"Make Hollywood Great Again"

¿Vuelve el viejo Hollywood? Stallone, Mel Gibson y Jon Voight como “embajadores” de Trump

El presidente republicano busca devolver su antiguo brillo a la meca del cine. Límites y alcances de un plan a tono con el regreso del conservadurismo.

por | Ene 30, 2025

Excelsos cineastas, intérpretes de fuste, “cancelados” en algunos casos: Donald Trump pateó el tablero en Estados Unidos y, entre la serie de anuncios estrambóticos con que está inaugurando su segundo capítulo en el poder, designó a Sylvester Stallone, Mel Gibson y Jon Voight como “embajadores especiales” de su administración en Hollywood, donde deberán velar por que la industria vuelva a recuperar el brillo de sus tiempos de oro.

“Tendrán el propósito de traer de vuelta a Hollywood, que ha perdido muchos negocios los últimos cuatro años a manos de países extranjeros. ¡Más grande, mejor y más fuerte que nunca! Estas son tres personas muy talentosas que serán mis ojos y oídos, y llevaré a cabo lo que sugieran. Será otra vez, como en Estados Unidos, la era dorada de Hollywood”

Así había anunciado la “buena nueva” el líder republicano, que a su vez retribuye de este modo el apoyo que estos artistas le habían dado durante la campaña (y antes también). No fueron claramente el promedio en Hollywood, donde la mayoría del star system respalda a las figuras del Partido Demócrata como Barack Obama y Hillary Clinton, y hasta militó activamente por Kamala Harris, la vicepresidenta de la administración de Joe Biden y última contendiente de Trump

Ahora bien, ¿qué significa exactamente la designación de estos “embajadores especiales”? ¿Se puede pensar en un nuevo tipo de cine?

Al infinito y más allá

Si bien todavía no hay muchas precisiones sobre el nuevo plan, que Trump se limitó a anunciar en su red Truth Social sin haberle avisado siquiera a los elegidos, se supone que la apuesta es más económica que artística: el nuevo presidente busca que Hollywood recupere el mercado que fue perdiendo ante otras plazas como el Reino Unido, Canadá, Corea del Sur y América Latina. Regiones que fortalecieron sus industrias y hoy compiten cabeza a cabeza con Estados Unidos en términos de producción, calidad y convocatoria de público a las salas. 

Esa diversidad, beneficiosa para las pantallas y las audiencias de todo el mundo, es perjudicial para el principal proveedor y exportador de cine, que además debe afrontar el cambio de paradigma en el consumo a raíz del mercado del streaming, independiente desde sus inicios de los grandes estudios. 

Muchos de estos países potenciaron sus polos audiovisuales y en la actualidad ofrecen mejores condiciones fiscales y operativas para que las grandes producciones se instalen allí, lo que explica que una gran variedad de películas hollywoodenses se hagan no solo fuera de Los Ángeles sino incluso de Estados Unidos.

Un ejemplo: el actor Matthew McConaughey acaba de ponerse al frente de una campaña para potenciar al estado de Texas como nuevo polo audiovisual. Para eso reunió a colegas como Dennis Quaid, Woody Harrelson, Billy Bob Thornton y Renée Zellweger en un spot a lo True Detective. El slogan elegido podría interpretarse como un boomerang ante la proclama nacionalista de Trump: “Es hora de traer las producciones a casa”. Se refiere a Texas, no a Los Angeles.

Y Hollywood acusa el recibo de estos golpes: los ingresos de la industria del cine del año pasado fueron de 8.7 mil millones de dólares, un 3,3% menos que en 2023, según consignó el medio especializado Variety. Si se comparan estos números con los de 2019 –el último año de esplendor antes de la pandemia–, la caída fue de 23.5% (en ese momento se habían registrado 11,3 mil millones de dólares). 

Fiel exponente de un nacionalismo ortodoxo, Trump quiere frenar esa diáspora. Y si algo saben sus nuevos embajadores, sobre todo Mel Gibson y Sylvester Stallone, es qué se necesita para desarrollar proyectos y facilitar la producción de una película.

El lugar del cine

El otro interrogante es si la presencia de estos excéntricos embajadores influirá en los contenidos de una industria que ya no es la que fue. 

El presidente busca retornar un tipo de cine “clásico” orientado a los valores tradicionales que hicieron de Hollywood la principal ventana del mundo. Esa maquinaria que vendió a escala global el “American way of life”, las historias de superación de los self-made men y la institución de la familia como resguardo ante los descalabros sociales.

Sin embargo, parecería que ya es demasiado tarde: el cine que se produce en la actualidad adquirió una heterogeneidad tal en su representación que torna casi imposible cualquier retroceso a las raíces de la América blanca. 

De 2019 a hoy, por poner punto en la línea de tiempo, Hollywood se movió en materia de reconocimientos entre Parasite de Bong Joon Ho y Anora de Sean Baker, por mencionar dos casos que combinaron éxito y prestigio en las fauces mismas del gigante. Y ninguno de los dos autores pertenece al mainstream, precisamente, así como muchos de los artistas que hoy están produciendo al máximo nivel.

Lo había dicho el propio director surcoreano al recibir sus premios en la edición de los Oscar previa a la pandemia: 

“Una vez que superen la barrera de 2cm de los subtítulos, van a encontrarse con muchas más películas asombrosas.”

Cómo llegan los embajadores

Los tres artistas elegidos para “rescatar” a Hollywood de las garras de la globalización, primero, y de la diversidad, después, representan la creencia en el ideario conservador del viejo sistema –más desde lo cultural que desde lo político– y se encontraron con la “carambola” del anuncio de Trump en momentos distintos de su carrera.

Mel Gibson

Cancelado en múltiples oportunidades por sus dichos antisemitas y su enfrentamiento con el mainstream de Hollywood, el actor y director de 69 años se muestra como un titán que no teme a las consecuencias de sus posiciones. 

Apoyó a Trump durante la campaña y dijo que el regreso del republicano al poder es como la vuelta de un “padre” al hogar. Con un prestigio bien ganado por películas como Braveheart (1995), The Passion of the Christ (2004) y Apocalypto (2006), Gibson está estrenando este mes Flight Risk, su regreso a la dirección después de 9 años. Mientras promete para 2026 una secuela de La Pasión de Cristo que, en sus propias palabras, será como un “viaje psicodélico”. 

Sylvester Stallone

Sorprendió el apoyo de Sly al nuevo mandatario, al que llegó a definir como “el segundo George Washington”. Si bien no había tenido presencia activa en la campaña, el autor de Rocky apareció en la primera cumbre de Trump post victoria para hacer de animador de un encuentro de la derecha internacional en Mar-a-Lago, donde incluso se fotografió con el presidente argentino Javier Milei

Mientras estelariza la serie Tulsa King, que va por su segunda temporada, Stallone espera para marzo el estreno de A Working Man, una película de acción dirigida por David Ayer que cuenta con un guion de su firma. A sus 78 años, anunció además que está escribiendo una serie precuela de Rocky que contará los inicios del boxeador en Philadelphia en tiempos del movimiento por los derechos civiles, la Guerra Fría y la llegada del hombre a la luna. Siempre se espera algo nuevo de Rocky.

Jon Voight 

El más alejado de los flashes, pero acaso el más ferviente “trumpista” de los tres por su identificación de larga data con el Partido Republicano.

Apuntado en Hollywood por su incorrección política y por la feroz pelea que mantuvo durante años con su hija Angelina Jolie, el actor de 86 años había sido condecorado por Trump en 2019 con la Medalla Nacional de las Artes, el mayor reconocimiento del gobierno de Estados Unidos para los artistas. 

Por esa condición de marginado fue que acaso Francis Ford Coppola le dio uno de los papeles más benevolentes en Megalopolis (2024), su experimento en favor de una utopía para el mundo en tiempos hostiles. El célebre director había dicho incluso que quería poblar a su elenco de intérpretes cancelados. En el arte no hay diferencias.

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Nicolás Poggi

Licenciado en Comunicación Social de la Universidad de La Plata (UNLP). Trabajó en la agencia Diarios y Noticias (DyN), A24.com y en la Agencia Télam. Actualmente es jefe de Política en la agencia Noticias Argentinas.