La serie El libro de Boba Fett (2021-) tuvo un comienzo promisorio. De hecho, el mejor que podrĆa tener cualquier proyecto que forme parte del universo expandido de Star Wars. En primer lugar, su llegada fue precedida por un formidable cameo del personaje en The Mandalorian (2019-), el gran Ć©xito de lanzamiento de Disney Plus. Temuera Morrison no solo encarnó al clĆ”sico cazarrecompensas con una considerable energĆa e inteligencia, sino que ademĆ”s elaboró un concepto nuevo.
Boba Fett, un misterio a lo largo de casi cuatro dĆ©cadas, llegó a la televisión para construir su propio lugar en la obra de George Lucas. Uno que se sostenĆa a base de una reflexión sobre la naturaleza de la violencia en la space opera mĆ”s querida del cine. TambiĆ©n, de la identidad (y su crĆptica historia) como parte de las cientos de historias no relatadas en la franquicia.

La escena poscrĆ©ditos del final de la segunda temporada de The Mandalorian, en la que Boba Fett tomaba el poder en Tatooine, asombró y entusiasmó a los fanĆ”ticos. En especial, porque la futura serie prometĆa profundizar en el mundo criminal de Star Wars y hacerlo desde la tensión de un sustrato adulto. AdemĆ”s, la percepción general de esta secuencia fue la del comienzo de un recorrido a travĆ©s de ideas nuevas en la franquicia galĆ”ctica.
Esta tambiĆ©n hizo las veces de conclusión al recorrido del personaje en The Mandalorian y abrió la historia que se mostrarĆa a continuación. En ella, pudo verse a Boba Fett junto con la asesina a sueldo Fennec Shand (Ming-Na Wen) haciĆ©ndose con el dominio del Tatooine mĆ”s salvaje por la fuerza. De modo que la conclusión fue que los fanĆ”ticos podrĆan esperar que El Libro de Boba Fett fuera un recorrido a travĆ©s de los misterios de un planeta hostil. Uno que se relaciona con buena parte de los personajes mĆ”s importantes de Star Wars. La premisa no podĆa ser mĆ”s completa, sustancial y atractiva.

Una nueva cabeza criminal, encarnada por un Boba Fett en plena forma y con una aliada temible, tendrĆa que enfrentar el submundo de una sociedad excluida y peligrosa. Ya en The Mandalorian, habĆa varios anuncios de un juego de lĆneas y tramas semejantes. Y de hecho, la percepción de la historia era sin duda, una mirada elegante y profunda sobre algo mĆ”s amplio. Boba Fett, ese gran misterio que recorrió los confines de una galaxia muy, muy lejana por mĆ”s de cincuenta aƱos, estaba a punto de revelarse.
La redención de un personaje que no la necesitaba
Pero, al contrario de lo que podrĆa suponerse, El Libro de Boba Fett no es una serie concentrada en la acción, en la aventura o en la mirada de nuevos espacios en Star Wars. Deudora en estilo y tensión al paisaje complejo de The Mandalorian, la serie repite su ritmo, sin su afortunada confluencia de elementos. Ya sea porque Boba Fett lleva a cuestas las expectativas de tres generaciones de fanĆ”ticos o porque el guion tiene reales problemas para analizar sus elementos constitutivos. La serie ha tenido en sus tres primeros capĆtulos estrenados, verdaderos problemas para encontrar una voz propia.

De hecho, uno de sus mayores problemas es el elemento genĆ©rico que desvirtĆŗa el Ć©nfasis en la identidad de un personaje con caracterĆsticas propias. Boba Fett, que fue interpretado por ocho actores distintos desde la saga original hasta su versión actual, siempre fue la encarnación del extrarradio galĆ”ctico. Indescifrable, con aires de villano discreto y una profunda transgresión a la moral maniquea de Star Wars, Boba Fett despertó un entusiasmo inmediato.
Eso, a pesar, de sus breves apariciones en pantalla grande y en el canon expandido. La oportunidad de comprenderle mejor y en especial, que el personaje pudiera mostrar todo lo que se habĆa insinuado por dĆ©cadas, se convirtió en motivo de interĆ©s. Mucho mĆ”s, cuando la serie estableció como posible premisa la exploración por regiones desconocidas del universo de Star Wars.
Las cortes criminales, gremios y sociedades ilĆcitas son un punto interesante que, hasta ahora, la saga ha mostrado de forma velada. ĀæQuĆ© podrĆa ocurrir cuando Boba Fett, impecable y violento, estuviera a la cabeza de un planeta salvaje? De hecho, parte de la promoción de El Libro de Boba Fett se basó en dejar claro que serĆa la historia del personaje contada por el mismo. Una amplia, extraƱa y singular visión por un extremo de la galaxia decadente y, a menudo, ambiguo.

Pero la serie tomó desde su primer capĆtulo un camino distinto. Uno que, aunque tiene indudables virtudes narrativas, no rinde homenaje a Boba Fett o su larga estela en el universo de Star Wars. De hecho, uno de los puntos incómodos del programa es su incapacidad para unir piezas dispares de una narración encaminada a la redención. El Boba Fett que lleva el casco de la armadura bajo el brazo, negocia y recuerda un pasado que le llevó a una travesĆa espiritual, resulta irreconocible. O, al menos, una contradicción inesperada a un personaje violento, que por aƱos cimentó la imagen del Ćŗltimo rebelde de Star Wars.
Tres capĆtulos sin forma, vĆnculo o sentido
Hasta ahora, la dupla Jon Favreau y Dave Filoni habĆa resultado una combinación infalible al momento de traducir a Star Wars como historia. Su Ć©xito con The Mandalorian sorprendió a Disney y LucasFilm. De modo que el experimento con El Libro de Boba Fett era arriesgado, pero con todas las posibilidades de triunfar. Con un escenario extraordinario, una trama adulta y un personaje querido, pero sin profundidad, la serie era una apuesta sobre el talento de su grupo de producción.
No obstante, el resultado ha sido decepcionante y quizĆ”s, el primer tropiezo de la dupla Favreau/Filoni en su versión del universo Star Wars. El primer capĆtulo de la serie se tomó una considerable cantidad de tiempo para mostrar a un Boba Fett obsesionado por su pasado. Uno, que en lugar de responder a la violencia con violencia (como lo habĆa hecho hasta entonces), preferĆa pacificar Tatooine. Una figura plĆ”cida que pasó buena parte del episodio entre negociaciones fallidas, espera de oficinas y recordando sus dolores privados.

El ritmo y el tono sorprendieron a los fanĆ”ticos. Pero mucho mĆ”s, cuando el segundo episodio llevó al personaje a lugares distintos. Elegante, con una propuesta visual asombrosa y un cuidado guion, fue un brillante ejercicio de estilo. Pero de nuevo, falló al intentar narrar la historia de su personaje central. En realidad, el recorrido hacia la redención de este Boba Fett, hijo del desierto, era correcto pero no vĆ”lido. Mucho menos, significativo para la historia de la serie, que volvĆa a tener poca o ninguna relevancia en el guion.
QuizĆ”s es el tercer capĆtulo el que muestra con mayor cuidado la tensión del Boba Fett polĆtico en contraposición a la atmósfera violenta de Tatooine. Dirigido -como el primero- por Robert RodrĆguez, tuvo cameos inesperados y tambiĆ©n secuencias forzadas de acción. Como si la historia no tuviera la capacidad de contar una Ćŗnica historia, la narrativa va de un lado a otro sin consistencia o mucho menos, una versión Ćŗnica sobre cómo Boba intenta tomar el poder.

De hecho, la gran falla de El Libro de Boba Fett es que a mitad de camino entre la percepción del personaje como nuevo territorio de anĆ”lisis, no llega a ninguna parte. PodrĆa ser cualquier otro rostro familiar o desconocido de Star Wars y la historia avanzarĆa en la misma dirección. ĀæCuĆ”l es el error en una estructura que sostiene con dificultad una historia incompleta? QuizĆ”s, su incapacidad para narrar con mayor tino, una historia dentro de una historia.
Una vez revelado el enigma de Boba Fett, hay poco que mostrar que no sea aƱadidos a un planteamiento sin forma. Sin duda, el mayor problema de un recorrido que el miĆ©rcoles 19 de enero llega a su midseason sin voz, sentido o peso propio. ĀæUna oportunidad perdida? Sin duda, la gran pregunta que los fanĆ”ticos esperan resolver en los escasos capĆtulos que restan para el final.
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