Tuvieron que pasar más de veinte años para saber de fuente oficial la razón detrás de una de las decisiones creativas más polémicas del cine de superhéroes: que los X-Men usaran trajes de cuero negro en sus adaptaciones live action. Muchas fueron las suposiciones de los fans y los expertos, que vinculaban esta directiva al zeitgeist de principios del nuevo milenio, donde el colorinche distintivo de las décadas anteriores era visto con malos ojos y representaba todo lo que se quería dejar atrás.
Pero a la luz de los años, y con la nostalgia como punta de lanza para la gran mayoría de las producciones de estudio, el traje amarillo intenso de la serie original de los X-Men se reivindicó entre el público masivo. Así como también pasó eventualmente con muchos otros diseños de los cómics que dieron el salto a la pantalla, un poco por presión de los fans y otro poco gracias a los avances tecnológicos y el uso de nuevos materiales y efectos visuales.
No solo los fans de los cómics aprecian la iconografía del traje amarillo con la X gigante, sino cualquier que haya visto la excelente serie animada de X-Men (1992-1997) en los noventa. Sin embargo, hay que tener en cuenta que a principios de siglo los superhéroes no eran el titán del entretenimiento que son ahora, ni todo el mundo estaba familiarizado con sus peculiaridades. Es más, en el inconsciente colectivo, los héroes con trajes coloridos de espándex eran cosa del pasado, productos para niños y motivo de risa.
Esto podría explicar la decisión detrás del diseño de vestuario de cuero negro para las películas live action de los mutantes, dirigidas por Brian Singer. Además de una búsqueda estética para volver a los superhéroes más “realistas” y “serios” para los estándares de Hollywood y para el público adulto. Pero a la luz del nuevo estreno de Marvel en cines, en la conferencia internacional de prensa de Deadpool y Wolverine (2024), el mismísimo Kevin Feige reveló el verdadero motivo:
Se habló en 1999… había ejecutivos del estudio a cargo que sabían que Matrix había sido un gran éxito y vestían cuero negro, así que dijeron ‘¡Pónganlos en cuero negro!’.
Tras las declaraciones del afamado productor de Marvel Studios, todo el elenco reaccionó sorprendido, agradeciendo tener al fin una explicación oficial sobre una de las preguntas que tantas veces les hicieron a lo largo de sus carreras. En especial a Hugh Jackman, el mismísimo Wolverine, que al final viste por primera vez su clásico y distintivo traje amarillo en la nueva película del Universo Cinematográfico de Marvel que estrenó en cines el 25 de julio.
No es para menos, ya que el asunto del traje fue motivo de polémica, eternas discusiones en internet e incluso chistes internos en las adaptaciones de la franquicia. En The Wolverine (2013) el traje amarillo apareció por primera vez en live action en una escena eliminada de la película de James Mangold. Lo curioso es que años después el mismo Mangold dirigió Logan (2017) y decidió no incluir el icónico traje que él mismo había anticipado.
Como también soy guionista de estas películas, no puedo ignorar el hecho de que Logan es el menos narcisista de todos los superhéroes. (…) Nada parece menos Wolverine que el deseo de ponerse un traje de marca registrada, especialmente amarillo canario, y presumir sus buenas acciones (…) De alguna manera siento que si alguna vez pusiéramos a Hugh en uno de esos trajes, la gente no estaría feliz. Básicamente, es algo que funciona en las páginas y no estoy seguro de que pueda funcionar en ningún otro lugar.
James Mangold
Por supuesto, las palabras de Mangold pueden ser discutidas, y no muchos estarán de acuerdo con su opinión sobre el traje. Pero lo que no puede ser discutido es su visión como artista, y la llevó a la pantalla haciendo lo que mejor creía para el personaje en ese momento, dándonos una película dramática del calibre de Logan. En esta, vemos una versión del mutante cansado de luchar y dispuesto a todo por esconderse del mundo y de su pasado.
El nuevo milenio
Pero casi veinte años antes, las películas de los X-Men (2000) habían trasladado a la pantalla grande la imagen de tipo rudo, de pocas palabras, pero con un corazón enorme y siempre dispuesto a luchar por el más necesitado. En esa época, el éxito arrollador de The Matrix (1999) fue tal que su influencia alcanzó a casi todas las películas de acción y ciencia ficción de la época, así como también caló hondo en la moda y en la cultura pop. En su nota sobre el legado de Matrix, Josi Argañaráz escribió:
The Matrix revolucionó el mundo de los efectos especiales, hasta podemos afirmar que no existirían las películas de superhéroes como las conocemos hoy sin el antecedente que las hermanas Wachowski propusieron.
José Argañaráz, PopCon
En la primera película live action de la saga original de X-Men, la pregnancia del cuero negro era tal, que incluso se hace un chiste al respecto. Cuando Logan usa el traje del equipo por primera vez, su incomodidad es visible y le pregunta a Cíclope si realmente usan eso en las misiones. A lo cual el líder responde, como un guiño a los fans de la serie animada de los noventa, si preferiría trajes de lycra amarillos.
Pero con la reivindicación de la nostalgia, los trajes originales con los que conocimos a nuestros héroes, y la renuncia a esa pretensión impostada de realismo en las películas de superhéroes de principios de la década, Marvel tuvo revancha. En la excelente serie animada de X-Men ‘97 (2024-) Cíclope hace el mismo chiste a la inversa, y todos usan orgullosos el traje amarillo que los vio nacer. Al igual que Hugh Jackman en la nueva película que rompe récords en los cines, cerrando un ciclo que es el sueño de cualquier fan.
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