Le pasó al amigo de un amigo

Based on a True Story: Una perspectiva diferente sobre el True Crime

La nueva serie de Peacock no logra encontrar su lugar como comedia/thriller pese al gran potencial que tenía para contar una historia sobre el tema.

por | Oct 13, 2023

Based on a true story: “true crime” à la carte

El true crime se ha convertido en un punto de consumo máximo en todos los aspectos multimedia: cine, televisión, documentales, podcast. Existe, sin dudas, el espacio para una crítica constructiva sobre la sociedad de consumo que toma estas muertes como objeto de entretenimiento. ¿Intriga? ¿Morbo? ¿Curiosidad? 

Antes de hablar de Based on a True Story (2023-), la nueva serie satírica de Peacock que estrena en Latinoamérica por Universal+ el 14 de noviembre, recordemos que tampoco es la primera en encarar la temática desde una perspectiva humorística. Así como esta curiosa serie presenta a una pareja haciendo un podcast de true crime, tenemos también Only Murders in the Building (2021-), otra historia que supo combinar el crimen con la comedia y los podcasts. 

Un fenómeno mortal

Si entramos a Spotify, nos vamos a encontrar no solo con que existen millones de podcasts sobre true crime, sino también que la mayoría de ellos son de lo más escuchado de cada país en la plataforma. El fenómeno llegó a la TV en todas sus formas, fogoneado por documentales como The Jinx: The Life and Death of Robert Durst (2015) de HBO y Making a Murderer (2015-2018) de Netflix, que se involucraron en investigaciones abiertas.

En la mente del criminal (2017-2018), John Wayne Gacy, el payaso asesino (2021) y Conversaciones con asesinos (2022) son solo algunos de los documentales que podemos encontrar en plataformas como Netflix, con un nivel de producción impecable. Después del éxito del documental de Ted Bundy en Netflix como parte del ciclo Conversaciones con asesinos, realizado magistralmente con las cintas de su confesión -donde escuchamos todo lo que pasó en su voz y en primera persona-, llegó una no tan exitosa película ficcionalizada y protagonizada por Zac Efron. 

Luego del éxito rotundo de The Jeffrey Dahmer Story (2022) con Evan Peters encarnando al infame asesino serial (del cual también podemos encontrar el documental con grabaciones reales en la plataforma), el creador Ryan Murphy va a expandir la franquicia de Monster con una serie sobre los hermanos Menéndez y luego con Charles Manson, que serán estrenadas el año que viene también en Netflix.

Incluso docuseries como The Staircase (2004-2018) o, sin ir más lejos, el asesinato María Marta García Belsunce en Argentina se convirtieron en series de true crime guionadas para HBO. En tan solo un año, tuvimos dos series sobre el caso de Candy Montgomery (Candy en Star+ con Jessica Biel y Love and Death en HBO con Elizabeth Olsen). Y hace apenas unos meses, Apple TV+ presentó el primer episodio de la serie The Crowded Room, protagonizada por Tom Holland, donde se explora la vida del asesino Billy Mullingar, quien también tiene un documental sobre su vida real en Netflix

La pregunta es: ¿Cómo nació este consumo? ¿Quién decide qué historias se cuenten y cuáles quedan en el olvido? ¿Dónde se termina el deseo impulsivo de entender los trastornos de la mente humana para convertirse en morbo? Sin dudas, muchos sabrán diferenciar y consumir responsablemente este contenido, pero seguramente haya mucha gente que no. 

Hace poco, Penn Badgley -quien personifica al asesino serial Joe en el éxito de Netflix You (2018-2024)- habló críticamente sobre la glorificación y romantización de los asesinos seriales. Entertainment Weekly le preguntó qué pensaba sobre la gente que se sentía atraída por estos asesinos y respondió que era “algo para examinar dentro de cada uno”. Resaltó la diferencia entre un personaje ficticio como Joe en comparación a asesinos reales:

“Escribieron a Joe de tal forma que te enamores de él, pero ¿Bundy? ¿Dahmer? Creo que Netflix tiene que rever la forma en la que presenta estos productos”. 

Sin embargo, Penn debe comprender que hay un punto en común entre la ficción de Joe y la realidad de Dahmer o Bundy: lograron ser los asesinos prolíferos que fueron, justamente, por el inmenso carisma que mostraron frente a los jueces y los medios. Hay una razón por la cual lograron que cientos de personas se juntaran en sus juicios, pidiendo por su inocencia. Hay algo sumamente atraparte en la personalidad de estas figuras, que no nos deja escapar de estas historias. La pregunta sigue sin respuesta: ¿qué es lo que nos atrae tanto? 

BASED ON A TRUE STORY 

La nueva serie creada por Craig Rosenberg se centra en la pareja de Ava, interpretada por Kaley Cuoco (The Big Bang Theory, The Flight Attendant) y Nathan, encarnado por Chris Messina (Mindy’s Project, The Boogeyman). En medio de un matrimonio un tanto aburrido, les aparece la oportunidad de su vida: descubren que Matt, el plomero que contrataron, es un asesino en serie, conocido como el “West Side Ripper”. 

La reacción normal sería, por supuesto, llamar aterrado a la policía, pero esta pareja lo piensa mucho más en frío. Ava es una de las tantas amantes consumidoras de podcasts de true crime y acá ve una mina de oro: la oportunidad de tener un podcast con un verdadero asesino de protagonista. La propuesta es que él se una a la pareja en este proyecto, pero que prometa no volver a matar. Sí, un tanto (muy) inverosímil, pero con una reacción normal la serie se terminaba en 15 minutos. 

Matt acepta, pero no todo es tan simple, ya que deben navegar los altibajos de oficiar de abogados del diablo. Los personajes incluso van a la “Crime-Con” -una convención para los fans del true crime– en busca de “contenido”. La serie muestra de manera excelente la explotación indiscriminada que se hace de estos asesinatos en pos del entretenimiento (sin embargo, simplemente lo muestra, sin hacer la crítica que tal vez es necesaria). 

Mientras que Only Murders in the Building toca el tema con una suavidad neoyorquina casi de caricatura, Based on a True Story va a lo gore, oscuro, patológico y sexual que hay detrás del asesinato de un grupo de mujeres. Sin embargo, la serie -que tiene potencial con esta premisa oscura- deviene en una simple comedia doméstica (y este tópico es un tanto pantanoso como para hacer humor).

Al no lograr definir un género ni un tono (no es comedia, ni es slasher, ni nada) simplemente cae en lo obvio con una moral dudosa. Es muy entretenida, los episodios son ligeros y la pareja protagonista está más que bien, pero la poca fuerza hace que todo quede plano y bastante olvidable. El final queda completamente abierto, dándonos la esperanza de una segunda temporada más consolidada y con un argumento más fuerte. Por ahora, Based on a True Story pasará sin pena ni gloria entre los fans del género true crime.

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