Camino al Valhalla

El Hombre del Norte: La vida y la mitología nórdica a un nivel inmersivo

La nueva película de Robert Eggers es un recorrido por la cultura vikinga, que explora las nociones sobre el bien y el mal a través del más puro cine.

por | May 3, 2022

El Hombre del Norte: La vida y la mitología nórdica a un nivel inmersivo, Alexander Skarsgård

El hombre del Norte (The Northman, 2022) de Robert Eggers es una de las grandes películas del año. Y lo es, por el cuidado y laborioso interés que su director ha puesto en reconstruir la mirada histórica sobre el mundo vikingo. Alejada de clichés, lugares comunes y con una puesta de escena deslumbrante, el film es un escenario extraordinario de reconstrucción de época. A la vez, un recorrido a través de la mitología, costumbres y cultura de la Islandia del siglo X y del estilo de vida de personajes de estatura mítica. Todo eso, sin construir una versión edulcorada, exagerada o en cualquier caso, más atractiva para la pantalla grande. Para Eggers, El Hombre del Norte es un reflejo sobre la cualidad de la época vikinga para analizar el transcurrir del tiempo, cuestiones sobre el honor e incluso, su valor intelectual y moral.

Claro está, un trayecto semejante requiere una atención casi obsesiva al apartado visual, cinematográfico y narrativo. Eggers, que escribe el guion junto el autor islandés Sjón, convirtió la leyenda de Amleth (antecedente histórico del Hamlet shakesperiano) en un reflejo de algo mayor. La película recupera no sólo la conexión entre la naturaleza, lo místico y el honor de los vikingos para transformarlo en algo más enrevesado. También, profundiza en otras sagas islandesas y nórdicas, para crear la sensación de un todo solido que abarca un lenguaje histórico.

Pero lo más interesante de la película es la forma en que el argumento analiza la religión, creencias y convicciones nórdicas dentro de sus límites. La historia incluye profecías, visiones, la predestinación, tiempo continuo y valquirias. También, el hilo fundamental del poder mágico femenino, para construir una versión sobre el bien y el mal poco común en la pantalla grande. De modo que, al final, la película depende en buena parte de los sistemas de creencias nórdicos y su simbolismo para comprenderse como estructura. The Northman es toda una hazaña en la mirada acerca del tiempo y la construcción de su tensión interna. A la vez, es un film visualmente deslumbrante que intercala la noción sobre lo grandioso con símbolos imperecederos.

Brujas, hechiceras y presencias misteriosas

En el film de Eggers, las brujas y mujeres con capacidades mágicas tienen un lugar preponderante. Desde la Seeress (Bjork) que muestra el camino hacia el futuro de Amleth (Alexander Skarsgard) hasta Olga (Anya Taylor Joy), el vínculo con el destino del personaje. Las presencias femeninas con capacidades para la magia son parte sustancial de la trama y la forma en que se comprende lo misterioso en el film.

En especial, a medida que el argumento se hace más violento, angustioso y un tipo retorcido de justicia. Por supuesto, se trata de una reconstrucción de la antigua creencia nórdica de las mujeres portentosas. Völvas, las sabías enigmáticas de la mitología vikinga, tenían un papel relevante en la cultura. También, en la toma de decisiones de pueblos, caseríos y aldeas. En la película, pueden verse varios de los puntos más resaltantes de la relación entre las mujeres y la magia. Desde la profecía que recibe Amleth de la Seeress hasta los conocimientos de herbolaria de Olga. Un antecedente sobre la influencia del mundo sobrenatural en el pueblo nórdico.

A la vez, puede verse cómo los personajes sacrifican caballos, e incluso seres humanos a dioses y diversas entidades. Se trata de una representación acertada de El blót, rituales que se realizaban para complacer a los vættir o espíritus de la naturaleza. Rituales semejantes tenían relación con la creencia de los nórdicos de elaborar un vínculo poderoso con el tiempo, la justicia y la necesidad de expiación. En el film se muestra cómo se realizan rituales de iniciación en diferentes momentos de especial importancia. Desde la investidura del joven príncipe Amleth, hasta los desesperados intentos por aplacar la ira de lo misterioso. Los rituales, además, implican muerte y derramamiento de sangre. A la vez, la conciencia que los dioses, espíritus e incluso, criaturas inexplicables, podían recibir tributo a través de la convicción del peso del sacrificio. Un concepto profundo que Eggers utiliza varias veces en la película.

El tiempo continuo de la mitología nórdica

En varios momentos de El Hombre del Norte, Eggers usa planos secuencias para mostrar múltiples escenas a la vez. También, situaciones que ocurren a un mismo momento y que, de alguna forma, se vinculan entre sí como un todo. Y aunque pueda parecer un recurso esencialmente cinematográfico, en realidad es una forma de narrar que tiene un sentido directo con la mitología nórdica.

Para la mitología de la región, el tiempo es un todo que transcurre de forma simultánea. De modo que cada hecho acontece al mismo momento a los ojos de los dioses. Eggers replicó la noción de ese único momento eterno a través de planos secuencias que brindan la sensación de una línea de tiempo única. De hecho, varios momentos de la película parecen transcurrir a la vez y desde perspectivas diferentes del mismo personaje. Un logro narrativo de especial interés.

Un detalle que llamó la atención en críticos y expertos sobre la cultura nórdica, es la especial importancia que el argumento brinda a los cuervos. Tanto, como para que el pájaro se convierta en un elemento narrativo que señala, puntualiza y reconstruye la historia. Eggers se tomó el trabajo de usar un símbolo tradicional dentro de la mitología nórdica para dotar a sus personajes de poder o de indicar sus tránsitos interiores.

En la cultura vikinga, los cuervos pueden simbolizar tanto la desgracia como la alegría. Con el pico abierto y volando a cielo abierto, era augurio de buenos tiempos o profecías cumplidas. Si estaban quietos o miraban fijo — como en la película de Eggers — anunciaban las más terribles desgracias. Por supuesto, todo el imaginario alrededor de los cuervos está asociada al dios Odín, que en la película se invoca varias veces. Y se hace a la manera tradicional. Sobre madera tallada, a través de la sangre o para pedir su intervención en el momento de la muerte.

Dioses y grandes criaturas míticas

El Hombre del Norte rinde un tributo directo y tribal a las grandes figuras mitológicas de los nórdicos. Desde tallas ancestrales con la figura de Odín, las menciones a dioses en momentos críticos o rituales para aplacar su ira. La película está llena de referencias a lo mágico religioso de la cultura nórdica. Pero más allá de una mirada amplia, también están las referencias directas. En al menos una escena, puede verse a Odín en su figura de anciano viajero, con los cuervos Hugin y Munin sobre los hombros.

También, en dos oportunidades, hay una visión sobre valquirias y alusiones directas a las puerta del Valhalla. De hecho, una de las escenas centrales de la película muestra en todo su esplendor una mirada al más allá, según como lo conciben los nórdicos. Lo que compone un cuadro amplio de análisis sobre la mitología y la vida del pueblo vikingo. Uno de los puntos más altos del film de Eggers, justamente, es su capacidad de dialogar con la cultura y la mitología vikinga a un nuevo estrato.

Considerada una “experiencia inmersiva” por varios críticos, la película reflexiona acerca de la idea de lo sobrenatural y lo legendario a un mismo nivel. A la vez, elucubra sobre la historia como parte de una concepción del tiempo por completo novedosa, que se enlaza con ideas más singulares. En conjunto, El hombre del Norte es una épica que, además, incorpora un sentido elegante de la identidad cultural. También, un recorrido de considerable interés que especula sobre la condición del hombre como parte de su entorno y sus pulsiones más primitivas.

Para lograr semejante proeza fílmica, el director y co-guionista llevó a cabo una larga investigación junto a su equipo de producción. También se rodeó de una buena cantidad de expertos. Eggers dedicó tiempo a crear una narrativa en que historia y mitología crearan un todo unificado. Y lo hizo a través del estudio de las fuentes históricas y arqueológicas a su disposición, logrando construir una visión de la época y el entorno nórdico tan realista como argumentalmente precisa.

En los pequeños detalles están los puntos de importancia

Para el director, el apartado histórico es de especial interés, por lo que dedicó más de tres años a la investigación del mundo vikingo. De hecho, buena parte de la efectividad de la película se basa en detalles que pueden pasar desapercibidos a primera vista. Desde las capas de lana y cotas de malla de metal, hasta la construcción de los barcos de madera. En The Northman, la recreación de la vida cotidiana es de especial interés.

De hecho, Eggers y su equipo de producción cuidaron que cada punto fuera todo lo realista posible. La ropa, peinados, juegos, incluso la forma en que sus personajes reaccionan al clima, al tiempo y su percepción sobre la naturaleza. En el film, la connotación sobre lo que rodea a los personajes es tan importante como su comportamiento. Eggers dedica una buena parte del inicio de la película para mostrar cómo es la vida, con las vicisitudes y dolores que deben enfrentar. Más allá del nudo central del argumento, el film basa su poder en crear una experiencia emocional sobre el estilo de vida vikingo. Para estos, la religión, mitología y la percepción cultural sobre lo sobrenatural era una misma cosa. Y era una percepción que enlazaba la conexión de la vida cotidiana con sucesos invisibles y la intervención de los dioses. Pero, a diferencia de otras culturas, esta mezcla formaba parte de la forma en que los pueblos nórdicos comprenden su relación con lo misterioso.

En otras palabras, la espiritualidad se encontraba firmemente vinculada a la realidad y al tiempo. Las prácticas paganas estaban muy extendidas — a pesar que el catolicismo era una religión con la que debía enfrentarse — y, en especial, los rituales de sacrificio. A la vez, la convicción de que los dioses intervenían de manera directa en situaciones específicas, era parte de lo cotidiano. Eggers trasladó al guion   la sensación de inmediata intervención de lo sobrenatural. La película muestra en pantalla elaborados rituales de paso y otros, para aplacar la ira de los dioses. Todo, en medio de elaboradas escenas de guerra, enfrentamientos entre personajes y discurrir del tiempo.

Como si eso no fuera suficiente, deja claro que para los Vikingos, el Valhalla y la existencia misma de las deidades, no era una idea abierta a interpretación. En realidad, era una conexión directa con la vida de la época. Para los Vikingos, la mitología no era una connotación basada en la fe. Era parte de la realidad y un punto consciente sobre su libertad para actuar. Un concepto que Eggers supo trasladar a la trama de forma impecable.

La importancia de la historia

Uno de los asesores de la película es el profesor del Departamento de Arqueología e Historia Antigua de la Universidad de Uppsala en Suecia, Neil Price. El experto insistió en que debía mostrarse a los vikingos desde el punto de vista de su pueblo. Lo que evitaría la repetición de estereotipos y también, construir una idea irreal sobre la personalidad del hombre nórdico del siglo X. El resultado es un punto de vista naturista y poderoso que utiliza la historia del príncipe vikingo como telón de fondo para narrar algo más. Según una entrevista que ofreció a Inverse, la película debía “narrar secuencias y planos complejos”, más que una versión de la violencia.

Según el asesor histórico de la película, hay textos con descripciones rituales sobre muerte y en especial, sobre cómo aplacar el ánimo de los dioses. Varios de ellos se trasladaron a la película en forma de secuencias impactantes por su realismo y crudeza. Según Price, aunque no hay descripciones detalladas de los rituales, sí puede analizarse la relación de la sangre y los sacrificios con el sentido de la fe vikinga. Gracias al apoyo de Price, el diseñador de producción Craig Lathrop y la diseñadora de vestuario Linda Muir, trabajaron sobre ideas concretas.

Alexander Skarsgard en una escena de “The Northman” (Aidan Monaghan/Focus Features via AP)

Por un lado, Lathrop debía analizar la condición de cómo la realidad y lo invisible se mezclan en la película. De modo que, en varias de las secuencias, la presencia de dioses, hechiceras y manifestaciones de lo sobrenatural lo es todo. También, se analizó cómo lograr la mirada específica del pueblo vikingo sobre sus jerarquías sociales, investiduras y el poder del misterio. Para Muir, la ropa que llevaban sus personajes — o mejor dicho, en ocasiones sus diversos estratos de desnudez — muestran su carácter. Para el pueblo vikingo, la vestimenta tenía sentido religioso y de estratificación de clases. A la vez, una mirada consciente sobre la identidad. Desde dijes, joyas, tocados de hechiceras, el aspecto general de reyes y reinas. En The Northman, todo se muestra desde un impecable sentido de la realidad.

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