Cuando la primera temporada de X-Men ‘97 (2024-) llegó a su resolución final, las expectativas estaban tan altas que, como pasa siempre en estos casos, decepcionar parecía más fácil que deslumbrar. La serie manejó tan bien las sorpresas dentro de sus primeros nueve episodios, que dejó en la audiencia la sensación de que realmente cualquier cosa podría suceder.
Y con su entrega final el asombro llegó, quizá no porque haya elevado sus índices de violencia como parecía que iba a suceder, ni por haber aumentado su comentario social, sino porque -si bien fue un final de temporada más que decente- hizo uso de algunos recursos típicos del género de superhéroes, como es el caso del deux ex machina, para poder narrar lo que es principalmente una batalla final contra un archivillano.
Así, con un cierre más convencional de lo esperado, pero no por eso menos potente, el fin de la temporada nos encontró de vuelta hundidos hasta el cuello en una ficción de superhéroes, con los pies adentro de una nueva temporada que se ve desde ya tan compleja, arriesgada y enroscada como la primera.
El episodio explora dos grandes batallas que se dan en paralelo. Por un lado, la batalla final contra el villano Bastión y su Operación Tolerancia Zero. Por el otro, una lucha psíquica interminable dentro de la psiquis de Magneto, que explora a fondo la dicotomía Xavier-Magneto, el tema central de la serie.
Este cierre de la temporada indica que sus dos visiones contrapuestas, aunque nunca podrán conciliarse, tampoco seguirán cayendo necesariamente en las batallas interminables de historias anteriores. Una posible reconfiguración en la relación entre ambos en función de un nuevo futuro para los mutantes se vislumbra quizá en próximas temporadas.
El comienzo del episodio nos lleva hacia los orígenes de la relación entre ambos, cuando eran dos jóvenes que debían reprimir sus poderes. Pero esa primera secuencia era solo un recuerdo dentro de Magneto, intervenido por Charles Xavier, que ha violado la mente de su compañero.
Xavier intenta coaccionarlo para que revierta los polos de la tierra y reconstruya todo el daño causado. Magneto se resiste y Xavier termina torturándolo psíquicamente para lograrlo, en una secuencia onírica que se extiende en todo el episodio.
Efectos secundarios
Bastión entonces se siente validado para realizar su solución final, ya que el mismo Xavier termina dándole la posibilidad, al resucitar a los Centinelas Prime. Este regreso viene acompañado de una catarata de cameos que básicamente admiten múltiples posibilidades para este universo o para futuras series animadas. Ya está claro que los Avengers existen en este mundo, como lo demuestran las secuencias de Iron Man y el Capitán América trabajando con Robert Kelly, o la aparición de Doctor Strange, o Daredevil, entre muchos otros.
El equipo X ha quedado a merced de Bastión, y pese a los intentos por apelar a su lado humano, él está dispuesto a llevar a la culminación su plan de exterminio definitivo. En este episodio se confirma que Bastión se diferencia de Magneto como villano en su absoluta falta de empatía, lo cual lo hace absolutamente aterrador y justifica su incorporación en esta serie.
Pero la oscuridad absoluta a la que nos ha venido acostumbrando, la serie se interrumpe con un recurso más propio de una historia clásica de superhéroes. En lo que se conoce como un Deux Ex Machina, un personaje super poderoso reaparece de las sombras para salvar a los héroes.
De esa manera, el tono de la serie da toda la vuelta para introducir un elemento que es más propio del principio de la serie, o de las temporadas de la serie original. La tortura de Bastión hacia Cable revela que el hijo de Nathan y Madelyne intentó doscientas veces evitar la muerte de sus dos madres, pero nunca lo logró.
En ese momento, cuando todo parecía perdido, un fragmento del Fénix Oscuro que parecía todavía residir en la conciencia de Jean apareció para poder derrotar a Bastión primero, y luego a Sinister. Así nos enteramos de que el bucle en el que Cable se veía atrapado se ha roto, y un nuevo futuro para los mutantes es posible.
Este Deux Ex Machina, de todas maneras, no acaba con Bastion, quien se recupera de inmediato. Lo que logra vencerlo es una combinación de poderes de diferentes mutantes. Es Rogue quien primero se encarga de él, y luego Roberto, ya empoderado en su identidad de Sunspot.
Finalmente, Jubilee, la poseedora de los poderes más insignificantes de todos los mutantes, termina concentrando toda su energía en deformar la cara de Bastion, quien es distraído lo suficiente para ser aplastado por el ingenio de Bestia, que se metió dentro de un Centinela junto a Morph, Jean y Storm, al mejor estilo Caballo de Troya.
Así, cada uno de los personajes que hemos aprendido a querer en esta temporada ha tenido su momento, contribuyendo para la batalla que se extiende durante varios minutos. Pero en el momento cúlmine, Cíclope entiende que la respuesta de los mutantes no puede ser combatir el futuro, encarnado en Bastion, sino aceptarlo y conciliar con él.
Mirando hacia adelante
Es probable que los episodios de la siguiente temporada den paso a un avance de la evolución de los mutantes, con cada vez más humanos reproduciéndose con mutantes y dando lugar a descendencias híbridas. Esto es lo que genera la ira de Bastion.
Mientras tanto, vemos que Wolverine no ha muerto del todo después de que Magneto haya retirado el esqueleto de su cuerpo en el episodio anterior, y está luchando por su vida. Eso da lugar a un momento muy lindo en el que Cíclope le pide a Logan que haga lo que mejor sabe hacer, curarse, para complacer a Jean.
Esto mueve la relación entre los tres por fuera del trio tóxico que había tenido lugar en la serie original, y abre el camino para una relación de más camaradería entre ambos una vez que Wolverine regrese a las andadas. Más adelante también dará lugar a otro momento memorable cuando Morph confesará su amor por Wolverine tomando la forma de Jean para darle aliento.
Mientras sucede todo esto, las intervenciones de Xavier están destruyendo la psiquis de Magneto y están poniendo en riesgo a ambos. La serie nos muestra la lucha interna de Magneto por recuperar su cordura, reconocer sus errores y excesos, y superar el trauma que vivió su familia en los campos de concentración. Xavier finalmente convence a Magneto de que lo que los une a ambos, a pesar de sus diferencias, es su sueño común por un futuro de paz para los mutantes.
Amenazados por la presencia del Asteroide M, donde sucede la batalla, un concilio de Avengers se reúne con el presidente Kelly y la ONU para atender este asunto. Ellos deciden activar los protocolos Magneto, que consisten en el envío masivo de misiles contra el asteroide.
Eso finalmente termina afectando en la batalla final, haciendo que el asteroide efectivamente vaya a impactar sobre la Tierra. Y poniendo también a todo el equipo X en apuros, excepto a Forge y Cable, que habían quedado en la Tierra.
Antes del último enfrentamiento contra Bastion, Cíclope y Jean se le aparecen píquicamente a Cable para darle la última despedida, y eso conforma el último momento familiar emocionante de la temporada. En una secuencia conmovedora, Cable les dice que las historias que había escuchado en el futuro sobre los héroes X no le hacen justicia a lo que realmente fueron, sino que ellos eran incluso mucho mejores personas en la vida real.
Así este final otorgó emoción, momentos oníricos y batallas épicas en iguales proporciones. Y tanto en la construcción de la atmósfera dramática como en las secuencias de batalla, la música tuvo un rol muy importante en lograr ese efecto. El nivel de la calidad de la música en este episodio realmente llega a límites épicos, con su punto alto en arreglos espectaculares de cantos corales que los Newton Brothers agregaron sobre la canción original.
Finalmente, las dos batallas del episodio tienen su resolución. Magneto recupera su identidad cuando Xavier le hace entender que, pese a las diferencias entre los mutantes, la pregunta por su propio porvenir es lo que los mantiene unidos. Así, el villano se recupera, y con él quizá la dicotomía de la tolerancia que ambos personajes representan se reviva en una variante menos maniquea.
Un futuro incierto
La resolución de la batalla contra Bastión no es tan cerrada. Luego de varias secuencias de batalla, y pese a los esfuerzos conjuntos para recuperar el Asteroide M entre Jean, Storm y Rogue, no llegamos a ver la muerte de Bastion, sino que el episodio termina con un giro en la trama que ya nos conecta con lo que va a pasar en las próximas temporadas.
Está claro que Bastion dejará de ser una amenaza para humanos y mutantes, y el día de la extinción ha terminado, pero los equipos X han desaparecido, separados en diferentes facciones y repartidos en distintos puntos del espacio-tiempo. Forge, el único sobreviviente, se une a un Bishop que parece venir del futuro ante la sospecha de que hay un personaje que está haciendo estragos con los mutantes, enviándolos a diferentes puntos de la línea temporal por razones desconocidas.
Un afiche en la pared de Forge, claramente inspirado en el comic Days of The Future Past, nos revela que todos los integrantes del equipo se presumen muertos o desaparecidos. Solo Coloso, el villano Exodus, Dust, y Kitty Pride se mantendrían con vida, siendo estos últimos tres personajes que aún no han aparecido en la serie. También se puede ver que QuickSilver y Scarlet Witch se encuentran en el espacio exterior, mientras que Cable se anuncia como ausente sin permiso.
Todo esto nos deja en claro que la próxima temporada nos va a dar un viaje por el tiempo y por el espacio, con grupos bien diferenciados, que quedan marcados en las últimas escenas. Por un lado vemos a Rogue, Nightcrawler, Magneto, Xavier y Bestia en Egipto, 3000 años antes de Cristo, encontrándose a una versión joven y menos intimidante de En Saban Ur, a quien conocimos como Apocalipsis en la serie original.
Cíclope y Jean, por su parte, están en un futuro muy lejano, casi 4000 años después de Cristo, donde se encuentran con Madre Askani, líder de un clan del futuro, el clan Askani, y con un joven Nathan. Como si esto fuera poco, el episodio termina con una escena post-créditos en la que vemos a Apocalipsis en el presente de Genosha encontrando una de las cartas de Gambito, dando a entender que podría regresar en la próxima temporada.
Así, el escenario post-batalla final nos encuentra sin equipo X, y con extremistas que piden por el regreso de Magneto que finalmente se dio momentos antes de la colisión final. En otra decisión de guion interesante, la serie, aunque le da un final a su villano, ni siquiera nos da el gusto de verlo morir, y en su lugar decide abrir una gran cantidad de tramas secundarias. Esto recién empieza.
Sabemos que la próxima temporada de X-Men ‘97 va a salir en algún momento entre la segunda mitad de 2024 y 2025, aunque aún no se sabe exactamente cuándo. También sabemos que tendrá muchos guiones de Beau DeMayo, el autor que fue despedido por causas desconocidas muy poco antes del estreno de la primera temporada y que se transformó en una leyenda por la calidad que desplegó en la mayoría de los episodios.
X-Men ‘97 fue una serie que no tuvo miedo de apelar a la esencia más ridícula y melodramática de los cómics para contar una historia que está más vigente que nunca. Con una calidad sin precedente de guion, animación, música y buenas ideas, se transformó en el último bastión que ha quedado de las adaptaciones de superhéroes en pleno 2024.
Quizá su máxima virtud haya sido ser un producto sólido de principio a fin, orgánico, que no tuvo miedo de tomar riesgos y no parecía estar subordinado a las decisiones de ejecutivos como sucede con otros productos televisivos de Marvel.
Aplicando la misma enseñanza que propuso Cíclope en esta entrega final, X-Men ‘97 decidió de dejar de luchar contra el futuro y hacer una serie que es consciente tanto del paso del tiempo como de la historia de los cómics, y que aún puede sorprendernos contando una historia bien pensada y planificada con respeto, pasión e inteligencia.
0 comentarios