El cronograma oficial de la Comic-Con Internacional de San Diego nos prometió Marvel Studios a las seis de la tarde el sábado, pero mi reloj marcaba las 18:05 y no había rastros aún de Kevin “El Gorras” Feige. El escenario no tenía mesas ni sillas, por lo que deduje que no sería una tarde de charla tranquila, sino que se nos venía una presentación detrás de la otra, sin anestesia. Lo que no me imaginé ni en miles de millones de multiversos fue el anuncio final. Pero comencemos por el principio.
Con las luces apagadas, de pronto vimos humo en puntos estratégicos del salón. Intentamos hacer silencio para prepararnos para lo que estábamos a punto de ver, pero fue casi imposible, ya que el Hall H se tiñó de luces rojas y amarillas para darle paso a un gran coro que tomó el escenario. Vestidos también de amarillo y rojo, los coristas comenzaron a entonar “Like a Prayer” de Madonna, el escenario cambió su fondo al logo de Deadpool y Wolverine y miles de Deadpools invadieron el espacio para bailar al ritmo de la canción.
Cerca mío pasó un Deadpool vaquero, uno zombie, otro en pijamas, uno con un peluche de unicornio y otro vistiendo un brillante traje de lentejuelas plateadas por encima del traje de Deadpool. Cuando la canción terminó, los Deadpool se retiraron por los pasillos y al escenario subieron dos personas: Rob Delaney (Peter Pool) y Kevin Feige.
Rob actuó como moderador del panel y le dio la bienvenida a Kevin, quien nos contó que Deadpool y Wolverine (2024) se consagró como la película de categoría R que mayor dinero generó en la historia, tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo, llegando a los casi 500 millones de dólares en su primer fin de semana de estreno.
Capitán América: Un nuevo mundo
Así le dio paso Kevin Feige al primer título que se presentaría esa noche: Captain America: Brave New World (2025). Los actores subieron al escenario y Anthony Mackie recordó cuando Tom Holland hizo el chiste de que él aún no tenía su propia película: “¡Mírame ahora, Tom!” bromeó el actor. A continuación le dio paso a Giancarlo Espósito, que reveló que será Sidewinder, el rey de la Serpent Society, el gran villano de esta entrega.
El show continuó con un avance especial en la pantalla gigante del Hall H en la que vimos muchas peleas cuerpo a cuerpo, algunos tiroteos y un pedido especial del presidente de los Estados Unidos, interpretado por Harrison Ford, a nuestro nuevo Capitán América: la reunión de los Avengers.
Por lo que se ve en el avance, a Sam Wilson no le gusta para nada la petición, lo que lleva a un gran desacuerdo. En otro corte, vemos de nuevo al presidente pero ahora frente a una gran porción de adamantium, algo que, por lo que parece, le costó mucho conseguir.
”El futuro es para los valientes” leyó la pantalla gigante del Hall H para darle paso a Harrison Ford convirtiéndose en Red Hulk, provocando que todos los que estábamos presentes explotemos en euforia. Luego del avance, Harrison Ford ingresó también al escenario.
“Estoy muy orgulloso de formar parte del universo Marvel. Vi a muchos actores pasarla genial en este tipo de películas, y yo también quería eso”.
Acto seguido, emuló las formas de su personaje al convertirse en Red Hulk y, después de que la audiencia festeje su interpretación, dejó el escenario junto al resto de sus compañeros, excepto por Kevin Feige.
Thunderbolts: los anti-héroes
El equipo de Thunderbolts* (2025) fue el segundo grupo que subió al escenario a acompañar al productor. Ya llevábamos casi veinte minutos de panel cuando Sebastian Stan, Julia Louis-Dreyfus, Wyatt Russell, Lewis Pullman, Geraldine Viswanathan, Hannah John-Karen y Florence Pugh se hicieron presentes.
David Harbour apareció entre medio del público vistiendo el traje de Red Guardian: “¡Habíamos acordado que íbamos a aparecer todos con nuestros trajes!”, se lamentó el actor al ver que era el único de sus compañeros así lookeado. “Al final, uno confía en Florece Pugh y ella te decepciona”, bromeó Harbour mientras la audiencia aplaudía.
Mientras David se fue a cambiar para luego unirse a sus compañeros en el escenario, los integrantes de Thunderbolts respondieron a algunas preguntas. Florence recalcó que, si bien son todos “un desastre, accidentalmente hacemos un buen equipo”.
Julia Louis-Dreyfus nos contó, por su parte, que “Valentina lo que busca es poder, control, y patear algunos que otros traseros”, además de revelar que fue ella quien compró la Torre de los Avengers. Sebastian Stan, siendo el último de este grupo en hablar, reconoció que “hacer de Bucky es como tener nueve vidas”, ya que es un personaje que, contra todo pronóstico, siempre vuelve a aparecer.
David Harbour y Florence Pugh resaltaron en el escenario el cariño que tienen el uno por el otro, casi emulando a una relación de padre e hija en la vida real. Florence, luego de demostrar aprecio por su papá ficticio, recalcó también que varios de los actores, ella incluida, realizaron algunas de las escenas de riesgo, dando el pie para la presentación de un teaser de Thunderbolts*.
“No podríamos vernos tan cool si no fuera por nuestros dobles, así que vean acá un avance del trabajo que hicimos todos juntos”
El trailer comienza con Yelena (Belova) yendo a buscar a Alexei (Harbour) para pedirle su ayuda porque él se estaba sintiendo sin ningún propósito. Luego de algunas secuencias de acción, vemos a Yelena decirle a Ghost (Hannah John-Kamen) que estaban siendo puestos en peligro de manera constante porque alguien los quiere “fuera de juego”.
Mientras veíamos escenas de lo que será la película, Yelena nos dice con voz en off que “hay gente mala y hay gente todavía peor”. En el final del avance, la pantalla nos deja leer “be careful who you assemble” (tené cuidado a quién reunís), un guiño a la clásica frase del Capitán América “Avengers, assemble”.
La llegada de los Cuatro Fantásticos
Luego de ver la presentación, el elenco de Thunderbolts* se retiró y Kevin Feige tomó de nuevo el micrófono: “empezaremos a filmar el próximo jueves, pero no quería dejar de hablar del siguiente proyecto”, nos contó mientras una imagen de Fantastic Four apareció en la pantalla del escenario y Matt Shakman, el encargado de dirigir esta película, ingresó al salón.
Esta película no tendrá lugar en los años sesenta regulares, sino que serán unos “años sesenta retro-futurísticos”. A pesar de que el rodaje aún no ha empezado, “decidimos mostrarles el siguiente avance” armado específicamente para el día de hoy. Las luces se apagaron y vimos, una vez más, contenido exclusivo en la pantalla del Hall H.
Corrían los últimos diez minutos del panel de Marvel Studios y fuimos testigos de las primeras imágenes de Pedro Pascal en la piel de Reed Richards siendo, en esta ocasión, un profesor de física explicándole conceptos de la ciencia a un grupo de niños en un salón. A él se suma Ebon Moss, interpretando a Benjamin Grimm, también conocido como La Cosa. Ambos se colocan sus trajes de astronautas y se dirigen a lo que se ve como una especie de estación espacial.
Casi al final del video vimos una pequeña aparición de Galactus, quien se acerca súper rápido hacia el ventanal de lo que parece ser una estación espacial o un edificio muy alto, fija su mirada en el interior del mismo y deja escapar un enorme suspiro de enojo mientras frunce el ceño.
Sin darnos mucho tiempo a reaccionar, Feige hizo que Pedro Pascal, Vanessa Kirby, Joseph Quinn y Ebon Moss subieran al escenario, presentando al cast oficial de Los Cuatro Fantásticos: Primeros Pasos (2025).
Ebon Moss, entre risas nerviosas, nos contó que todavía estaba procesando el hecho de estar en el Hall H de la Comic-Con de San Diego frente a toda esta gente y que fue Mark Ruffalo quien le envió, horas antes, un mensaje de texto explicando cómo funciona el recibimiento de los fans en Marvel, para que se quede tranquilo con todo lo que estaba por sucederle.
Joseph Quinn resaltó que el grupo de cuatro actores está trabajando con mucho ímpetu para que “esto se vea como una verdadera familia”. Mientras la audiencia aplaudía, el Fantastic Car se hizo presente en la sala, dando una gran vuelta en el aire desde el lado izquierdo del Hall H, flotando por arriba del escenario hasta el lado derecho, para así desaparecer entre la oscuridad. Y eso le dio el pie a Kevin Feige para tirar la última bomba.
It’s Avengers Time
“Todos estos actores que vieron el día de hoy van a formar parte de las nuevas películas de Avengers. Si ustedes tienen ganas, se los muestro”.
Feige declaró esto mientras el logo de Marvel Studios se adueñaba de la pantalla por última vez y la audiencia explotaba, una vez más, en un grito de euforia que no iba a ser el más grande de la noche. Sin saber lo que nos esperaba vimos un compilado de momentos clave y “eventos canónicos” en las películas de Avengers que, al final, nos tiró de las butacas con una pequeña frase, en mayúsculas y con letras plateadas: Vuelven los Hermanos Russo.
Los espectadores perdimos todo tipo de cordura mientras veíamos a Joe y Anthony Russo entrar al escenario acompañados por Kevin Feige. Muchas cosas pasaron por mi cabeza, entre ellas, cómo hicieron para convencerlos de semejante hazaña. No había tiempo para mis preguntas filosóficas; al panel le quedaban cinco minutos y, mientras Joe Russo agarró el micrófono, pensé: “se vienen cositas”.
Si les soy honesta, mis queridos lectores, pensé que nada iba a sorprenderme. Todo lo que conté hasta ahora ya estaba, en mi cabeza, medianamente esperado por lo que leí de cara a la convención y por deducciones que hice de antemano durante el tiempo muerto que tuve esperando en la fila de la fila. Pero lo que yo no sabía, mientras Joe Russo tenía todavía el micrófono en la mano, es que lo que estaba por presenciar iba a cambiar el curso de mi vida, mi verdadero “canon event”.
Tuve la suerte de asistir por primera vez a la Comic-Con Internacional de San Diego en 2019, dos meses después de que se estrenara Avengers: Endgame. Todo el hype ya había pasado, el punto de inflexión más grande en la historia de Marvel Studios ya había pasado, la aparición sorpresa de Tom Hiddleston ya había pasado, “todo lo importante” ya había pasado. Nunca di por sentada mi oportunidad de estar ahí, pero muy dentro mío sabía que nada iba a volver a ser lo que había sido alguna vez. O eso creí.
“Realmente se vienen cositas”, seguía diciendo mi cabeza mientras Joe explicaba que lo que creyeron imposible estaba sucediendo en ese mismo instante. “No creíamos que íbamos a regresar”, nos contó el hermano Russo, “pero no nos podíamos perder la oportunidad de contar esta historia”. Mientras él hablaba, la pantalla del Hall H presentó Avengers: Secret Wars, algo que ya sabíamos que iba a pasar desde la Comic-on del 2022, pero que ahora tenía la fecha cambiada a mayo 2027.
Doomsday (o el mejor día de mi vida)
¿Y qué van a hacer con La Dinastía de Kang?, pensé yo y probablemente todos ustedes, pero Juanito Russo estaba listo, una vez más, para darme una respuesta como si fuera capaz de leer mi mente. “Para poder contar esta historia correctamente”, explicó Russo como si estuviera dando cátedra en la universidad, “es necesario contar otra historia antes”. Todas las luces del Hall H se tornaron verdes y la audiencia dejó ir un fuerte grito de sorpresa: Avengers Doomsday leía ahora la pantalla, con fecha de mayo 2026.
En medio de la euforia pude conectar mis neuronas e interpretar la información. Ya no habría Dinastía de Kang; los problemas con Jonathan Mayors sumados a la mala taquilla de Ant-Man and the Wasp: Quantumanía (2024) llamaban a que Kang muera de regreso a su planeta como Poochie. La jugada era perfecta: Doom llegaría para salvarnos de la ola de terror causada por Kang y le devolvería, quizás, sus millones a la empresa del ratón. ¿Cómo van a hacer eso? ¿Qué actor sería capaz de pasar el trapo en Marvel Studios y devolverle el brillo?
”Para hacerle justicia a este personaje”, explicó Russo en su Marvel Masterclass, “necesitamos a un actor increíble”. El director hizo una pausa dramática y varios Doom ingresaron al escenario, todos marchando al unísono. Las luces seguían verdes y la audiencia estaba expectante, en silencio. No volaba una mosca y todos los ojos estaban en el escenario, sin ser capaces de imaginar ni una pequeña parte de lo que estaba por pasar.
”Como prueba de las posibilidades inimaginables en el Multiverso de Marvel, les traemos… a la única persona… que podría interpretar a Victor Von Doom”.
Mientras Joe Russo movía las manos como si nos estuviera explicando física cuántica, por mi cabeza pasó un flash de imágenes como esos filtros de TikTok seleccionando qué actor podía entrar al escenario. Pero, en vez de eso, el director se hizo a un lado para revelar a un Doom que estaba vestido ligeramente distinto a todos los demás. El Doom misterioso dio un paso al frente, puso su mano en la máscara que tapaba su cara y, ante una audiencia en un silencio expectante, se la sacó. Y vimos algo increíble.
Robert Downey Junior se hacía presente, una vez más, en el Hall H de la Comic-Con de San Diego. El video que yo estaba grabando quedará por siempre marcado con mi grito agónico-triunfal, sumado a un gran y largo “Roberto”. No lo podía creer. Yo me había dado por vencida con la idea de ver al gran RDJ, uno de mis actores favoritos, en el Hall H de la mano de Marvel Studios.
Cuando al fin pude asistir a este tipo de eventos Tony Stark ya había muerto para salvar al universo y yo creía que con él había muerto mi posibilidad de verlo en un panel de Marvel. Esta noche me equivoqué muchas veces, pero nunca me equivoqué tanto como con ese pensamiento de lamento marvelero.
Robert hizo su pose icónica con los brazos extendidos hacia los costados y el pecho hacia adelante, con una cara completamente seria y sin mover ningún músculo. Nos dio una totalidad de diez segundos para que gritemos todo lo que teníamos dentro de los pulmones, y yo grité tanto que aún me duele la garganta. Cuando los gritos cesaron un poco, sacó un par de lentes marrones de su bolsillo y se los puso, viéndose aún más basado (y parecido a Tony Stark) de lo que estaba hasta ahora.
No me acuerdo de lo que pasó después porque entré en estado de shock, pero los videos que vi de ese momento muestran que RDJ agarró el micrófono y dijo “nueva máscara, misma tarea”. En la audiencia festejamos el volverlo a escuchar en Hall H para luego hacer silencio y dejarlo hablar una última vez:
“Qué les voy a decir, me encanta interpretar personajes complicados”.
Anthony Russo tomó el micrófono para decir que nos verán de nuevo en dos años con Doomsday, todos festejamos, Robert Downey Junior nos dio un último grito de celebración y todos se retiraron del escenario.
Mi reloj marcaba las 19:05. Había vivido una de las horas más locas de mi vida. El Multiverso me regaló una experiencia que no me había imaginado ni en mil vidas y, mientras juntaba mis cosas para salir del Hall H, pensé en lo agradecida que estaba de haber vivido ese momento.
Lo sigo pensando, incluso, remarcando que todo lo que hice para poder estar ahí esa noche valió la pena. Quizás no haya podido ver a Robert Downey Jr interpretando a uno de mis personajes favoritos, pero esa noche entendí, finalmente, a qué se refieren cuando dicen que el Universo (o Multiverso, en mi caso) trabaja de formas misteriosas.
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