En busca de resouestas

Severance – Temporada 2: Lo siniestro de las promesas bajo tierra

Para esta nueva entrega hay mas globos, colores y sonrisas. ¿Cómo se relaciona la indulgencia de Lumon con nuestro presente?

por | Ene 29, 2025

Severance - Temporada 2

Según Kim Bartley y Donnacha O’Briain, creadores y directores del documental de 2003 sobre la crisis de Venezuela, “La revolución no será televisada”. Así se titula su cobertura que relata los hechos del golpe de estado a Hugo Chavez en 2002 que supuestamente los medios no cubren.

Pero ¿qué pasa si ya pegamos toda la vuelta? Y ya absolutamente cualquier cosa es televisada. Desde un saludo fascista de Elon Musk en la asunción presidencial de Donald Trump, hasta el pedido de auxilio de Helly R en el último episodio de la primera temporada de Severance (2022-). El comienzo de esta segunda temporada está muy a tono con el presente. 

En este caso, la mismísima hija del CEO de la empresa que destruye subjetividades pide auxilio públicamente y nada pasa. O peor, todos los reclamos son absorbidos y capitalizados por el sistema para hacerlos propios. 

La angustia del presente viene de la sensación de que no hay salida, que todo pasa en redes sociales y al mismo tiempo no cambia nada. Como si fuéramos Innies intentando salir de los pasillos interminables del subsuelo de Lumon y, una y otra vez, al cruzar por la puerta y sin saber cómo, el sistema nos escupe dentro.

Las distopías como maneras de pensar el mundo

A Eduardo Galeano se le atribuye la famosa cita de Fernando Birri:

“La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Entonces, ¿para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar”.

Pero con las distopías, ¿qué pasa?. Más allá de ser ficción, también tienen un rol social. Porque quieran o no, son un llamado inevitable a la reflexión sobre el presente y el futuro.

Severance, luego de una gran y exquisita primera temporada con muchos niveles de sentido, tiene la posibilidad de ocupar (y naturalmente ya lo está haciendo) la vacante que había dejado Black Mirror (2011-). Que más allá de seguir estrenando episodios, perdió la relevancia de sus primeras tres o cuatro temporadas.

Aunque de altísima calidad, la primera temporada tenía un problema. Hablaba de un sistema que ya no existe: la sociedad del “vigilar y castigar” de Foucault. Una empresa con cámaras en cada pasillo como un panóptico, donde cada movimiento milimétrico está controlado. Pero sobre todo, una empresa que castiga en una sala de tortura abiertamente está muy lejos de la idea de nuestro presente y nuestra sociedad.

A diferencia de obras como 1984 o Fahrenheit 451, publicadas a mediados de siglo pasado, para pensar en la actualidad una distopía que sea efectiva son necesarios, a mi criterio, dos factores: el primero es el obvio uso de tecnologías avanzadas. La digitalización absoluta, el hombre versus la máquina, el humano transformado en algo no humano, algo cyborg. En este caso, el procedimiento que permite la separación de una subjetividad para partirla en dos aplica perfecto.

El segundo es que hoy por hoy la idea de Gran Hermano o el control absolutista queda vieja. Es verdad que actualmente nadie es dueño de su privacidad, pero al mismo tiempo vivimos un presente de enormes libertades, donde todas las demandas de reconocimiento que comenzaron en los años sesenta fueron (en mayor o menor medida) escuchadas y sumadas a las agendas de organismos internacionales que abogan por el progresismo (aunque exactamente ahora con un coletazo regresivo). 

A la vez estas demandas fueron absorbidas y capitalizadas por el mismo sistema. Todas esas libertades revolucionarias, esas banderas del progreso y la igualdad fueron rápidamente convertidas en negocio por el neoliberalismo. El negocio de ser libre, feliz, viajado y constantemente entretenido. Y este es el cambio fundamental de cara a la segunda temporada de Severance.

Mientras que en la primera temporada había control total, en la segunda, después del gran golpe efectuado por la oficina de los refinadores de datos, pareciera que Lumon los vuelve a recibir con los brazos abiertos. Los hace famosos, hace una reforma en su nombre, y genera un documental tan infantil como perturbador. 

El catalizador de esta idea es la sala de descanso. Lo que en la primera temporada era una sala de tortura, en la segunda es un microcine y una sala de entretenimiento que cuenta la valentía de esos refinadores de datos para hacerle ver a la empresa las cosas que tenía que mejorar. 

En esencia, Lumon propone cambiar todo para que nada cambie. Exactamente lo mismo que pasó con el estreno del documental El dilema de las redes sociales (2020), en donde el dilema mismo no era el contenido del documental, sino haber sido tendencia de una plataforma de streaming. Una reflexión superficial que no cambia el orden de las cosas.

Qué esperar de esta segunda temporada

El pasado 17 de enero se estrenó en Apple TV el primer episodio de esta segunda entrega. Hasta hoy, ya van tres capítulos de esta nueva etapa, con esta perspectiva más soft y menos controladora a simple vista. Helly R y Mark S comenzaron su búsqueda de Casey y en ella se están tomando muchas libertades que nos dan lugar a pensar que les van a costar muy caras.

Severance aún tiene muchas líneas argumentales por completar. No solo la desesperante necesidad de que Mark S. encuentre a su esposa, sino también qué va a pasar con la identidad de Helly R que aún no fue revelada. Además de la historia de amor de Irving que -aunque parece haber terminado en la primera temporada- es el eje central de su personaje. 

Y por último, saber cuál es efectivamente el correlato con la realidad que tienen las actividades laborales que realizan en la oficina de refinamiento de datos y todo indica que estamos más cerca de saberlo. Pero, sobre todo, entender qué pasa bajo el subsuelo de pasillos infinitos que ya conocemos. ¿Hay algo más abajo? ¿Las respuestas están en el mapa de la primera temporada? ¿Por qué el Outtie de Irving pinta tanto ese pasillo?

Sin intentar adelantarme a ninguna de esas respuestas, espero expectante el resto de la segunda temporada de esta distopía que no solo invita a la reflexión, sino que es atrapante, y tiene historias de amor de por medio. Además de un increíble trabajo visual en la fotografía, el diseño de producción y la dirección de arte. Y que, como si fuera poco, decide que todo esto gire en torno de algo tan en crisis en la actualidad como es el trabajo. 

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Notas Relacionadas

Black Bird: La verdadera historia detrás de la nueva serie de Apple TV+

Taron Egerton se quita los brillos de Rocketman para meterse de lleno en esta escalofriante miniserie basada en hechos reales, que te recomendamos.

Spirited: Ryan Reynolds y Will Ferrell, en una comedia ideal para cerrar el año
Spirited: Ryan Reynolds y Will Ferrell, en una comedia ideal para cerrar el año

Los carismáticos actores protagonizan el musical de Sean Anders para Apple TV+ que toma como base el relato A Christmas Carol de Charles Dickens.

Shrinking: reírse ante la tragedia de la muerte para poder seguir vivos

Shrinking es la nueva serie de los mismos creadores de Ted Lasso y una de las grandes revelaciones del año. Acá te contamos por qué hay que darle una oportunidad.

Mythic Quest – Temporada 3: Volvió la genial workplace sitcom de Apple TV+

Llegó la tercera temporada de la serie que sigue el día a día de una empresa de videojuegos y explora las geniales dinámicas entre sus trabajadores.