¿Por dónde se empieza? Esa es la gran pregunta, aquella que hace todo interesado en meterse en un mundo tan vasto como es aquel de Doctor Who. ¿Quizá lo mejor es ir por la serie clásica? O por el denominado New Who, con su vuelta en 2005 con un semi-reboot. ¿Hay que comenzar por un Doctor en particular? No hay una respuesta correcta, pero entrar puede ser más sencillo de lo que parece. Cada regeneración representa un nuevo inicio, dándole una nueva impronta a la serie.
Este año, además, tras el acuerdo con Disney+, por primera vez la serie es estrenada en simultáneo tanto en la BBC de Gran Bretaña como en Latinoamérica y otros lugares del mundo. Tras los tres especiales que conmemoran los sesenta años de la serie, el capítulo navideño tenía una tarea importantísima, una para la cual la vara estaba muy alta.
Además de abrirle las puertas de la TARDIS a un público mucho más amplio, debía también presentarnos formalmente al Doctor de Ncuti Gatwa y a su nueva compañera. ¿Está acaso a la altura de nuestras expectativas?
La iglesia en la calle Ruby
Faltan veinticuatro días para la Navidad cuando conocemos a Ruby Sunday (Millie Gibson), una chica normal y corriente, aquella que podría vivir a la vuelta de la esquina. En poco tiempo vemos recortes de su vida, conocemos a sus amistades, su familia y hobbies. Pero ella está pasando por un momento muy particular. Entrevistada por Davina McCall (una conductora real que tuvo a su cargo programas como el Gran Hermano británico), nos enteramos de que -al poco tiempo de nacer- fue abandonada a la puerta de una iglesia, en la calle que le dio su nombre.
Ruby adora a su familia adoptiva, pero el misterio de su origen es uno que anhela resolver. Diciembre parece pasar fugazmente sin que lleguen las respuestas. Al hogar de las Sunday se une una nueva miembro, ya que su madre Carla (Michelle Greenidge) da ahora también albergue a la bebé Lulubeth. Es una gran noticia, teniendo en cuenta que la mala fortuna parece estar persiguiendo a Ruby estas últimas semanas. Pero algo más la sigue.
Si hay algo que los especiales del 60º aniversario parecen haber explorado sutilmente es aquel aspecto más fantástico con el que la serie a veces convive, como si de un moderno cuento de hadas se tratase. Así como el Juguetero (Neil Patrick Harris) estaba atado a reglas lúdicas, las criaturas camaleónicas de La salvaje lejanía azul no podían cruzar una línea hecha de sal sin sentirse obligados a contar sus granos.
Rescate de Nochebuena enfatiza este aspecto, buscado a sus referentes en ciertos películas de los ochenta. Toma un poco de Gremlins (1984) con sus cómicas pero amenazantes criaturas amantes del fervor navideño, así como puede que también haya una pizca de Los héroes del tiempo (1981) de Terry Gilliam en esta receta. Pero es innegable que la deuda más grande la tiene con Laberinto (1986) de Jim Henson, ya que -tal como a Sarah le es robado su hermano- Ruby debe rescatar a la pequeña Lulubell de unos hambrientos duendes.
El capítulo se convierte así en una fiesta de la imaginación, recordándonos de que, si bien Doctor Who es una serie que puede explorar el drama y la tragedia, así como plantear discusiones políticas o filosóficas, al mismo tiempo demanda que no siempre la tomemos del todo en serio. No hay que olvidar a los terroríficos Daleks, la raza de robots fascistas con una sopapa y un arma lazer por brazos.
Es así como un par de guantes de los más comunes se convierten en antigravitacionales (¿o antimavitacionales ahora?), mientras que las sogas de un barco flotante parecen responder a un lenguaje propio. Soltando sus ataduras, nuestros héroes descubren que la bebé es parte central del banquete que los goblins preparan para su rey, una cena en la que parece no poder faltar un show.
Tras el simpático número musical que llevó a la llamada Janis Goblin (Christina Rotondo) a tener el track más escuchado en Gran Bretaña esta última semana, el Doctor y Ruby dan otra muestra de su excelente química con una performance en forma de distracción, escapando y salvando a la bebé. Es un recurso simple, divertido, símbolo de lo que la serie siempre fue, mientras solidifica desde sus primeras interacciones el creciente vínculo entre Gatwa y Gibson.
La importancia de la primera impresión
Si de tradiciones modernas se trata, estas dos últimas décadas consolidaron que las familias británicas se junten después de cenar para ver el especial navideño de Doctor Who. En mayor o menor medida, estos suelen rondar alrededor de esta temática, ya sea mostrando arboles tan festivos como mortales, contando fabulas victorianas o haciendo que el mismísimo Santa Claus tenga la necesidad de buscar la ayuda del Doctor.
En este caso, el capítulo relega esta fecha a una cuestión más atmosférica. Es una sabia decisión, teniendo en cuenta que la trama está de por sí cargada y que el episodio debe centrarse en ser la mejor presentación posible de sus nuevos personajes centrales. Sería contraproducente infantilizar todavía más la historia para un público internacional y casual que no entiende los códigos de la serie.
La estructura del episodio rememora a muchas de las introducciones de antiguos acompañantes del Doctor, siendo Rose (2005), el primer episodio y debut de Russell T Davies como showrunner, la referencia más clara. Si hay algo que diferencia su manera de encarar sus historias, es que los acompañantes del Doctor se encuentran en un lugar aún más protagónico que aquel que le dieron a sus antecesores.
Es un contraste aún mucho mayor al lugar que normalmente tenían en las historias clásicas, cuando eran en general relegados a ser accesorios del Señor del Tiempo. Rose Tyler (Billie Piper) marcó la diferencia en esta era moderna, mostrándonos un personaje desarrollado, que vivía en un mundo propio y creíble fuera de la órbita de la TARDIS. Este es un modelo que continúa con Ruby, mostrándonos una chica normal y creíble, cuya vida es interrumpida por lo imposible.
Probablemente, los puntos más flojos del episodio son los antagonistas mismos, ya que la lógica de que los goblins son atraídos por las coincidencias y desencadenantes de mala suerte plantean una lógica un tanto inconsistente hasta dentro de los parámetros tan amplios que a veces se toma la serie. De la misma forma, la resolución se siente un poco apresurada, quedando casi en un segundo plano.
El foco queda completamente expuesto sobre este micromundo en el que vive Ruby, con un Doctor que irrumpe, haciendo que ambos encuentren a alguien con quien inmediatamente tienen una fuerte conexión. Se potencian mutuamente, resultando palpable ese disfrute que encuentran en la compañía del otro.
Por su parte, Gatwa ya demostró tener todo para hacer suyo al personaje. Nos muestra un Doctor curioso y carismático, maravillado por la empatía humana y vibrante, pero sin faltarle algo de actitud y chispa. No es hasta el tercer acto en que nos da un vistazo de aquellas capas de profundidad a las cuales, seguramente, le veremos explorar cuando la serie vuelva en mayo del año que viene.
Una mirada al futuro
Con sus fallos, pero sobre todo sus virtudes, el especial navideño nos deja con ganas de ver mucho más de esta dupla y las aventuras que les esperan. Por esa razón, se agradece ese tráiler que se estrenó apenas finalizó el capítulo, dándonos un rápido vistazo a lo que se avecina.
Brevemente, vemos que tanto Mel Bush (Bonnie Langford) como Rose Noble (Yasmin Finney) volverán a aparecer, dando a entender también que UNIT se verá envuelto de alguna manera. También se nos recuerda que Jinkx Monsoon, una de las estrellas de RuPaul’s Drag Race (2009 –), será una de las villanas esta temporada. Llama la atención cómo su traje, con esas solapas de tecla de piano, resaltan otra vez la importancia de la música dentro de esta nueva temporada.
Porque además de haber hecho cantar a nuestros protagonistas y bailar al Juguetero, fue la risa de este último la que desencadenó una amenaza mundial a la tonada de un arpegio. Otro de los episodios que se avecinan parece tener a los Beatles y Abbey Road como tema central. Puede que los goblins se relaman ante tanta coincidencia, pero así como lo hizo con la candidatura de Saxon o los carteles de Bad Wolf, Davies tiene la costumbre de dejar pistas respecto a eventos grandes por venir en las historias que cuenta.
De todas maneras, ya queda en claro que el misterio más grande a develar es la identidad de Ruby, así como de la figura encapuchada que la abandonó a los pies de la iglesia. Por ahora, sabemos que no se le pudo identificar ningún pariente en el presente, lo que nos hace preguntarnos si el origen de la chica está atado al futuro.
Por otra parte, queda la duda de si aquella pregunta final que hace la vecina de la familia Sunday, la Sra Flood (Anita Dobson), es algo más que un gag cómico en el que un personaje secundario rompe la cuarta pared.
Por último, no debemos olvidar que al final de Risitas, aquel diente de oro que tenía atrapado al Master, el mayor rival del Doctor, fue tomado por una mano femenina. ¿Acaso River Song (Alex Kingston) volverá? ¿O por fin veremos dos personajes clásicos como Romana o The Rani tener su debut en la nueva era? Son infinitas las posibilidades dentro de este universo.
A pesar de algunos tropiezos, el especial navideño de Doctor Who logra estar a la altura de las enormes expectativas con las que cargaba. Rescate de Nochebuena se presenta como una aventura en donde la fantasía desborda sobre lo mundano de lo que debería ser un simple día festivo. Acompañamos a esta chica que aparenta ser común mientras pone un pie dentro de lo que se presenta como una antigua cabina azul de policía, descubriendo así la inmensidad y lo imprevisible que se esconde dentro de la TARDIS.
Tal como Ruby, toda una nueva generación de fans está abriendo estas puertas ahora. Oculta, pero a simple vista dentro del catálogo de una de las plataformas de streaming más accesibles, ahora podemos encontrar una serie que -como pocas- es capaz de llevar nuestra imaginación a los confines más lejanos y maravillosos del espacio y tiempo.
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