Vale intentarlo

The Bear vs Succession: Dos puntos de vista opuestos sobre el éxito

Lo mejor de la pantalla chica en la temporada de premios perfila a dos familias disfuncionales que giran alrededor de la pregunta ¿Se puede mejorar?

por | Ene 17, 2024

Es temporada de premios y de vision boards. Enero se despliega ante nosotros como una página en blanco, como una oportunidad de volver a empezar. Mientras que en Hollywood comienza la temporada para reconocer lo mejor del año pasado, las chicas, en nuestras casas, cortamos revistas con imágenes de inspiración para manifestar objetivos del año que comienza.

Para los soñadores, enero es el momento para planificar objetivos y deseos. Viajar, estar en contacto con la naturaleza, leer más, dejar de scrollear al pedo. En el fondo, ser mejores, intentar ser más felices, pasarla mejor y -este año más que nunca- aprender a vivir con la incertidumbre que se respira en Argentina. 

El reflejo en la pantalla chica

Las dos series que se destacaron como lo mejor de 2023 tienen dos ideas muy marcadas sobre intentar cumplir objetivos personales. Según la mirada impresa en Succession (2018-2023), la serie de Jesse Armstrong, tener pinchado en el corcho del escritorio la foto de un avión, una chica corriendo en una cinta, o frases como “small steps every day” no van a concretarse en viajes, en finalmente arrancar el gimnasio, ni tampoco esos pequeños pasos conducen a ninguna evolución.

La línea temporal de Jesse Armstrong no es lineal. El futuro puede ir cambiando de forma, pero en esencia se trata siempre de lo mismo, una y otra vez. Por el contrario, para Christopher Storer, el creador de The Bear: “cada segundo cuenta”. 

En lo que va de las entregas de premios, Succession recibió por su última temporada cuatro Golden Globes, tres Critics Choice Awards y seis Emmys en la categoría de Serie Dramática. Por su parte, la discutible “serie de comedia” The Bear (2022-), se llevó tres Golden Globes, tres Critics Choice Awards y diez Emmys -los últimos por su primera temporada-.

Estas dos grandes ganadoras de la TV sobre familias disfuncionales, en el fondo se hacen una pregunta transversal que las hermana y al mismo tiempo las diferencia: ¿Podemos ser distintos? Yendo un poco más allá: ¿podemos ser mejores?

IR EN CONTRA DE CUALQUIER MANUAL

Succession no es cualquier serie. La serie de Armstrong humilla con un guion para nada lineal, pero al mismo tiempo, cronológico. Las acciones de los personajes son tan repetitivas que desde los primeros cuatro capítulos, está todo dicho. Ese es justamente su poder, haber tomado un aspecto de telenovela barata que da vueltas en círculos, en una obra maestra. Pero a diferencia de esos episodios que se sienten todos de relleno, en la serie de HBO Max cada episodio es tan igual a los demás como necesario. 

Jesse Armstrong perfila a la familia Roy y la lucha de tres de los cuatro hijos del multimillonario patriarca, dueño de un conglomerado de medios, por heredar el trono. Aunque la línea temporal de cada personaje es rica y compleja, la que más pone en evidencia la idea de que todo ya está dicho desde el minuto uno, es la de Kendall. El (falso) hijo mayor de los Roy fue condenado a los siete años de edad, cuando Logan le prometió su empresa y con eso selló su destino.

Desde el primer hasta el último capítulo, Kendall intenta todo por hacer realidad eso que un día le prometieron. Pendula entre intentar derrotar al padre, complacerlo, mostrar su poder o incluso, en más de una ocasión, traicionarlo por métodos racionales, infantiles o desesperados.

Desde el principio, a Kendall le tocaron malas cartas y en el juego de Succession no hay posibilidad de barajar de nuevo. La galardonada serie trae calidad, éxtasis y novedad. Perfila personajes tan despreciables como desgraciados. Trae incomodidad, al mismo tiempo que asegura que el dinero además del lujo, puede ser una causa tan fuerte de desazón y desesperanza. En Succession no hay millones de dólares que puedan compensar la creencia de que no hay salida. 

EVERY SECOND COUNTS

La familia de The Bear también es una familia rota. Tanto los Berzatto como el equipo de The Beef, tienen comportamientos violentos, abusivos, caóticos y de mucha limitación emocional para vincularse con los demás y consigo mismos. La cocina de Carmy reproduce dinámicas de la cocina de su madre, interpretada por Jamie Lee Curtis. Autodestructiva, inflamable e inestable. Pero la mirada de Christopher Storer permite que en este universo también coexistan el amor, los actos de servicio y la sensibilidad de gente que, como puede, lo intenta.

The Bear - Temporada 2: La serie de Star+ vuelve todavía más deliciosa que antes

En la segunda temporada, la gran mayoría de los personajes atraviesan un arco de crecimiento y aprendizaje que va más a fondo que en la primera. Tina, Marcus, Sugar y Sydney comienzan a tomar el control de sus destinos y conectar con las nuevas posibilidades que les está dando la vida. Pero la gran estrella de la última entrega de la serie es, indudablemente, Richie.

El papel que le valió un Emmy y un Critics Choice a Ebon Moss-Bachrach en esta última entrega, viene con un regalo: Forks. El séptimo episodio funciona tan bien con el resto de la serie como por sí solo. Es una carta de amor, una dosis de alegría y motivación; un recordatorio para los demás personajes, pero también para la audiencia, de que cada segundo realmente cuenta.

En la conversación que mantiene con el personaje de Olivia Colman, ella pone en palabras eso que a Richie lo tenía perdido: creer que es tarde para encontrar un propósito. “Nunca es tarde para empezar de nuevo” es una de las líneas más clichés que tiene la serie, pero que en este universo y en boca de Olivia Colman pelando hongos a mano, tiene todo el sentido del mundo.

The Bear - Temporada 2: La serie de Star+ vuelve todavía más deliciosa que antes

Como escribe Victoria Airaldi, la segunda temporada incluso supera a la primera y se planta con la premisa amorosa de la revalorización de lo mundano. Lo que nos conecta y enamora de los personajes de esta serie es que en su mayoría encuentran un propósito, revalorizando eso que ya está ahí. Es el cambio de enfoque lo que los hace crecer. Permitirse la humildad para dejarse enseñar y la vulnerabilidad para creer que es posible empezar de nuevo. 

NECESITAMOS UN POCO DE ESPERANZA

Tal vez por su esencia desordenada, vertiginosa, pero al mismo tiempo entrañable e inigualable, The Bear parece que podría ser una serie de argentinos;  incluso, una serie de Argentina. Los ojos intrépidos y sensibles, pero al final de todo optimistas de Christopher Storer en momentos de incertidumbre, son los que más se necesitan.

Porque tanto Succession como The Bear son dos carreras adrenalínicas y desesperadas, llevadas adelante por personajes complejos y conflictuados. Pero mientras que en Succession la carrera es por ver quién llega primero, pagando el costo que sea necesario, en The Bear el objetivo no es quedarse con todo, es un objetivo colectivo, donde todo un equipo, con sus complejidades y limitaciones, tira para el mismo lado. 

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