Las leyendas de la música siempre son una buena excusa para una película y Disney+ eligió a dos históricos personajes para llevarnos en un viaje único.
Imaginate que estás en 1934, en los estudios NBC de New York. Carlos Gardel, el barítono que conquistó corazones con su voz melódica, está en pleno apogeo. A las puertas del estudio, un joven Frank Sinatra, con apenas 19 años y ojos llenos de esperanzas, toca la puerta de su camerino para conocerlo. El resto es historia (o leyenda).
Los responsables de este viaje en el tiempo son Oscar Lajad (un gran imitador de Gardel en Argentina) y Pablo Turturiello (Freeks, Heathers) quienes encarnan a Gardel y Sinatra, respectivamente. El dúo no sólo trae de vuelta la esencia de estos artistas, sino que exploran temas universales que resonarán con ellos y con los espectadores: amor, amistad, hogar.
Come Fly with Me
El musical de una hora (que originalmente se pensó para teatro, pero por la pandemia fue filmado para streaming) no necesita grandes escenografías ni deslumbrantes paisajes: casi todo el especial sucede dentro de una habitación (el camarín de Gardel) y desde ahí se transportan -con su imaginación- a diferentes lugares mientras cantan. Óscar presenta un repertorio amplio de canciones de Gardel y Turtu se suma cantando partes de los tangos en inglés (con un acento nativo que cabe destacar) y con muchos guiños a los grandes éxitos que Sinatra tendrá en el futuro.
Lo más lindo de este especial musical es el mensaje, por supuesto. Está plasmado de amor por donde lo mires y como bien sabemos, el amor es un puente y la música también lo es. Vemos cómo, pese a la diferencia de idioma y problemas de comunicación entre ambos, logran comunicarse a través del arte. El arte une pueblos, generaciones y acorta caminos. Todo esto hace que Gardel empuje a Frank a seguir sus sueños, a luchar por la música. Incluso lo incita a presentarse a un concurso de música (el cual en la vida real, cambiaría el rumbo de Sinatra para siempre).
El Día que me Quieras
Frente a la apremiante pregunta que hace Frank ¿de dónde salen las canciones?, la respuesta de Gardel es muy clara: del corazón, de las cosas que se aman. De la familia, de los romances, del hogar. Carlitos dice a través de sus tangos que el hogar es donde está tu corazón y es casi imposible terminar este musical sin sentirte plenamente conmovido por el amor de Gardel a su tierra, sin sentir un inmenso amor por tu ciudad -sea cual fuera- te dan ganas de ir a caminar por el Abasto, por el arrabal y cantar a todo pulmón.
Este especial será, sin dudas, una forma hermosa de acercar a nuevas generaciones a la música de grandes como Carlos Gardel y Frank Sinatra, y siempre recordar todas las cosas hermosas que tenemos y nos rodean, cosas que están tan cerca que a veces las pasamos por alto en lugar de darles el amor que merecen. Como nuestro Buenos Aires querido.
¿Realidad o ficción?
Miles de portales, diarios, radios, canales de YouTube y un largo etcétera sostienen que el encuentro de los dos íconos fue un hecho real en la ciudad de Nueva York en la década de 1930.
Según la leyenda, fue Gardel quien incentivó a Sinatra a presentarse en el concurso que ganó y lo convirtió en el más grande de su época. Según el relato, Frank nunca olvidó a ese cantante argentino que tanto lo ayudó, por lo cual en su visita a Buenos Aires en 1981 visitó el barrio del Abasto, dejó la entrada de aquel show a modo de ofrenda y cantó un tango a los gritos en la vereda. ¿Muy novelesco? Tal vez, pero nos encanta una buena historia de amistad.
El historiador Felipe Pigna publicó Gardel, una biografía del Morocho (2021). Allí dice:
“Hasta donde yo pude averiguar, esto sigue siendo una versión no confirmada. El concurso existió y se realizó en la estadía de Gardel en Nueva York. En realidad Sinatra se presentó en el certamen Major Bowes and His Original Amateur Hour el 8 de septiembre de 1935, dos meses y algunos días después de la muerte de Gardel. Pudo haber ocurrido. Hay una historia que sugiere que cuando Sinatra vino a Buenos Aires fue al Abasto y, dicen, hizo un gesto de agradecimiento por los lugares donde hay homenajes a Gardel. Pero esto, por ahora, tiene más visos de leyenda que de realidad. Difícil de comprobar. Pero no imposible.”
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