No es una época sencilla para el mundo del espectáculo. En especial, cuando diversas pulsiones, grupos de opinión y una nueva sensibilidad sostienen las relaciones entre el público y la industria. Si había dudas de la influencia que pueden ejercer las corrientes de información sobre lo que es el cine como negocio, este domingo se despejaron. El fracaso de los Golden Globes demostró que Hollywood, todavía recuperándose de las heridas de la pandemia, debe intentar traducir sus códigos al idioma de su audiencia. Una con herramientas a su disposición, para maniobrar en el extraño espacio de la recepción de una producción como fenómeno pop.
Pero más que eso, el fracaso de los Globos de Oro — sin audiencia, invitados ni trascendencia — demuestra una nueva presión sobre la temporada de premios. Los siguientes galardones en importancia antes de llegar al Oscar son los SAG Awards, que además, engloban una circunstancia compleja.
Entregados por el Sindicato de Actores de Hollywood (Screen Actors Guild), se trata de un reflejo del año cinematográfico, desde la versión de sus protagonistas. Las categorías — en algunos casos por completo distintas a otras premiaciones — permiten comprender el músculo central de la meca del cine. También, la manera en que los gremios y sindicatos elaboran una respuesta a los cambios cinematográficos, a través de una opinión medular.
Ahora bien, ¿qué ocurre en un año en que la inclusión y la representatividad son imprescindibles para comprender la industria del cine? ¿Cómo han reaccionado los SAG Awards, si es que lo hicieron de alguna forma, después de lo ocurrido con los Golden Globes? El análisis de las nominaciones deja algo claro: los actores han comprendido — a medias — el fenómeno de los grandes pulsos narrativos. Más allá, hay una especie de espacio de debate que todavía continúa incompleto y que, sin duda, podría tener consecuencias imprevistas para las temporadas de premios futuras.
28 años de nominaciones
Este año los SAG Awards reconocieron en la categoría de mejor actor a Javier Bardem, para competir por su interpretación de Desi Arnaz con Benedict Cumberbatch, quien deslumbró en The Power of the Dog, pero ha tenido poca relevancia en la temporada de premios. El cuadro de nominados por su rol protagónico lo completan Andrew Garfield con el musical tick, tick… BOOM! y Will Smith con la biopic King Richard, ambos ganadores del Globo de Oro en las respectivas categorías de comedia o musical y drama.
Y finalmente, Denzel Washington recibe un reconocimiento por su poderosa interpretación en The Tragedy of Macbeth de Joel Coen. La actuación Washington en la adaptación de William Shakespeare ha despertado reacciones críticas contradictorias. Y hasta ahora, su paso por los premios ha sido levemente insustancial. No obstante, al parecer para el gremio de actores, su reinvención del mal en el poderoso film de Coen merece una nueva revisión.
El sindicato hizo algo parecido en el apartado de las mejores actrices del año. A pesar de haber ignorado a Kristen Stewart (multipremiada por Spencer de Pablo Larraín), incluyó a Jennifer Hudson por Respect. Hudson tuvo una actuación magistral en una película irregular, lo que lastró sus posibilidades en la temporada de premios. La selección incluye también a Jessica Chastain por The Eyes of Tammy Faye, Olivia Colman por The Lost Daughter, Nicole Kidman por Being the Ricardos y Lady Gaga por House of Gucci. Esta última ha tenido una campaña de promoción discreta, a pesar de haber declarado que la preparación para el papel la envió directo al diván del psiquiatra.
Por supuesto, son miradas a la inclusión que, a pequeña escala, buscan desligarse de la debacle de los Globos de Oro. O al menos, ese ha sido el gran comentario de los medios especializados de todo el mundo. Resalta también la nominación de Ariana DeBosse (ganadora del Golden Globe) entre las mejores actrices de reparto. Le acompañan Caitriona Balfe por Belfast, Cate Blanchett por El callejón de las almas perdidas, Ruth Negga por Passing y Kirsten Dunst por The Power of the Dog.
Entre los actores de reparto, se encuentran algunos olvidados durante la temporada de premios. Eso incluye a Bradley Cooper por Licorice Pizza y Troy Kotsur por CODA. A la lista se añade Ben Affleck por The Tender Bar, Kodi Smit-McPhee por The Power of the Dog y Jared Leto por House of Gucci.
En el apartado de mejores elencos, un rubo curioso del premio, fueron favorecidos Belfast, CODA, Don’t Look Up, King Richard y House of Gucci. También, puede verse una mayor variedad que en otras premiaciones en los mejores actores de serie de televisión o miniserie. La categoría incluye a Murray Bartlett por The White Lotus, Oscar Isaac por Scenes From a Marriage, Michael Keaton por Dopesick, Ewan McGregor por Halston y Evan Peters por Mare of Easttown. Mientras que en la mejor actriz en película de televisión o miniserie, los SAG Awards incluyeron a Jennifer Coolidge de The White Lotus, Cynthia Erivo por Genius: Aretha, Margaret Qualley de Las cosas por limpiar (Maid), Jean Smart por Hacks y a Kate Winslet por Mare of Easttown.
A simple vista, es evidente que hay una lección medio aprendida, sobre lo ocurrido con los Globos de Oro. No obstante, la gran pregunta es si la temporada de premios deberá sostener las presiones del mundo del espectáculo. Sobre todo, las que presionan desde diversos puntos políticos y culturales. ¿Será el Oscar la mayor expresión del tema? Lo sabremos esta temporada de premios.
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