La controversia era de esperarse. Porque, si hay algo que identifica a Until Dawn es que este es un juego extremadamente cinematográfico. Sus protagonistas eran un calco digital de Rami Malek (Mr. Robot) o Hayden Panettiere (Heroes), así como el resto del elenco que les presta sus voces a los personajes. Entre muchas escenas cinemáticas fundadas sobre un sólido guion lleno de suspenso y horror, las decisiones del jugador pavimentan el camino hacia cada uno de los diversos finales que el juego propone. Cada uno de ellos más impactante que el anterior.
Es por eso que, una vez revelada la sinopsis así como los detalles de cómo sería su adaptación para el cine, la decepción por parte de los fanáticos no tardó en hacerse oír. Nada de lo que prometía la película parecía tener algo que ver con el material original que estaría adaptando. Sin embargo, Until Dawn (2025) llegó con varias sorpresas.

(in) adaptado
La supuesta maldición en donde ninguna adaptación de videojuegos funcionaba ya es cosa del pasado. Así como The Super Mario Bros. Movie (2023) o la más reciente Minecraft (2025) fueron un éxito indiscutido en taquilla, títulos tan maravillosos como Arcane (2021-2023) o The Last of Us (2023-) llevaron esas historias a que un público más masivo las conozca mientras elevaban el material que estaban homenajeando. Until Dawn está lejos de compartir el podio de todos estos éxitos, sin embargo, tampoco merece ser catalogada como una decepción.
En esta versión, cinco amigos se encuentran de viaje hacia un pueblo rural. Clover (Ella Rubin) todavía no puede aceptar la desaparición de su hermana Melanie (Maia Mitchell), por lo que busca cualquier pista sobre su paradero con la esperanza de obtener respuestas. Ir hacia el valle en donde se vio a su hermana por última vez es para ella una necesidad. El camino es extraño, se suceden hechos inexplicables y, eventualmente, el grupo encuentra refugio en un centro de visitantes. Una casona antigua y aparentemente abandonada.

Los amigos no tardan en darse cuenta de cómo cambió su suerte. De la nada, un maníaco detrás de una máscara aparece en la casa, matándolos a todos de formas brutales mientras la parte superior de un reloj de arena vacía su contenido. Tras caer el último grano, el artefacto se da la vuelta. El tiempo vuelve a correr. Todos y cada uno de los muertos vuelven a la vida, cubiertos de moretones en los lugares donde recibieron sus heridas fatales. ¿Será posible sobrevivir a la noche y llegar vivos al amanecer?
No hay necesidad de darle muchas vueltas. Until Dawn no es una adaptación fiel del exitoso videojuego del mismo nombre. Porque, si bien con el correr del metraje empezamos a notar que sí toma algunas cosas puntuales de su lore, la historia en sí misma no tiene nada que ver con la del original. ¿Pero eso la condena a ser una mala película?

El juego, a grandes rasgos, también nos presenta a un grupo de amigos que, pasando un fin de semana en una cabaña aislada en unas nevadas montañas, eventualmente son perseguidos por un asesino así como también por amenazas de tintes sobrenaturales. Sin embargo, es indiscutible que aquello que lo hizo destacar entre otros títulos es la gran importancia que hay detrás de las decisiones que toma el jugador. Estas no solo delimitan las distintas vueltas que toma el relato, sino que también influyen directamente sobre las relaciones entre los personajes y el destino de cada uno de ellos.
Yendo al hueso
Haya gustado o no, hay que reconocer que la película de David F. Sandberg (Shazam!, Annabelle: Creation) consigue dar en el blanco en un par de cosas. Por un lado, el director entiende cuáles son algunos de los temas, situaciones y antagonistas que aparecen en la historia original y cómo puede aprovecharlos en este nuevo contexto. Lo que es más importante: logra entender cuál es la idea de la experiencia que tiene el jugador, así como también qué es lo que busca al meterse en la aventura. En cierta forma, pone más énfasis en adaptar la idea de aquello específico que el juego ofrece.

De esta manera, ciertos elementos del canon como el asesino, las criaturas sobrenaturales o hasta la participación de Peter Stormare (Fargo), son varias de las cosas que van apareciendo y ganando importancia en la trama. Pero lo más interesante es como aquella decisión tan criticada de tomar el elemento de viaje temporal termina en cierta manera reflejando cómo se guarda una partida y se la vive las veces que sean necesarias. Al fin y al cabo, prácticamente todo fan del Until Dawn en algún momento fue hacia atrás para tomar distintas elecciones y ver los finales alternativos.
Además, ¿no somos todos espectadores que buscamos una y otra vez presenciar estas distintas muertes puramente para nuestro entretenimiento? Nos terminamos encontrando entonces con una película que es completamente autoconsciente y no se toma muy en serio a sí misma, dándole en gran medida prioridad al humor negro. Until Dawn busca encontrar complicidad con los fans y entregar los suficientes easter eggs, pero por sobre todas las cosas entretenerlo tanto como a aquel que simplemente busca una divertida película de terror.

Llena de referencias hacia el género, desde títulos puntuales, el cine slasher o el found footage, puede que Until Dawn no reinvente nada, pero se mantiene perfectamente dinámica desde el primer momento. Es ante todo una película que sabe lo que fuimos a ver y nos recompensa con los debidos litros de sangre así como de una buena cantidad de creativas y viscerales muertes. Seguro que no va a ser recordada al hablar de las mejores adaptaciones de videojuegos ni de las más correctas, pero entre varios jumpscares y guiños a su público, Until Dawn aspira a divertir y lo hace con creces.
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