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“RRR” de S.S. Rajamouli: El cine de espectáculo que merecemos llega de la India

La producción asiática cambió el paradigma de las películas de acción de los últimos años y pudo cerrar una división de casi un siglo en la India.

por | Mar 1, 2023

En abril del año pasado empezamos a escuchar el murmullo de una película de la India. Se hablaba de grandes secuencias de acción, de exageración y grandilocuencia. La intriga crecía y éramos muchos los que estábamos cada vez más curiosos, pero más por el costado de consumo irónico, porque la idea que tenemos en occidente del cine de esa parte del mundo está encasillada en números musicales innecesarios e historias de amor cursi que hacen a Bollywood.

Para nosotros, hasta el año pasado, el nombre S.S. Rajamouli no nos decía nada. Ahora, casi un año después, el fenómeno mundial de RRR (2022) es evidente y la expectativa por los próximos proyectos, tanto del director como de los protagonistas, nos consume a todos.

El éxito de la producción india llegó a este lado del mundo gracias al boca en boca, amigos de amigos, una persona en Twitter, un famoso que posteaba una historia. De a poco empezó a sonar más y más hasta que no nos quedaba otra opción más que verla, aunque fuera solo para reírnos de una película exagerada. Pero al darle play en Netflix, que la acercó a todo el mundo, descubrimos una cinta con acción exagerada pero efectiva, una fiesta constante, una historia emotiva y entretenida, y sobre todo, una nueva manera de hacer cine; al menos para nosotros, porque S.S. Rajamouli lo viene haciendo desde hace años.

El director nació en Andhra Pradesh, un estado al sur de la India en dónde el idioma oficial es el télugu, de ahí el nombre que se le da a la industria cinematográfica de la zona: Tollywood. En occidente, asumimos que Bollywood era el Hollywood de la India, pero al ser un país con varias lenguas oficiales, la industria está muy segmentada. Tanto, que de alguna manera siempre hubo una especie de competencia entre ellas. Eso es hasta ahora, o al menos así lo es desde la visión de este realizador, que rechaza esta división y apunta a la unificación de las producciones bajo la concepción de cine indio. 

En una entrevista con The New Yorker, el cineasta dejó en claro su postura frente a esto y remarcó que “no hay ninguna razón por la que una película hindi se llame Bollywood, o una película télugu se llame Tollywood”, y a diferencia de Hollywood, que lleva ese nombre porque hay una ciudad llamada así, usar esos términos en su país “hacen que las películas que están describiendo suenen como imitaciones baratas”.

Pero la diferencia entre las realizaciones de las diferentes regiones va más allá de los idiomas y los nombres. La primera cinta de Bollywood fue la producción muda Raja Harishchandra, dirigida por Dadasaheb Phalke y estrenada en 1913. Mientras tanto, el cineasta Raghupathi Venkaiah Naidu producía cortos desde 1909 y en 1921 estrenó Bhishma Pratigna, considerada la primera película de Tollywood. A partir de ese momento, las diferencias empezaron a ser cada vez más notorias.

El director S.S. Rajamouli junto a los protagonistas de RRR, N. T. Rama Rao Jr., y Ram Charan.

Mientras las realizaciones de Bollywood se enfocan en las historias de amor, conflictos sociales, y temas relacionados a la vida cotidiana, Tollywood apunta a la grandilocuencia de las historias, la acción desenfrenada y las narrativas épicas. Aunque uno de los mayores elementos distintivos del cine de Bollywood son los números musicales, lo que muchos de nosotros solíamos asociar al cine de la India. Las películas frenan en estos momentos, la trama no sigue, sino que era más bien un videoclip complejo dentro de una historia, una canción y coreografía que hacen de una especie de interludio en las cintas. 

Es acá en donde se puede ver la fortaleza de S.S. Rajamouli, y cómo su cine no puede ser catalogado en estas divisiones, sin importar el idioma en que se hablen sus películas, o la zona en la que hayan sido realizadas. Si bien este camino empezó con la épica saga de Baahubali, con RRR se consolidó como un director de la India, su cine ya no pertenece a una región, sino que unifica lo mejor de cada una de las industrias.

Un maridaje perfecto

Mientras mantiene la épica y las historias basadas en hechos históricos y figuras reales, agrega uno de los mejores números musicales que vimos en el cine en los últimos años a nivel mundial. Las escenas de acción irreales y exageradas cumplen una función, suman a la trama y se sienten necesarias, como una respuesta lógica a todo lo que la historia nos presenta. Con una duración de más de tres horas, logra que el espectador no se canse ni un segundo y espere ansioso la próxima secuencia. 

También ayuda que desde lo técnico, la película no tiene nada que envidiarle a las producciones de Occidente, de hecho, el cine de acción hollywoodense podría tomar notas sobre cómo filmar, editar y dirigir acción con corazón. Lo que hace que RRR haya traspasado las fronteras de la India y Asia, y se haya convertido en uno de los fenómenos cinematográficos más impresionantes de 2022 es cómo abraza lo propio, los lenguajes y las tradiciones cinematográficas de las diferentes regiones de su país; combinándolas entre sí.

En un momento en que las producciones que llegan a la pantalla son todas enormes, pero que muchas veces no se ven a la altura del costo o no transmiten lo que prometen, que aparezca una película en la que un jaguar es lanzado como un arma contra un soldado británico y que esto, no solo funcione, sino que se vea bien, parece casi imposible. Pero eso es RRR: una improbabilidad en un tiempo de excesos. Es la exageración justa, porque detrás hay emoción, hay una historia que atrapa desde el primer momento, protagonistas a los que queremos ver triunfar, y escenas que nos dejan sin aliento y con ganas de más.

La historia de Raju (Ram Charan) y Bheem (N. T. Rama Rao Jr.) es un bromance a la antigua, con dos héroes que afrontan su misión de manera muy distinta pero con un objetivo en común, aunque al principio sea difícil distinguirlo. Una película que sabe cómo combinar tanto la épica con el drama, como escenas de acción sin igual con momentos dramáticos conmovedores.

Sus protagonistas representan el fuego y el agua, polos opuestos que se unen para lograr algo superador. Algo que también puede ser aplicado a la manera en que su director tomó lo mejor de las mayores industrias cinematográficas de la India y, como resultado, obtuvo una cinta de la que no se deja de hablar desde hace casi un año.

En una entrevista con Variety, Charan aseguró que la unificación del cine indio era inevitable, pero que gracias a RRR, Occidente ahora también disfrutaba de las películas de Rajamouli.

“Como el mundo se hace uno, el cine se hace uno, las fronteras se están borrando. El cine es un lenguaje, esa es la experiencia, esa es la emoción”.

Y si bien remarcó que la película fue realizada en un estado en particular del país, no cree que esto la defina: “el cine es más grande que todos nosotros, y estoy muy orgulloso de que todos formemos parte de este viaje y empezó con RRR, de S.S. Rajamouli”. Y así como él, somos muchos los que estamos agradecidos de haber podido contemplar este viaje, y estamos ansiosos por el próximo destino.

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