápiz

Otro de los beneficios obtenidos fue la duración de los contratos (el tiempo que los escritores estarán empleados en una serie), con salas de desarrollo ahora garantizadas al menos por 10 semanas consecutivas y 20 semanas después de que la serie es aprobada para producción. Estos términos se aplicarán a las temporadas en las que el primer episodio se escriba después del 1 de diciembre de 2023, lo que significa que las series pre-existentes no tienen que cumplir con estos requisitos.

Como parte del acuerdo, los guionistas también consiguieron asegurar la misma fórmula residual extranjera que obtuvo el Sindicato de Directores en su acuerdo previo de 2023, que basa el pago en el número de suscriptores internacionales del servicio. Del aumento acumulativo del 16 por ciento que pedían al comenzar el paro en mayo, terminaron consiguiendo un 12,5 por ciento. Además, el sindicato obtuvo un aumento en la contribución del empleador al fondo de salud del sindicato, basado en los ingresos declarables.

Si bien la propuesta original de la WGA estaba valorada en 429 millones de dólares, la contraoferta inicial de los estudios fue de 86 millones de dólares y el valor estimado del acuerdo final es de 233 millones de dólares al año. Así que no se cumplió todo lo que pidieron inicialmente, pero sin duda es mucho más de lo que los estudios estaban dispuestos a dar inicialmente. 

Y en definitiva, se considera un gran éxito de negociación entre los integrantes del sindicato de guionistas y otros miembros de la industria. Sin embargo, el contrato de tres años (hasta el 1 de mayo de 2026) todavía está sujeto al voto de ratificación de los miembros y puede entrar en vigor si una mayoría de votantes apoya el acuerdo la semana que viene. 

Volviendo a la normalidad

Los primeros programas en volver al aire serán los famosos talk shows de presentadores como Stephen Colbert, Jimmy Kimmel, Jimmy Fallon, Seth Meyers y John Oliver. Los cinco anfitriones se habían aliado para grabar un podcast juntos durante la duración de la huelga para apoyar a los gremios, que incluso contó con la participación del legendario David Letterman como invitado.

Mientras tanto, el sindicato SAG-AFTRA presidido por Fran Drescher -que representa a más de 160.000 trabajadores del cine, radio y televisión- sigue esperando una oferta favorable a sus reclamos. Se espera que el lunes que viene, los delegados se junten con los representantes de la AMPTP para negociar un nuevo acuerdo. El regreso inminente de nuestras series y películas preferidas dependerá de eso, y mientras tanto seguiremos informando como siempre.

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Ana Manson

Editora