Oh my Bridgerton!

Doctor Who: Episodios 6 y 7 – La vuelta de un clásico con un giro moderno

Hablado de racismo o representando la fantasías románticas de todo un fandom, estos episodios reinventan las estructuras más conocidas de la serie.

por | Jun 13, 2024

La primera impresión que Dot y burbuja nos deja es que, como Russell T Davies ya había anunciado, este episodio es lo más cerca que Doctor Who (1963-) estuvo de otra gran serie británica: Black Mirror (2011-). Adentrándonos en una comunidad de élites, estos jóvenes y atractivos millonarios vestidos en colores pasteles viven en una ciudad aparentemente perfecta y sin ninguna preocupación.

Todo lo que los rodea es redondo o circular, literalmente marcando que viven dentro de una burbuja hegemónica. Lindy (Callie Cooke) es una más dentro de este grupo de chicos privilegiados que cada mañana, apenas despiertan, prenden su dot. El dispositivo la envuelve en sus apps favoritas, conectándola con sus amigos. Gente igual a ella que solo se relaciona con el mundo de forma virtual.

Repitiendo una estructura ya clásica para la serie, una vez más son humanos normales quienes se convierten en los protagonistas de la historia, mientras el Señor del Tiempo los asiste casi indirectamente. Es así como somos testigos de la curiosa amenaza hacia lo residentes de Finetime, quienes -atrapados en sus redes sociales- no son conscientes de los gusanos asesinos que devoran a presas que caminan directamente a su trampa. El Doctor (Ncuti Gatwa) intenta conectar con Lindy, pero es bloqueado. Es tan solo Ruby (Millie Gibson), quien en un principio la chica confunde como parte de su feed, quien consigue alertarla.

Un segundo visionado resulta contundente, inclusive para aquellos que notamos las microagresiones enfocadas sobre todo en el Doctor. El episodio, que inicialmente parece una poco sutil alegoría a la dependencia que tenemos respecto a la tecnología, termina abriendo una discusión respecto a los discursos de odio que hoy día vemos florecer sobretodo en redes sociales. Esta absurda hostilidad impide que nuestro héroe haga lo que mejor sabe hacer: salvar a aquellos que necesitan de su ayuda. Es muy distinto a un villano clásico que por orgullo o locura pueda plantearle un límite. En este caso, Lindy representa a una humana normal, con prejuicios lamentablemente muy humanos.

No es una cuestión solo racial, sino que se plantea una discusión desde la transversalidad. La actitud de Lindy y sus círculos no se reduce a su color de piel. Ese es uno de los puntos que marca con Ricky September (Tom Rhys Harries), el influencer famoso por bailar la canción que -gracias a las Viuda e Hijas del Roque Enroll- en Argentina conocimos como el Bikini a lunares amarillo. Si bien el estrato social de September podría considerarse por encima del de Lindy, ella no teme en sacrificarlo con tal de salvarse a sí misma, dando así por sentado su clara falta de empatía.

También hay una perspectiva clasista en sus interacciones con Ruby, quien al no ser considerada su par también es insultada. De la misma forma, el hecho de que los supervivientes decidan aventurarse con la firme creencia de tomar las tierras desconocidas marca una retórica colonialista. Estos comportamientos exceden el género o la sexualidad del grupo. Los discursos de odio nunca son simples y se manifiestan de muchas formas, desde lo sutil a lo más explícito.

Qué hay del otro lado

Si bien para muchos el capítulo pueda resultar moralista, era hora de que Doctor Who tocara un tema tan evidente como es el peso detrás del cambio racial de su protagonista, así como las repercusiones que hubo tras su anuncio. No es la primera vez que la serie toca el tema del racismo, habiendo mostrado la violencia a la cual Martha Jones (Freema Agyeman) y Bill Potts (Pearl Mackie) fueron expuestas en algunos de sus viajes al pasado. Diferente es el caso de The Fugitive Doctor (Jo Martin), ya que si bien esta reciente encarnación del Doctor fue interpretada por una mujer negra, su historia apenas fue explorada. Es la primera vez que lo vemos sufrir este tipo de agresión tan personalmente.

El capítulo refleja las reacciones reales que causó la llegada de Gatwa ante buena parte del público, inclusive en aquellos que ni siquiera miran la serie. No es sorpresa que el tema lo tocara tan profundamente, lo que se refleja en el clímax del episodio. Ahí se nos entrega un gran momento para el actor, demostrando una frustración oriunda de un lugar muy personal. Más impresionante resulta el saber que, fuera de su bi-regeneración en Risitas (2023), esta fue la primera escena que filmó ya como protagonista de la temporada.

“La gente recordará esta escena. Tuve que buscar profundo dentro de mí para sacar algo que le vuele la cabeza a todos aquellos que estaban en el set. Y lo hice malditamente bien. Escuché a alguien decir: por eso es el Doctor.”

-Ncuti Gatwa

Es sin lugar a dudas uno de los finales más oscuros que Doctor Who nos mostró hasta la fecha. Este mundo no es del todo distópico y metafóricamente se embarca hacia la tragedia. Sin necesidad de recurrir a villanos clásicos como los Daleks o los Cybermen, el Doctor no puede hacer nada por nosotros. La salvación queda en las manos de la humanidad misma.

Bridgert-Con y el peso del fandom

Tras haber explorado temas más dramáticos y hasta tenebrosos en los últimos tres episodios, el Doctor no solo vuelve a estar en el centro de la historia, sino que la serie recupera su espíritu primordialmente aventurero. Viajando hacia a la ciudad de Bath en el siglo XVIII, acompañamos al Doctor y Ruby mientras ella cumple su fantasía Bridgertoriana. Ahí, la experiencia de ella como fan no es meramente un punto anecdótico, ya que el fandom en sus varias facetas se vuelve uno de los ejes del capítulo.

La chica, con su actitud y lenguaje tan modernos, no tarda en atrapar la atención de la Duquesa de Pemberton (Indira Varma), así como también la de los Chuldur, una raza de extraterrestres plumíferos fanáticos del cosplay más extremo del universo.

Estas criaturas no solo poseen los cuerpos de quienes atrapan su atención, sino que -como si fuera un juego- disfrutan de interpretar a sus víctimas. Es al revisitar las primeras escenas en que podemos darnos cuenta de que muchos de los diálogos que parecían forzados no son síntomas de un guion pobre. Al contrario, es una herramienta para demostrar el torpe melodrama creado por estas aves intergalácticas.

Ahí es donde entra en escena Rogue (Jonathan Groff), un galán cazarrecompensas cuyo nombre descubrimos proviene de uno de los tipos de clasificaciones de personajes en Dungeons & Dragons, el popular juego de rol. Como si de un fanfiction se tratara, el Doctor queda inmediatamente fascinado con el bribón, llevándolo a coquetear descaradamente con él. Si bien Rogue lo confunde por uno de sus objetivos y amenaza con destruirlo, la química entre ambos es indiscutible.

Descubrimos que, tal como el Señor del Tiempo perdió a varios de sus acompañantes, Rogue carga con el mismo trauma. Pero el encanto del Quinceavo Doctor es difícil de combatir y, cumpliendo con el clásico tropo de los enemigos convertidos en amantes, terminan haciéndose pasar por una pareja mientras acaparan las miradas de todo el baile. Buscando captar la atención de los Chuldur, el engaño lleva a una discusión que deriva en una propuesta de matrimonio, la cual puede que no sea del todo falsa.

El capítulo termina con otro estereotípico giro: un final un tanto trágico con el sacrificio de Rogue, pero también abierto con una insinuada promesa de que el Doctor y él se volverán a encontrar. Es una de las tramas más tradicionales de la serie, un capitulo aparentemente unitario que presenta un gran romance que no llega a concretarse del todo.

Esto lo hemos visto, entre varias otras veces, con Madame de Pompadour (Sophia Myles) en The Girl in the Fireplace (2006), o con el personaje de Kylie Minogue en Voyage of the Damned (2007), cantante a quien el capítulo además homenajea al usar una de sus canciones. Si bien el escenario nos resulta familiar, por primera vez vemos al Doctor explícitamente teniendo un romance con un personaje masculino.

En cierta forma es una deuda saldada con el fandom, ya que muchas de las parejas más populares que el personaje ha tenido son aquellas que lo retratan tanto con sus acompañantes así como sus antagonistas masculinos, siendo The Master uno de los más destacados.

Regresos y nuevas alianzas

Escrito por Briony Redman y Kate Herron, esta última es conocida por haber sido la directora de la primera temporada de Loki (2021-2023). Ahí, gracias a la insistencia de Herron, pudimos presenciar cómo -bañado en luces que reflejaban los colores de la bandera bisexual- el dios del engaño se declaraba como perteneciente a ese colectivo. Fue una jugada que para un estudio bajo el ala de Disney parecía enorme, si bien no faltaron las críticas respecto a lo minúsculo del gesto, siendo el mismo Russell T Davies quien se pronunció públicamente desde esa postura.

Resulta al menos poético el hecho que gracias a una colaboración entre Herron y Davies, la directora haya sido capaz no solo de ser una de las plumas encargadas de retratar este momento histórico para Doctor Who, sino que lo haya hecho volviendo a la casa de Mickey Mouse, desarrollando este romance queer en la plataforma de Disney+.

Pero esta no es la única conexión entre este episodio y la serie de Marvel, ya que Richard E. Grant (Saltburn), actor que interpretó a una de las variantes de Loki, marcó uno de los mayores guiños para los fanáticos del Doctor Who clásico. Aquellos que hayan prestado atención en la escena en que el Doctor es escaneado, habrán notado que entre los rostros de sus anteriores regeneraciones se encontraba este actor. La escena no es un spoiler sobre quién será el sucesor de Gatwa cuando abandone la serie. Al contrario, lo que hace es oficializar una interpretación del Noveno Doctor previa a que Christopher Eccleston tomara el papel.

Estrenada en 2003 y hecha en animación flash, la serie web Scream of the Shalka tuvo a Grant como protagonista. Debido a su poco éxito y para evitar confusiones con la novena regeneración canonizada por la vuelta de la serie en 2005, el Señor del Tiempo interpretado por Grant pasó a conocerse como el Doctor Shalka. Con tanto los fans como el mismo Davies habiendo sido abiertamente críticos de la calidad de esta miniserie, la reincorporación de este Doctor parece no solo funcionar como una rama de olivo, sino que abre la posibilidad de una aparición del actor en el futuro de la serie.

El twist al final de la nota:

Muy a pesar de la insistencia de Davies con que las constantes reapariciones de Susan Twist se debían solo al cariño que el equipo le tiene a la actriz, pudimos verla otra vez interpretando a dos personajes nuevos:  

  • La madre de Lindy, Penny Pepper Bean. Por primera vez el Doctor nota que su rostro le es familiar, tal como Ruby lo hizo en 73 Yards.
  • En el retrato de la fallecida madre del Duque de Pemberton en el séptimo episodio.

¿Cuál será ese twist al final de la temporada?

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Ro Tapias

Artista visual. Madre de dragones, gatos y un corgi. Hablo de cine, a veces demasiado.