Mucho cambió desde el primer acto de esta segunda temporada. Tras semanas, quizá hasta meses desde que Piltover impuso un nuevo régimen totalitario sobre Zaun, la demanda de justicia por parte del mundo superior llevó a una búsqueda intensiva de Jinx (Ella Purnell). Empapelando las calles con su rostro, los enforcers imponen brutalidad sobre todo aquel que parezca sospechoso de tener información de su paradero o de seguirla en su supuesta lucha contra el poder.
Pero muy lejos de esa realidad, Jinx está completamente desinteresada en lo que pasa a su alrededor, dedicando toda su atención a Isha, la niña muda que salvó y a la que parece haber adoptado como a una nueva hermana. Debido a su nuevo status como símbolo de resistencia frente a la disparidad de poder entre ambos pueblos, Sevika (Amirah Vann) le demanda que se muestre en público y aliente a las masas, en un mensaje de lucha que parece calar más profundamente en Isha. Con el cabello teñido como su nueva hermana mayor, la nena incita la gente a pensar que Jinx está presente en un acto de vandalismo que no daña a nadie pero brida ánimo. El verdadero símbolo está ahí, en una nueva generación que adopta aquello de quienes admira, pero no repite sus errores. De a poco, Zaun se tiñe de azul y va recuperado la fe.
Fantasmas del pasado
A pesar de que Caitlyn (Katie Leung) encuentra consuelo con una Maddie (Katy Townsend) que ocupa el espacio vacío en su cama, es evidente que su corazón sigue perteneciendo a Vi (Hailee Steinfeld). Esta última, atravesando más que nunca lo que podemos definir como su etapa emo, se pierde en la bebida, el exceso y las luchas clandestinas. Esta es una Vi que niega todo, hasta su propia identidad, cubriendo el tatuaje que simboliza su nombre con un maquillaje que parecen lágrimas negras. “Prometeme que no vas a cambiar”, era la promesa imposible que le rogó a Cait en el Acto 1, pero la soldado ya estaba perdiéndose en su resentimiento. A pesar de intentar acallar el dolor con violencia, todavía encuentra a Caitlyn en la cara de extraños.
La inesperada vuelta de Jinx la da vuelta todo, con noticias que no solo golpean el lado más vulnerable de Vi para dar lugar a una incómoda alianza. Finalmente se nos revela que, en un intento por vencer a la muerte y recuperar a su propia hija, Singed (Brett Tucker) creó una quimera con el cuerpo de Vander (JB Blanc). Por mucho que Vi duda de la palabra de quien fue su hermana, la promesa de reencontrarse con quien alguna vez fue su padre suena tan imposible como tentador. Para ambas es el último remanente de lo más cercano a días felices, cuando aún estaban unidas.
También enfrentando viejas heridas se encuentra Mel (Toks Olagundoye), ahora prisionera de la Rosa Negra y compartiendo su prisión con quien no la reconoce en un comienzo, pero resulta ser su hermano Kino (Keston John). Descubrimos que su madre, Ambessa (Ellen Thomas), tuvo un romance clandestino con alguien poderoso y que de ese encuentro unos de sus hijos heredó habilidades mágicas lo suficientemente poderosas como para que esta organización quiera hacerlos parte de su clan.
Mel se percata de la trampa, reconociendo que su hermano está muerto y que quien le habla es una ilusión, al mismo tiempo de que se evidencian las habilidades que había dormidas adentro suyo. Esto no es una sorpresa del todo, ya que Arcane (2021-2024) ya lo había insinuado con pequeñas reacciones premonitorias, como aquella que le salvó la vida al final de la primera temporada. Así como vimos que alguna vez Mel brilló dentro del vientre de Ambessa, la armadura dorada en su vestido resplandeció antes de que Jinx explotara al consejo de Piltover. Tanto ella como su amante, Jayce (Kevin Alejandro), sobrevivieron sin un rasguño. Evidentemente no fue un simple milagro.
Lo que si resulta asombroso es que si bien Vander ahora en una bestia lupina, no todo parece perdido. Tras detener su ataque al reconocer a sus hijas, queda claro que muy dentro de él todavía hay una chispa de humanidad. Es un reflejo de lo que queda de la relación entre Vi y Jinx, en donde ya habían señales de que aún se necesitaban, siendo la vuelta de su padre lo que revive los remanentes del afecto que se tenían cuando niñas. Decididas a juntas encontrarle una cura, van en la búsqueda de un supuesto sanador capáz de realizar lo imposible, encontrándose así con quien alguna vez supo ser Viktor (Harry Lloyd).
¿Quién es un monstruo y quien es un hombre?
Lo que Viktor logró en este lado de Zaun no fue solo crear una comunidad, sino que una fracción de lo que podría ser una utopía. Este lugar que prohíbe las armas es de suelo fértil y la comida abunda junto a las promesas de sanación. Pero hay un lado sospechoso respecto a los logros de este líder de los desamparados ya que, a su semejanza, aquellos que curó tienen muestras de la magia arcana y metal en sus cuerpos.
“La evolución tiene un destino. No para combatir contra la naturaleza, sino para reemplazarla. Una gloriosa evolución final.”
Así como los Uruk-Hai eran identificados con la mano de Saruman como criaturas creadas como símbolo de un progreso industrial corrupto, las huellas dactilares de Viktor en el rostro de sus seguidores son una marca permanente de su evolución hacia algo supuestamente superior. Lo que es más, cuando Salo (Josh Keaton) recibe a Jayce tras su escape del Hexcore, notamos que parece compartir una única conciencia colectiva con su salvador y sus adeptos. Tampoco es poca cosa como a diferencia de Jayce, cuyo aliento frio sale como vapor de su boca, Salo o no padece las bajas temperaturas o simplemente no está respirando.
El sexto episodio comienza con las visiones de Viktor sobre su fin y el de sus creaciones. Si bien no comprende las razones por las cuales este Jayce está lleno de ira y es mucho más inestable que el joven que habíamos conocido, reconoce que dentro de su amigo hay una fuerza o entidad anormal que impulsa sus acciones. Sea lo que fuere que lo cambió desde que tomó contacto con la magia arcana, está claro que esconde un conocimiento de algo lo suficientemente atemorizante como para que Viktor no luche contra su destino. Es un sacrificio por sobre el bien de la comunidad que creó, uno que vale el sufrimiento que entre todos compartirán en sus últimos momentos.
“La humanidad, nuestra esencia misma, es ineludible. Nuestras emociones, la ira, la compasión, el odio. Dos caras de la misma moneda, inextricablemente unidas. Lo que nos inspira a nuestro mayor bien es también la causa de nuestro mayor mal.”
Vivir en la memoria
Los paralelismos y dualidades siempre fueron un tema central en Arcane y esta temporada lo deja más claro que nunca al subvertir roles. Caitlyn, la militar prodigio es considerada una fascista mientras que Jinx comienza a aceptarse como la heroína que su gente necesita. Vi, quien empezaba a ver las cosas con optimismo vuelve a abrazar la violencia como un medio de supervivencia tanto física como emocional. Sevika, quien detestaba a Jinx, habla mientras que una mancha azul en el espejo se superpone sobre el reflejo de su cabeza. Esto muestra que sus pensamientos respecto a su antigua rival cambiaron. Finalmente, descubrimos una carta que Vander jamás se atrevió a enviar a Silco, un simple acto que podría haber evitado la decadencia de quien supo ser su amigo.
El mismo Vander, figura paternal e idealización de bondad y protección, es literalmente convertido en un monstruo. Pero su humanidad aún sobrevive, atrapada en un inconsciente construido por una arquitectura tan hibrida como su cuerpo. Es un ejemplo de cómo el último episodio de este acto destaca lo intangible como lugares muy diferentes, todos basados en percepciones muy distintas. Como las rosas, aquella prisión mágica en la que se encuentra Mel se construye con espinas y un rojo sangre. Pero el plano astral en el que Viktor se mueve lo muestra humano y con una paz interior que nunca antes había alcanzado. Es un mundo surreal en donde lo masculino y femenino se complementan al unirlo a Sky (Kimberly Brooks), quien haciendo honor a su nombre parece fundirse con el cielo.
Las memorias de Vi y Jinx nos llevan a un mundo creado en acuarelas, un tipo de pintura en donde la mancha depende del agua, un elemento al que normalmente relacionamos con los sentimientos y las emociones. Ahí por primera vez las vemos interactuar con su madre, de cabellos violeta como el punto medio perfecto entre ambas chicas. Vemos a las niñas reflejadas en sus gestos, como el signo de la paz que alguna vez la pequeña Powder había imitado. Descubrimos que su nombre es Felicia (Jeannie Tirado), por lo que puede ser que el diminutivo de su nombre haya inspirado a Jinx al momento de nombrar a Isha.
El momento cúlmine de este segundo arco se da con el sacrificio de la pequeña. Al igual que el destino parece ya escrito para Viktor, los episodios ya habían dado indicios de que perderíamos a la niña. En las minas, cuando Vi la golpea accidentalmente, Isha deja una impronta de su mano en el suelo, una mancha de sangre como huella. De la misma forma, en la escena en que su nueva hermana le tiñe el cabello, podemos ver que el espejo está roto sobre el pecho de Jinx, marcando el dolor que tendrá que afrontar en un futuro.
Es con la muerte de Viktor en donde el control que tenía sobre la conciencia de Vander se pierde, liberando al monstruo. Vi intenta enfrentarlo, la imagen del lobo de dos cabezas en su espalda recordándonos de sus propias dualidades. Isha, decidida a sacrificarlo todo por su nueva familia, recuerda los momentos felices que compartió con Jinx. Estas memorias aparecen representadas con la textura de crayones, sus colores vivos y brillantes. Como el reciente dibujo de un niño.
El poder de la mirada
Así como la expresividad en los ojos de los personajes de Walt Disney influyeron a Osamu Tezuka, el llamado padre del anime, los ojos en Arcane hablan sin necesidad de diálogos. En el caso del cuerpo en el que está atrapado el padre de Vi y Jinx, podemos ver que el derecho es gris como solían serlo los de Vander, demostrando que adentro suyo su humanidad resiste. En el caso de Silco, su ojo izquierdo era completamente negro, muestra de la oscuridad que lo contaminaba. Por otra parte, la oficina de Caitlyn tiene una pared cubierta con anotaciones e imágenes, su investigación llevando a que varias líneas se conecten específicamente sobre el ojo izquierdo de Jinx, recordándonos como Silco la influenciaba. Caitlyn se acerca a la lupa que cubre a la imagen, haciendo que con su reflejo ambos rostros se superpongan. Todo aquello que proyecta sobre Jinx también está dentro de la misma Cait.
Justamente, la mirada de Jinx es la más compleja en toda la serie. Cuando era tan solo una niña, los ojos de Powder eran grises como los de su padre, moldeándose a la moral y enseñanzas de Vander. Con la perdida y el dolor, los vimos cambiar brevemente al violeta, prediciendo el mismo tono del shimmer, la sustancia que Silco contrabandeaba y que eventualmente le daría para potenciar sus habilidades.
Los ojos azules de la Jinx adulta, aquellos del mismo tono que su cabello, cambiaron tras tomar esta sustancia. Su piel, en la segunda temporada se ve más pálida y sutilmente, alrededor de ese purpura de sus pupilas, vemos oscuras venas que cada vez se muestran más prominentes. Si bien la llegada de Isha había demostrado que Jinx estaba dominando ese tormentoso caos interno, solo nos queda esperar para ver si tras el sacrificio de la pequeña su mirada volverá a cambiar.
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