La edición 37 del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata fue la primera a la que asistí alguna vez, y tuve el placer de hacerlo en condición de acreditada como “Prensa”, lo que significó un sueño cumplido por partida doble. El Festival este año tuvo una duración de diez días, de los cuales pude asistir a siete, tratando de aprovecharlos lo máximo posible.
Una de las cosas que más rescato de esta edición es que, al cumplirse 10 años de la muerte de Leonardo Favio, el evento estuvo íntegramente dedicado a este gran cineasta argentino. Antes de cada película se pasaba el “Anecdotario”, que consistía en un video cortito donde algún miembro de la producción de sus películas contaba una anécdota sobre su trabajo con el cineasta. Cada una era siempre recibida con aplausos y muchísimo amor por parte del público.
Por supuesto, se proyectaron algunas de sus películas y pude aprovechar para ver dos que no había visto: El Dependiente (1969) y Nazareno Cruz y El Lobo (1975). La tercera película elegida para pasar durante el Festival fue Juan Moreira (1973), pero lamentablemente no llegué a asistir a ninguna de las proyecciones. Las funciones a las que asistí fueron proyecciones en fílmico en el Teatro Municipal Colón de la Ciudad de Mar de Plata, un lugar precioso y muy acogedor, completamente digno de películas legendarias.
Hablando de películas legendarias, algo que me encantó de la experiencia en el Festival fue haber tenido la oportunidad de ver muchos clásicos, algunos por primera vez y otros no, pero cada proyección fue extra especial por algún motivo. También en el Teatro Colón se llevó a cabo la sección “¿Cuánto tiempo es un siglo? Cine silente con música en vivo”, donde se proyectaron varias películas que estaban cumpliendo 100 años. Tuve la oportunidad de ver Nosferatu (1922) de F.W. Murnau en una copia buenísima restaurada por la Fundación Murnau, y música de una banda en vivo que aportó muchísimo. Una de mis experiencias favoritas de Mar del Plata 2022.
Mucho más que homenajes
Otra de las secciones dedicadas a clásicos fue “Generación VHS presenta: Comedias Británicas Inoxidables”, así que pude cerrar un día cansador de forma perfecta viendo And Now For Something Completely Different (1971), la primera película de los Monty Python.
Pero la cereza del postre de los clásicos fue sin dudas haber podido ver Predator (1987) y Die Hard (1988) en pantalla grande con la presencia del mismísimo John McTiernan, quien fue el invitado estelar de esta edición del Festival y recibió un Premio a la Trayectoria. El director estuvo a cargo de una de las “Charlas con Maestros” que se llevó a cabo en el Club Español. Lamentablemente el lugar contaba con una capacidad muy limitada y la mayor parte de la fila kilométrica para ingresar se quedó afuera, incluida quien les escribe.
Sin embargo, el director estuvo presente en las proyecciones de sus más famosos clásicos e incluso respondió algunas preguntas de los espectadores al finalizar Die Hard. John McTiernan dirigió muchos clásicos de acción durante los ochenta y noventa, pero están a punto de cumplirse dos décadas desde su última película. Cuando alguien le preguntó si le gustaría volver a dirigir, me sorprendió escucharlo decir que había rechazado muchos proyectos que le habían ofrecido durante los últimos años ya que se trataban de películas similares a Die Hard, films que “glorificaban el uso de armas de fuego” y siente que ese ya no es un tipo de cine que desea hacer.
Pero que, de llegar el proyecto indicado, le encantaría volver a ponerse detrás de las cámaras. Así que esperemos que suceda muy pronto. Además de resaltar lo mucho que le había gustado la ciudad de Mar del Plata, se encargó de remarcar la importancia de eventos tales como los festivales de cine. “Ver cine, hablar de cine y hacer lo que ustedes hacen es participar en la cultura, y eso es de suma importancia”, dijo McTiernan durante uno de los espacios de preguntas y respuestas.
El cine en primera persona
Poder ver películas y posteriormente tener la oportunidad de escuchar a su director/a, al equipo de producción y actores es una experiencia fantástica. Me tocó hacerlo después de Cambio, Cambio (2022) de Lautaro García Candela, una de las participantes de la Competencia Internacional que terminó quedándose con la Mención Especial del Jurado en los Premios Oficiales. El director contó que la idea de hacer una película sobre “arbolitos” le surgió después de haberse mudado al Microcentro porteño y cruzarse con ellos diariamente. Le llamó la atención su trabajo tan particular (y tan argentino) y quiso saber más, así que después de varias charlas con ellos se puso a escribir la película que se rodó en plena calle Florida de la Ciudad de Buenos Aires.
Otra de las participantes de la competencia Internacional fue How To Blow Up a Pipeline (2022), una heist movie ambientalista en la que un grupo de jóvenes intenta explotar un oleoducto como forma de protesta. El director estadounidense Daniel Goldhaber estuvo presente durante una proyección nocturna en el Teatro Auditorium y se mostró muy entusiasmado por la sala colmada, especulando que probablemente sea “la audiencia más grande que esta película vaya a tener”. Después de registrar al público en un videito en su celular, remarcó lo personal que era este film para él, ya que aborda una preocupación que estuvo presente en su vida desde siempre, al tener padres que se dedican a la protección del ambiente.
Un balance muy positivo
Los días en Mar del Plata estuvieron plagados de amor al cine que se respiraba en cada sala y hasta en las calles. El cine fue el tema de conversación predominante en la ciudad durante esos diez días, lo cual es absolutamente mágico y emocionante.
Vi muchas películas que me encantaron, pero si tengo que elegir tres estrenos favoritos, son:
- The Banshees of Inisherin, de Martin McDonagh
- Pinocho, de Guillermo del Toro
- Un año, una noche, de Isaki Lacuesta
Mi primera experiencia en la cobertura de un Festival de Cine fue una experiencia maravillosa que llevaré conmigo siempre, y que, obviamente, espero se repita muchas veces más.
