El debut detrás de las cámaras del actor es brutal, descarnado y muscular. Una combinación de buenas decisiones creativas con una visión original.

El debut detrás de las cámaras del actor es brutal, descarnado y muscular. Una combinación de buenas decisiones creativas con una visión original.
En su película más ambiciosa hasta la fecha, Jordan Peele demuestra una vez más que el entretenimiento y el terror pueden convivir con los subtextos.
Cómo el racismo sistémico cortó profundo y revitalizó a un género con falta de prestigio.
Secuela directa de la primera entrega de 1992, este nuevo capítulo de la historia plantea una vuelta de tuerca que revitaliza la saga.