En 1988, el fallecido Michael Jackson llevó su vida — pulsiones, obsesiones y dolores — a una película que estaba centrada en él y contada desde su perspectiva. Moonwalker, de los directores Jerry Kramer, Colin Chilvers y Jim Blashfield, tomó todo el talento del entonces llamado Rey del pop, para contar cinematográficamente sus vivencias. El resultado fue una experiencia a mitad de camino entre la biografía, un extenso videoclip y un testimonio sobre la visión del mundo de un artista conocido por sus enigmas.
Sin duda, Jennifer López no es Michael Jackson, pero This Is Me…Now: A Love Story (2024) de Dave Meyers, y escrita por la misma cantante, sí es un paso nuevo en la dirección que Moonwalker creó. Pero mucho más, es una elaborada -en ocasiones sensiblera, pero siempre deslumbrante- exploración acerca del amor, el romance y en especial, la vida de la cantante. Eso, mostrando buena parte de sus heridas y su historia personal, como un lienzo caleidoscópico en que su azarosa experiencia en el amor narra su historia a dos niveles.
Por un lado, se trata de los videos correspondientes a la producción del mismo nombre. Pero al otro extremo, es también un autorretrato de alto rango artístico, que el que López analiza su relación con la fama, la búsqueda de la identidad y la noción acerca del tiempo personal.
Poco a poco, lo que comienza como un símbolo gigantesco de su ingenuidad y necesidad de ser querida, se convierte en homenaje al cine, la música y sus raíces. This Is Me…Now: A Love Story tiene la habilidad de enlazar la experiencia de la cantautora puertorriqueña con algo más profundo y hábil. Su capacidad para asumirse imperfecta, violentamente dinámica y en última instancia, una mujer adulta en busca de sus ideales.
Para el propósito, López se ridiculiza a sí misma y a su entorno. Construye una visión panorámica de la alegría y el deseo de ser escuchado, para luego incluso atreverse con un superficial psicoanálisis. Todo, en medio de escenarios ultra lujosos y lo que parece ser el grupo de amigos de la cantante, incluidos en una pléyade bien intencionado de criaturas irreales.
Expresar ideas profundas a través de la música pop
Lo extraño — y valioso — de This Is Me…Now: A Love Story es que López no intenta disimular sus fallos, exageraciones y lo que, al parecer, es su punto edulcorado sobre la vida. En lugar de eso, explora el tema y lo hace desde una versión amable acerca del romance contemporáneo. Lo que la lleva a tomar partido — e inclinarse por cierto grado de ridículo — de usar metáforas para narrar cómo ha sido su vida frente al ojo público y también, de sus constantes escándalos personales. La cinta evade ser complaciente y, aunque es autoindulgente en muchas ocasiones, está enfocada a una idea precisa que se desarrolla con desenvoltura. ¿Qué es el amor y por qué debería importarnos?
Jennifer López, conocida por sus escándalos amorosos y su complicada vida romántica, emerge en la cinta como una mujer convencida que el amor no solo es necesario. A la vez, es el centro medular de su existencia y cómo la concibe. Por lo que todas las canciones y escenas — algunas con un corte onírico que sorprende por su belleza e inocencia — están dirigidas a una conversación con su público, pero en esencia, con ella misma. Gradualmente, This Is Me…Now: A Love Story muestra que para JLo, la poderosa cantante y también la chica que solo quiere ser amada, la necesidad de un vínculo se hace complejo, doloroso y complicado. A la vez, una motivación para continuar. Y en especial, encontrar a la figura esquiva que late al fondo de la mujer poderosa y la artista reconocida.
Érase una vez, una historia de amor
Pero, en sus puntos más altos, la cinta es un romance. Uno de la actriz consigo misma, con su historia y, por supuesto, con el hombre de su vida: Ben Affleck. Pero, por sorprendente que parezca, This Is Me…Now: A Love Story es menos efectista de lo que puede suponerse y sí, una celebración a los románticos y al propósito de ser amado.
También, es una demostración que JLo, con su aparente frivolidad de estrella versátil, tiene la capacidad de hacerse preguntas existenciales profundas y responderlas a través del arte. El punto más curioso que esta atípica producción deja claro.
0 comentarios