En los últimos años el mumblercore, una corriente que comenzó desde lo más profundo del cine independiente, creció exponencialmente y se convirtió en el favorito de muchos. Mumble significa murmullo y se lo bautizó así por la forma en que los actores pronuncian sus diálogos, a veces improvisados.
Hay mucho que conocer sobre este género que se caracteriza por tener como centro principal el reflejo de la vida cotidiana y los diálogos naturalistas. Busca sentirse real y bajado a tierra, usando medios de bajo presupuesto como un símbolo estético. La imagen no es el foco sino el mensaje, con un público que conecta con lo que ve y escucha.
Teniendo el foco sobre las palabras, encontramos casi un estudio antropológico sobre el amor y los procesos de transición de los jóvenes hacia una edad más adulta. La magia de lo que vemos en las escenas y los diálogos que forman parte de las historias del mumblecore no son muy diferentes a los que experimentamos muchos jóvenes (o al menos nos sentimos identificados con una gran parte de esos momentos) en las últimas cuatro décadas, haciendo que este sea el género de los millennials por excelencia.
Originalmente nos encontramos con personajes que balbucean y mascullan mientras buscan -entre sus 20 y 30 años- un trabajo, una relación o una luz en el camino. Son el condimento perfecto para que estas películas naveguen entre drama y la comedia con toques de improvisación, buscando siempre la naturalidad para que el espectador se vea a si mismo en estas historias. No hay efectos especiales, ni mucho menos el uso de CGI. La apuesta está en ser lo más realista posible, optando sobre todo por largos diálogos, planos abiertos o cámara en mano, entre otros recursos.
Con el auge del cine indie en Estados Unidos y la popularidad del Festival de Cine de Sundance (especializado en esta clase de cine), los grandes estudios de Hollywood pusieron el ojo en este tipo de producciones, haciendo que estas películas fueran independientes en su concepción pero no en lo referente a la industria. Con el pasar de los años comenzaron a convertirse en títulos con mucho dinero que intentaban mantener la fantasía del under.
¿Quién apodó el género?
Aunque oficialmente el movimiento nace con el primer largometraje de Andrew Bujaski, Funny Ha Ha (2002), el término se consolida durante el Festival South by Southwest en 2005 gracias a Eric Masunaga, el técnico de sonido habitual de Bujaski, al describir el estilo del director.
Sus referentes dicen que el nacimiento y la inspiración llegó de la Nouvelle Vague de los ‘60, con Eric Rohmer y el enfoque que pone sobre las conversaciones entre sus personajes, así como también con John Casavettes y su película A Woman Under The Influence (1974). También destacan Jim Jarmusch con Stranger Than Paradise (1984) o más recientemente con Richard Linklater y la amada trilogía Before.
Si nos acercamos más a la actualidad, nos encontramos en lo que llamaron post-mumblercore o new mumblercore, donde no pueden faltar películas como Me and You and Everyone We Know (2005) de Miranda July, Wendy and Lucy (2008) de Kelly Reichardt, Frances Ha (2012) de Noah Baumbach. En lo que respecta a las series, algunas destacadas son Girls (2012-2017) de Lena Durham, Looking (2014-2016) de Michael Lannan y Togetherness (2015-2016) de Mark Duplass, todas producidas por HBO; así como también Easy (2016-2019) y Love (2016-2018) de Netflix.
De este género se desprenden también dos subgéneros que nos gustan mucho: el mumblegore, historias en un tono de terror como Creep (2014) de Duplass, y el real world mumblecore con sus falsos documentales como The Office (2005-2013).
Algunas películas imperdibles:
Funny Ha Ha (2002)
Filmada en 16mm, la película de Andrew Bujalski es la fundacional del mumblecore. Marnie (Kate Dollenmayer) es una chica de veinte y tantos años en un estado constante de crisis existencial y de “me río por no llorar” (de ahí su título). El director siguió explorando el género en otras pelis como Mutual Appreciation (2005) y Beeswax (2008).
Hannah Takes the Stairs (2007)
Grabada en digital, con planos largos y en cámara en mano. Sus actores principalmente improvisaron, mostrando a jóvenes insatisfechos con su estado actual de vida. El director Joe Swanberg también se mantiene dentro del mumblecore en Kissing on the Mouth (2005), Nights and Weekends (2008) y Alexander the Last (2009). Bujalski y Mark Duplass aparecen como actores junto a nuestra musa del movimiento: Greta Gerwig.
Frances Ha (2014)
Escrita y dirigida por Noah Baumbach y Greta Gerwig, ella también la protagoniza, poniéndole la piel a Frances Halladay. Esta bailarina de 27 años nos lleva de la mano por una comedia dramática que se enfoca en los miedos y las dudas de crecer, así como en las fuerzas y debilidades de la amistad y los cambios constantes que sufrimos mientras buscamos nuestro lugar en el mundo. Una imperdible en blanco y negro.
Tiny Furniture (2010)
Lena Dunham tenía 24 años cuando dirigió su opera prima. Escrita y protagonizada por ella, esta película que tiene mucho de autobiográfica. La historia sigue a Aura, quien después de graduarse de la escuela de cine vuelve a Nueva York para vivir con su madre Siri (Laurie Simmons) y su hermana Nadine (Grace Dunham). Completamente perdida en la vida, no sabe a dónde ir con su carrera ni con sus relaciones personales. Toma un trabajo en un restaurante donde la vemos navegar las idas y venidas del amor.
Baghead (2008)
Bujalski y los hermanos Duplass crean una efectiva mezcla de comedia y terror adolescente con Ross Partridge (Stranger Things) y Greta Gerwig entre sus protagonistas. Llena de humor metalingüístico y juegos de guion, supone la primera incursión del mumblecore en los circuitos alternativos oficiales como el Festival de Sundance.
Humpday (2009)
Dirigida por Lynn Shelton (Laggies), sigue la historia de dos jóvenes que están agobiados por las responsabilidades de la vida adulta. Ben (Mark Duplass) se reencuentra con su amigo Andrew (Joshua Leonard) después de diez años sin verse. Entre los dos no pueden creer todas las diferencias que tienen, pero al mismo tiempo, todas las emociones que los unen.
Yelling Fire in an empty Theater (2023)
La más actual del género viene bajo la dirección, guion y producción de Justin Zuckerman. Lisa (Isadora Leiva) se acaba de graduar en la universidad y decide volver a Nueva York después de vivir en Florida. Allí se muda con una pareja que no deja de pelear, conoce nuevos amigos y experimenta la vida y la ciudad… lo mejor que puede.
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