En un fragmento de Understanding Comics, quizá el libro más paradigmático sobre el lenguaje del cómic, el historietista Scott McCloud se dibuja a sí mismo de manera simple, encarnando su figura de autor en un avatar para poder explicar los conceptos más importantes. Él deja bien claro que dibujarse con pocos trazos y sin demasiados detalles permite expresar sus ideas de un modo más directo a quien lee, y mediar su voz a través de otra imagen que hable por él.
Casi treinta años después, una chica británica de 23 años publica su segunda historieta en formato de libro. En sus páginas se dibuja a sí misma de cinco formas distintas. Cada una representa un aspecto de personalidad. Una para la artista plena y exitosa. Otra para la artista desastre, enquilombada, conflictuada. Uno para la niña que supo ser, que dibujaba todo el día y no hablaba con nadie. Una silueta con cara y cuerpo largo, cansado, que representa su lado racional, su conciencia. Y por encima, acechando a todas las demás, un espectro negro que viste una máscara terrorífica.
Esta última es nada menos que la personificación de su depresión, con la que ha tenido que lidiar durante toda su vida y que se ha intensificado desde que empezó a estar en boca de un público cada vez mayor. La chica se llama Zoe Thorogood y en internet andan diciendo que es “el futuro de los cómics”.
Nace una estrella
En 2019 publicó su primera novela gráfica como artista integral, The Impending Blindness of Billie Scott o La ceguera inminente de Billy Scott. Cuenta la historia de quizá otro avatar de ella misma, una artista llamada Billy Scott que -unos meses antes de la primera muestra en la que va a dar a conocer sus obras al público- descubre que está por quedarse definitivamente ciega. De esta manera, Billy tiene que lidiar con el hecho de que ha perdido absolutamente todo lo que supo tener, y aprender a reconstruirlo.
Este relato, que en un primer momento parece un viaje traumático y desolador por la psiquis de la protagonista, luego se transforma en una oda a la creatividad y la exploración de la subjetividad a través del arte. El mensaje central de su guion hace recordar a la frase “Make good Art” que usó Neil Gaiman en el emotivo discurso que dio para los egresados de la Universidad de las Artes en Philadelphia en el año 2012.
Eso probablemente fue lo que llamó la atención de los fans y los críticos del ambiente el cómic. O quizá haya sido el estilo fresco y realista de su dibujo, con fondos hiperdetallados y personajes estilizados que recuerdan a Tatsuki Fujimoto, el mangaka detrás de la exitosa obra Chainsaw Man, pero con un enfoque más occidental.
Brillando fuerte
Haya sido una cosa o la otra, sin duda llamó la atención de quienes la nominaron como mejor creadora del año 2019 en las Comic Scene Awards y quienes le otorgaron el premio a mejor nueva creadora en los Tripwire Awards, espacios para premiar a los mejores representantes del cómic británico.
Aunque ya tenía algunas portadas para Image Comics y una publicación en una antología -al igual que a Billy Scott, que recibió un prestigioso premio al mejor artista revelación (ficticio, dentro del cómic)-, estos reconocimientos y condecoraciones empezarían a pesar sobre ella como el monstruo gigante y oscuro que acecha en su segunda novela gráfica. It’s Lonely at the Centre of the World (Es solitario en el centro de la tierra) expresa un cambio abrupto con respecto al final de la novela anterior, y se ve desde la portada, que la muestra en pleno intento de suicidio.
Esta novela, publicada en 2022, sí es una historia autobiográfica que recuenta, a través de diferentes encarnaciones de su propia persona, seis meses de su propia vida mientras intenta crear una segunda obra que esté a la altura de la primera. Lidiando con el peso de ser considerada la nueva promesa del noveno arte y con sus propios deseos de quitarse la vida.
Es un viaje íntimo, oscuro y totalmente metanarrativo: una historia que se narra a sí misma, se arma y se desarma con cada página, combinando un montón de recursos expresivos completamente novedosos. De una página a otra, un personaje puede hacerse cargo de la narración, o la historia se puede transformar en un mensaje de texto, un borrador, o hasta una página en blanco.
Una nueva revelación
Esto, que no es más que un relato sobre la imposibilidad de contar su propia historia, le valió a Zoe ganar otro premio a autora revelación. Pero esta vez uno de los más prestigiosos de la industria: el Eisner Award. Desde ese momento viene acumulando créditos en varias publicaciones de Image Comics, ilustrando adaptaciones de obras ya consagradas como la novela Rain de Joe Hill, la saga de videojuegos Life is Strange o la serie de historietas Hack/Slash del autor Tim Seeley.
Con todas estas participaciones y premiaciones, sumadas al gran reconocimiento que sus propias novelas gráficas como autora integral van recolectando con los años, Zoe probablemente no logre despegarse nunca de la sombra que la fama está ciñendo sobre ella. Sin embargo, en el camino está dejando algunas de las obras más memorables de la historieta contemporánea.
Hoy es claro que el género de superhéroes está llegando a los límites de la sobreexplotación de sus adaptaciones, y lo más probable es que en el momento de adaptar cómics las productoras de cine y series comiencen a inclinarse a adaptar obras más independientes, personales y alternativas. Este es un fenómeno del que quizá sea una muestra la nueva adaptación de Scott Pilgrim vs the World en versión animada que está por estrenar en Netflix.
En esa vorágine, en el caso de que se profundice, no es de extrañar que alguna de las obras de Zoe Thorogood termine llegando a alguna pantalla, ya sea grande o pequeña. Será ese el momento en el que la veamos reinventarse como artista probablemente una vez más. Y en ese momento tendremos la oportunidad de disfrutar en otro formato el trabajo de la que, quiera o no, es una de las nuevas caras de la industria de la historieta en Inglaterra, Estados Unidos y -por proyección- en el resto del mundo.
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