La palabra remake hoy día es una constante, presentándonos tanto la posibilidad de devolverle la frescura a un clásico así como de ofrecernos una producción sin alma propia. Cuando aquello en lo que se basa es además una obra de autor y se le quita esa voz tan única de cada creador, las posibilidades del éxito deberían ser casi nulas.
El director uruguayo Fede Álvarez logró lo imposible con su propia versión de Evil Dead (2013) entregándonos una película mucho más oscura y dramática que no escatimó para nada en sangre y vísceras. ¿Es posible que una década más tarde el rayo caiga dos veces en el mismo lugar?
El tener de productores ejecutivos tanto a Sam Raimi como a Bruce Campbell, el padre y la cara de la trilogía original respectivamente, el entusiasmo de ambos parecía una buena señal de lo que cabía esperar. Pero los fans nos mantuvimos cautos hasta el pasado enero, ya que recién el estreno del impactante trailer de Evil Dead Rise (2023) fue una muestra del frenesí y gore que prometía esta nueva entrega.
Cumplió su cometido, eso es seguro, pero vale la pena mencionar que conviene no verlo ya que lamentablemente spoilea varias grandes escenas -si bien la película tiene muchísimo más que ofrecer.
La naturaleza del monstruo
Tras diez años desde el logro de Álvarez y una serie de por medio, este nuevo capítulo en el libro de los deadites se encuentra más cerca de ser una reboot que una remake.
Lee Cronin, su director, fue llamando la atención con propuestas interesantes pero no del todo pulidas, siendo la más conocida The Hole in the Ground (2019), historia que pone en foco el drama de una madre teniendo que enfrentar la sobrenatural transformación de su pequeño hijo. Es un tema que no solo retoma, sino que lo invierte al explorar una maternidad corrompida por fuerzas externas. Es así como nos presenta a dos hermanas en polos opuestos de transitar esa faceta.
Por un lado la indomable Beth (Lily Sullivan) acaba de percatarse de su embarazo, el miedo a enfrentar la situación llevándola a buscar refugio con su hermana Ellie (Alyssa Sutherland). Luchando económicamente, recientemente separada y madre convertida en casi el único soporte de dos adolescentes y una nena, la tatuadora se sorprende por el reencuentro con su distanciada hermana menor. Ninguna tiene idea del mal sobre el que se asienta su hogar.
Esto, ya de por sí, plantea un escenario bastante diferente al que estábamos acostumbrados. Es un gran contraste con la mucho más familiar introducción de los primeros minutos mostrando una cabina en un bosque en donde nuevamente un grupo de jóvenes disfrutan un fin de semana con un final sangriento.
A partir de ahí, la película toma todos aquellos elementos que son claves para que reconozcamos a la franquicia y los traslada a un contexto urbano. No tardamos en encontrarnos con el nuevo Necronomicon Ex Mortis (o Libro de los Muertos), las grabaciones con los conjuros o el icónico travelling en donde la cámara se convierte en los demonios que rabiosamente persiguen a potenciales posesos.
Fiel a sus raíces
Así como Álvarez comprendió el camino para hacer una perfecta remake, Cronin logra no solo hacer lo propio, sino que además nos da algo diferente al acierto del uruguayo. Su visión logra capturar la esencia de la Evil Dead original de 1978, película que en 1980 el mismo Raimi rehízo en un tono completamente humorístico. La primera era una película de terror grotesca que, si bien hoy no pierde su encanto, tiene efectos que lógicamente ya no causan el mismo impacto que tuvieron en su momento.
Evil Dead Rise (2023) logra encontrar la atmosfera, el golpe de incomodidad y balancearlo todo con un gore desaforado y mucho más actual. No desmerece ni pretende superar a la original, sino que parece querer emular ese primer encuentro con este mundo tan repulsivamente entretenido.
Esta es una de esas películas que no pierde el tiempo. Desde el primer minuto deja bien en claro que lo que se viene va a ser brutal. Desarrollando lo justo y necesario a sus personajes, la sensación de peligro no tarda en llegar. Marcando de a poco varios elementos de uso diario, señala las armas letales que podemos encontrar en la comodidad de un hogar. Va avisando lo que está por venirse. Cae en la tentación de tener algún que otro jumpscare, pero estos repentinos sustos parecen estar ahí para prepararnos para lo que se viene, sumándole dinámica a un clima que se instala paso a paso hasta que el verdadero espectáculo empieza.
Pasado ese punto, ya no da respiro. Por el contrario, da la constante la sensación de que nadie está seguro, sin importar la edad de los personajes. Aunque lo más destacable es una cosa: Cronin se permite divertirse tanto como lo hacemos nosotros y sabe aprovechar todos los condimentos que el universo de los deadites le ofrecen. Con un gran uso del CGI pero sobre todo los efectos prácticos, llega a ese splatter bizarro y hasta por momentos cómico por el que es tan recordada la creación de Raimi.
Si bien puede que sea temprano para afirmarlo, Evil Dead Rise probablemente sea la película más sangrienta del año, dándose el lujo de hasta hacer uno que otro homenaje al género pero llevando esos guiños todavía un paso más allá. Todo esto se sucede inclusive antes del delirante y totalmente efectivo clímax de la película.
Respetando la identidad de la franquicia, pero logrando tener una voz muy propia, la cacería de esta familia se convierte en una fiesta de principio a fin. Con un ritmo que no da respiro, Cronin sabe cómo hacer énfasis en la anticipación y, como si de una montaña rusa se tratase, nos lleva en un viaje lleno de gritos que seguro la gran mayoría de los fans del terror va a agregar a su lista de películas favoritas de este año.
