La belleza del talento

The Brutalist: La escala del cine épico para un público contemporáneo

Entre epopeya y relato sobre la redención, sus casi cuatro horas de duración conjugan la forma en que el talento puede sublimar el espíritu humano.

por | Feb 6, 2025

László Tóth (Adrien Brody) no fue un arquitecto real, pero pudo haber sido uno. Por lo que de The Brutalist (2024), la obra magna de Brady Corbet acerca del talento y la redención, explora en esa premisa. Buena parte de la película es una mirada casi onírica y visualmente estimulante acerca de la ambición transformada en belleza. 

Pero mucho más, ahonda en la necesidad de escapar del sufrimiento propio a través de la capacidad para cambiar el mundo de cualquier forma. En el caso de la historia que relata la cinta, este cambio implica la necesidad de fomentar la reflexión acerca del origen de la esperanza. Al mismo tiempo, cómo esa idea puede ser el punto de partida para una nueva forma de ver la vida. 

El guion de Brady Cobert y Mona Fastvold medita con cuidado acerca de ese punto de vista. Por lo que The Brutalist, a pesar de su escala colosal y una puesta en escena digna de una épica del Hollywood dorado, es también un relato intimista. Como biopic de un personaje ficticio que es, tiene la capacidad de utilizar a su personaje, como escenario para indagar acerca de ideas universales. 

De la misma forma en que Orson Wells lo hizo en Ciudadano Kane (1941), Corbet utiliza la apariencia de realidad de su protagonista para brindarle un lustre heroico y casi mítico. De modo que László es tanto el punto central de la trama, como el elemento en que se unen todos sus giros argumentales. 

The Brutalist es la historia de un hombre que no existió, en un mundo real poblado por imágenes de inenarrable belleza y tan cercanas a lo surreal, como para conmover. Buena parte de la cinta se esfuerza por que la combinación entre la ficción y la realidad se desdibuje en los momentos más sensibles y se haga total en los más intensos. 

Es un viaje emocional, en la que el guion logra que su extensa duración juegue a favor de la historia. Queremos saber más sobre László Tóth. Y a medida que el relato se desenvuelve, esa visión sobre el hombre se transforma también, en una meditada óptica sobre el bien. 

Un buen hombre en medio de un desastre 

László, además, es un héroe universal al que Brody le brinda una catadura de bondad mesurada y hasta ambigua. Sobreviviente húngaro del Holocausto Nazi, se refugia en Norteamérica con un secreto a cuestas. Tiene un talento sobrenatural para la arquitectura. Uno tan potente, que se convierte en un punto elemental para comprender al personaje.

El guion es brillante al describir con sutilezas las facetas íntimas de su protagonista. Más allá de víctima, de refugiado anónimo o un hombre en busca de objetivo, es un creador. Uno tan elegante y potente, como para que no pueda mantener oculto por demasiado tiempo ese afán de reconstruir su entorno. 

La película sigue a László mientras debe comenzar de nuevo en Estados Unidos, lo que implica adecuar sus capacidades a la tienda de muebles de su primo Attila (Alessandro Nivola). La Filadelfia a la que llega el personaje es una mezcla de sombras y luces que se hace cada vez más intensa, a medida que László comienza a mostrar todo lo que puede hacer a escala pequeña. Trabajador incansable, de inmediato queda claro que a lo que aspira, es mucho más que ser visible. Quiere ser reconocido, quiere vivir de lo que ama. Quiere elevarse por ser encima del dolor.

Y lo logra cuando remodela la biblioteca de Harrison Lee Van Buren (Guy Pearce). El millonario contempla la obra, y la cinta logra que la mirada del mecenas sea también la del público, que contempla la belleza y adivina lo que se esconde debajo. László es mucho más que solo un hombre con visión. Es un artista. Harrison desea encontrar ese núcleo complejo, esa oscuridad y capacidad del arquitecto para liberarse de todos los límites. 

Por lo que encarga a László un proyecto soñado. El edificio más grande, lujoso y complicado que jamás imaginó. Uno que desafiará todos sus temores y pondrá en sus manos la oportunidad de demostrar el motivo por el cual sobrevivir al horror valió la pena. A diferencia de otros tantos dramas que tienen por contexto el Holocausto Nazi, Corbet no se rinde a la tentación de narrar el drama a través del horror. Antes que eso, lo muestra a través de László. Su vigorosa necesidad de aceptar que está vivo y que el obsequio de esa segunda oportunidad vale la pena. O él hará que la valga, en cualquier caso.

El poder de crear 

Uno de los puntos más interesantes de The Brutalist es que se niega a caer en la tentación de solo ser épica. Que lo es y por descontado. Antes que eso, se maravilla con la capacidad de László para resolver problemas, para luchar contra obstáculos físicos, de cálculo y hasta de simple lógica.

Para el personaje, la arquitectura es la rotación del mundo, el misterio que todo lo puede y esa capacidad enorme se hace brillante en la pantalla de cine. Corbet reta los límites de lo visual para mostrar a László en su mundo, pero también invita al espectador a entrar en la mente de su protagonista. 

La combinación permite que László se afiance en su confianza de ser todo lo bueno que su mecenas espera de él. Pero mucho más, de lo que él mismo espera de su talento, atrofiado por la violencia y recuperado en el reto. The Brutalist se aleja de los lugares comunes acerca de qué hace extraordinario un artista e investiga en qué lo hace humano. Mucho mejor, la noción que oculto en cada creador, hay un soñador que aspira a la esperanza. 

Incluso en los momentos más incómodos del personaje — como su adicción a los calmantes por su nariz rota — son hermosos en manos de una edición cinematográfica que engloba escenas tras escenas, como capas de asombro. Cada secuencia en The Brutalist es un homenaje a la belleza de las cosas, del mundo que cambia bajo las manos del hombre. De la conciencia que lo bello y lo terrible, tiene cabida en las manos de un artista en plena creación. Un escenario al que la cinta vuelve en sus mejores momentos. Esos que, sin duda, sostienen su poderoso mensaje al interior del subtexto.

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Notas Relacionadas

OSCARS 2025: Elegí a los ganadores en nuestro prode y participá por premios de película

Demostrá tus conocimientos (o tu suerte) en el prode de los Oscar y viví nuestra cobertura en vivo el Domingo 2/Marzo en la web y en redes sociales.

Oscars 2022: Las bochornosas decisiones de la Academia para buscar rating
Oscars 2022: Las bochornosas decisiones de la Academia para buscar rating

Después de una de las ediciones más aburridas y con menos televidentes en su historia, la Academia intenta recuperar el interés del público.

Oscars 2022 La peor ceremonia en la historia de los premios de la Academia, will smith, chris rock
Oscars 2022: ¿La peor ceremonia en la historia de los premios de la Academia?

La entrega de este domingo estuvo marcada por la controversia, poniendo bajo la lupa la naturaleza de esta tradicional premiación y su relevancia.

oscars
OSCARS 2022: Todas las nominaciones, las sorpresas y las ignoradas

Como cada año, las nominaciones a los premios de la Academia dejaron lugar a la sorpresa y la indignación. Repasamos las claves de la próxima entrega.