La historia del dios del engaño parecía haber llegado a su fin. Tras hacer las paces con Thor (Chris Hemsworth) y aceptar su identidad como hijo de Odín (Anthony Hopkins), Loki (Tom Hiddleston) se sacrificó heroicamente y murió en manos del Titán loco, Thanos (Josh Brolin). Pero Avengers: Endgame (2019) y sus viajes temporales lo cambiaron todo.
Ese es el punto al que nos trasladamos al comienzo de Loki (2021-), retrocediendo a lo que fue la Batalla de Nueva York en The Avengers (2012), donde lo encontramos derrotado por el grupo de héroes tras su primera alianza. A pesar de ser un prisionero, el Teseracto cae a sus pies y se convierte en su puerta de escape, llevándolo a caer aleatoriamente en un desierto. Pero este nuevo comienzo toma un giro que ni siquiera un dios del caos podía haber previsto: se abre un portal y lo toman prisionero oficiales de la TVA.
For all time. Always.
¿Qué es la TVA? La Time Varience Authority (Autoridad de Variación Temporal) es una organización dedicada a monitorear el flujo de la Sagrada Línea del Tiempo. En caso de surgir un acontecimiento inesperado, un “evento Nexus” que pueda cambiar el curso de las cosas, sus agentes se encargan de atrapar al culpable y destruirlo. Eso es lo que se explica en el video informativo que Loki Laufeyson ve en la fila hacia su propio juicio. Ya que, al haber escapado de los Vengadores se creó una línea temporal alternativa. Eso lo convierte entonces en una “variante” de sí mismo.
Ni la magia ni las mismísimas Piedras del Infinito tienen poder dentro de las oficinas de la TVA. Por primera vez, Loki es literalmente despojado de todo aquello que lo identifica. Ya no es temido, no posee poderes, ni siquiera sus principescas vestiduras. Obligado a usar un uniforme como todos los otros prisioneros, Loki es denominado la Variante L1130.
En ese contexto aparece el agente Mobius M. Mobius (Owen Wilson), un oficial que viene estudiando las diversas iteraciones del dios. Su nuevo aliado lo obliga a ver cada uno de los acontecimientos que el Loki original debía atravesar: la muerte de su madre, el Ragnarok que llevó a la destrucción de Asgard y hasta su propia redención.
Es un vehículo para llevar a cabo un resumido pero efectivo estudio del personaje. Nos recuerda de sus complejas capas desde su aparición en Thor (2011), en donde era claro que los secretos de Odín y el descubrimiento de su origen como Jotun hizo estragos en la psiquis de Loki. Completamente vulneradoa nivel físico y emocional, por primera vez comparte con alguien sus más íntimos miedos y remordimientos.
No disfruto de lastimar a las personas. No lo disfruto. Lo hago porque debo. Porque tuve que hacerlo. Porque es parte de la ilusión. Es el cruel y elaborado truco conjurado por los débiles para inspirar temor.
Loki, yo y mi otro yo
Muchos son los Lokis que fueron atrapados, ya que Mobius le explica que inevitablemente perder es su destino, y su verdadero propósito es el enaltecer a aquellos a su alrededor. Pero entonces, se le ofrece la oportunidad de hacer algo digno con su existencia: trabajando como consultor para la TVA, puede ayudarlos a atrapar a una de sus variantes que está cometiendo crímenes contra la Sagrada línea temporal.
Como nadie conoce a Loki mejor que él mismo, este no tarda en deducir cómo encontrarse: su variante se traslada a mundos que están por ser destruidos, borrando así sus propias huellas. De esta manera, no tardan en verse cara a cara y es así como descubren a Sylvie (Sophia Di Martino). la variante tiene su propio TemPad, un artefacto robado a la TVA que utiliza para viajar en el tiempo, pero en su intento por escapar Loki consigue atravesar el portal con ella.
Juntos caen en el planeta Lamentis, horas antes de su destrucción. Con un TemPad roto y enfrentados al fin de este mundo juntos, poco a poco ambas variantes comienzan a hablar. Ese antagonismo inicial da lugar a una honestidad que tan solo parecen poder ofrecerse a ellos mismos. Sylvie le cuenta que fue raptada del palacio en Asgard por la TVA cuando era apenas una niña, pero nunca logró a saber el motivo.
Tras escapar y crecer como una prófuga, su único objetivo es destruir a la organización y a sus creadores: los Guardianes del Tiempo. Momentos antes de que el planeta desaparezca, se toman de las manos y desencadenan un “evento Nexus”, ya que dos versiones de la misma persona comienzan a sentir un amor por el otro que debería ser imposible. Eso alerta a la TVA, que descubre su ubicación y los arresta.
Nada es lo que parece
Atrapados e interrogados, Loki trata de explicarle a Mobius lo que Sylvie descubrió a lo largo de los años: todo es un engaño. Los agentes de la TVA también son variantes robados de sus hogares, a los que se les borró la memoria.
A pesar de las dudas, el oficial comienza a sospechar de la transparencia de sus superiores, de la jueza Renslayer (Gugu Mbatha-Raw), o hasta del propósito mismo de la institución. Pero ambos Lokis escapan, decididos a terminarlo todo en un enfrentamiento contra los Guardianes del Tiempo. Imparables, logran destruirlos, demostrando que estos no son más que una farsa: simples robots.
Renslayer ataca y elimina a Loki. Entonces Sylvie, enfurecida, pero dudando de todo lo que sabe sobre la organización y ya sin nada que perder, le roba su arma a la jueza y la utiliza para autodesintegrase, buscando seguirlo.
Más allá del tiempo
Ambos se despiertan en el Vacío, una tierra abandonada y distópica en donde se vierte todo lo que la TVA alguna vez eliminó. Ahí, múltiples variantes de Loki (incluyendo un lagarto) se engañan y enfrentan mutuamente, sumidos en un caos total.
Una versión más madura de ambos apodado el “Loki Clásico” (Richard E. Grant), cuyo atuendo emula al diseño original del personaje en los cómics, les hace comprender que una y otra vez los Loki cometen los mismos errores y que él malgastó su existencia luchando contra su hermano.
Descubriendo que una criatura llamada Alioth protege lo que parece ser el núcleo del Vacío y probablemente su única salida, el Loki Clasico lo distrae y se sacrifica. Esto permite que Loki y Sylvie usen sus poderes para hechizar al monstruo, venciéndolo. Es entonces que se revela una mansión a lo lejos: la Ciudadela al final de los tiempos.
El Final es el Comienzo
Este es probablemente el desenlace más atípico que Marvel nos dio hasta la fecha. El capítulo final de esta primera temporada no tiene los clásicos enfrentamientos épicos y vistosas manifestaciones de poder de los terceros actos de Marvel. Por el contrario, se basa en el dialogo y es principalmente expositivo.
Loki y Sylvie, al entrar en esta casona imposible, se encuentran con quien orquestó todo, quien se presenta como Aquel Que Permanece (Jonathan Majors). Este hombre tan jovial que los recibe es realmente el temible Kang el Conquistador, un ser vencedor de la batalla contra sus propias variantes y quien está en control del multiverso.
Cansado de mantener el orden, reconoce solo en Loki a un ser con la falta de moral necesaria para elegir entre dos opciones: que lo mate para obtener descanso -a costa de desatar otra guerra infinita- o que tome su lugar, entregándole el poder que Loki siempre pareció desear. Eso sí, con la tarea de continuar con la farsa de la Sagrada línea temporal.
Detrás de los juegos de ilusiones
Diez años pasaron desde su presentación. Aunque Loki apenas llegaba a tener menos de un total de dos horas en pantalla, durante las siete películas en las que aparecía, eso no impidió que se vuelva en uno de los favoritos de los fans. Por buena razón, además, ya que sin duda es uno de los personajes más complejos del Universo Cinematográfico de Marvel.
Sin embargo, Tom Hiddleston se sorprendió con la llamada de Kevin Feige y la propuesta de traerlo de vuelta, dado que el actor ya había hecho su propio duelo por este rol que tanto había amado. Pero, con la decisión de llevar al MCU al terreno de la televisión, Loki era el personaje perfecto con el que iniciar esta nueva aventura.
Originalmente, fue planteada como una aventura en la cual el dios de las mentiras viajaría a través del tiempo para buscar las Piedras del Infinito, en escenarios tan diversos como el Antiguo Egipto o el Salvaje Oeste. Pero los planes de a poco fueron mutando. Se suprimieron muchas de estas ideas debido a las restricciones que significo llevar la producción durante la pandemia.
Pero a pesar de cambiar ese foco, la historia se convirtió en un capitulo fundamental para entender a dónde se dirigía esta nueva fase de Marvel, introduciendo el concepto del multiverso. Loki es además una de las series con una impronta visual más sólida, con una dirección de arte que toma como piedra fundacional una estética basada en la década del sesenta y la ciencia ficción retro.
El dios del cambio
Quizás su punto más débil sea el desarrollo de personaje. El mismo Loki, que se caracteriza por sus posturas neutrales y por habitar zonas morales grises, fue llevado a convertirse en un personaje benevolente gracias a un romance apresurado. Llegado el capítulo final, ya no desconfiamos de él como lo hacíamos en las películas y en los comics.
Esto no significa que Loki no pueda (o deba) crecer y cambiar, ya que es evidente que ese es el mensaje al que apuntan los guionistas. Pero la ejecución es tan abrupta que, lamentablemente, opaca la riqueza del personaje. La esencia de aquel ser que siempre transita el engaño, inclusive cuando tiene las mejores de las intenciones.
Eso es exactamente lo que su escritor Michael Waldron parece haber olvidado: Loki no tiene porqué perder sus mañas para que comprendamos que siempre tuvo en el fondo un buen corazón. Es en la duda y en los errores en donde continuamos creciendo y este terreno tan nuevo sería más aprovechado si reconocemos en la travesía la esencia pícara del personaje.
A días de la vuelta de la serie a Disney+, sabemos que los desfases temporales van a ser uno de los problemas centrales a los cuales nuestro antihéroe deberá enfrentarse. El nuevo personaje de Ouroboros (Ke Huy Quan), un agente del departamento de Reparaciones y Avances de la TVA, se muestra perplejo ante la forma en que Loki salta naturalmente y sin control entre distintas líneas temporales.
Por otra parte, nuestro protagonista estará en la búsqueda de Sylvie, quien parece estar escondida en la década del ochenta y tratando de construirse una vida propia. No debemos olvidar además que, al igual que vimos en una de las escenas post-creditos de Ant-Man and the Wasp: Quantumania (2023), las variantes de Kang también comenzarán a revelarse como la temible amenaza que representan. ¿Será capaz de enfrentarlo nuestro antihéroe preferido?
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