Sin escape

Destino Final: cómo ver la saga completa en orden cronológico y no perderse en el intento

Prepárate para morir mil veces: así debes ver Destino Final en orden sin perder la cabeza (ni el cuerpo).

por | Ago 5, 2025

La franquicia Destino Final es el equivalente en celuloide a tropezarse con la muerte una y otra vez sin poder esquivarla del todo. Cada entrega lleva al límite la idea de que evitar el desastre no es salvarse, sino aplazar lo inevitable. Aunque cada película funciona de forma independiente, todas giran en torno a la misma premisa: la Muerte tiene lista de espera y no se le escapa nadie.

Si estás preparándote para ver Final Destination: Bloodlines (2025), la entrega más reciente que recién acaba de llegar a HBO Max, vale la pena repasar la saga en el orden en que los eventos ocurren, no en el que se estrenaron. Y sí, prepárate para spoilers, porque aquí no se salva nadie.

Pero además, la siguiente cronología se trata de un análisis a la forma en que la franquicia, famosa por sus escenas de muertes sangrientas y cada vez más rebuscadas, ha sabido — hasta la actualidad — mantenerse siempre intrigante. Después de todo, el mapa que La Muerte traza a través de sus desprevenidas víctimas, debe evitar la repetición o en el peor de los casos, volverse predecible. Hasta ahora, la franquicia no solo lo ha logrado. Además, cinta con cinta logró profundizar en un universo, que, si bien tiene algunas contradicciones y pequeños baches, es lo suficientemente sólida para resultar siempre de interés. 

Mucho más, a medida que la saga reflexiona sobre temas en apariencia enigmáticos, que van desde la predestinación hasta el destino inmutable. Eso, sin perder el humor macabro que la caracteriza. A continuación, te dejamos el orden en el que debes ver todos los largometrajes de Final Destination, por orden de eventos y también, en sucesión cronológica. Un recorrido por los planes de La Muerte, que no deja de ser divertido y cruel en ningún momento. 

Todo comienza en el horror

La historia más antigua del universo la saga es Destino Final 5 (2011) de Steven Quale, que aparenta ser una entrega tardía, pero en realidad es el inicio de todos los eventos que ocurrirán posteriormente. La película comienza con una típica premonición: un grupo evita morir en el colapso de un puente. Hasta aquí, todo suena familiar. 

Pero lo interesante ocurre al final, cuando se revela que esta historia enlaza directamente con los eventos del Vuelo 180, dando pie a la película original. Este giro conecta con la obsesión de la saga por los ciclos, donde el tiempo no cura nada, solo reacomoda la tragedia. Así, la quinta entrega no solo sorprende por su ejecución visual, sino también por cómo reconfigura la cronología interna de la franquicia.

Luego viene la que empezó todo en la pantalla: Final Destination (2000) de James Wong. Aquí, la muerte se ensaña con el infame y emblemático accidente aéreo del Vuelo 180. Pero antes, un estudiante llamado Alex (Davon Sawa) tiene una visión catastrófica minutos antes del despegue y logra escapar con algunos compañeros.

Como siempre, el precio de haber desafiado el destino es vivir bajo una amenaza constante y, para la mayoría, morir de formas cada vez más elaboradas. Esta entrega estableció las reglas del juego: no se trata de evitar la muerte, sino de entender que siempre viene con truco. 

La Muerte y su retorcido sentido del humor

La secuela, Final Destination 2 (2003) de David R. Ellis, retoma esta lógica con otro desastre: una colisión automovilística épica que hace temblar cada carretera del cine. Aquí aparece nuevamente Clear Rivers (Ali Larter), superviviente del primer filme, que intenta advertir al nuevo grupo. El trauma acumulado se hereda, y la Muerte cobra con intereses.

En 2006, la tercera película da un giro estético y narrativo, gracias al regreso de James Wong a la silla del director: Final Destination 3 pone el foco en un parque de diversiones y una montaña rusa mortal. Esta entrega marca un cambio: no hay conexiones directas con los personajes anteriores, aunque se mencionan eventos pasados.

Wendy (Mary Elizabeth Winstead), la nueva protagonista, lidia con la paranoia y la sensación de estar siempre a segundos del desastre, mientras intenta salvar a los demás. Aunque conserva el esquema de premonición y consecuencias, lo refresca con una atmósfera más claustrofóbica. 

Un giro siniestro para el final

Luego llega Final Destination 4 (2009) de David R. Ellis, también conocida simplemente como The Final Destination, que se desarrolla en un hipódromo. Nick (Bobby Campo), el personaje principal, tiene una detallada visión de un accidente en plena carrera y logra evitarlo, momentáneamente. Esta entrega tiende más hacia el espectáculo gore que hacia el desarrollo de personajes, y aunque no aporta mucho en términos de continuidad, mantiene el tono sombrío que ya es marca registrada.

Final Destination: Bloodlines (2025) dirigida por la dupla Zach Lipovsky y Adam B. Stein es el regreso de la franquicia tras más de una década de silencio. A diferencia de sus predecesoras, esta historia no comienza en el presente, sino en los años sesenta, con un desastre en una réplica del Space Needle de Seattle.

La protagonista, Stefani Reyes (Kaitlyn Santa Juana), no tiene visiones del futuro como el resto, sino del pasado, lo que permite explorar cómo ciertas tragedias pueden extender sus raíces hasta generaciones posteriores. 

Lo interesante de esta entrega es que, aunque sigue el esquema de la saga, también se atreve a cuestionarlo. Además, es la última aparición del icónico Tony Todd, quien interpretó al misterioso Bludworth. La película funciona como puente entre el legado de la franquicia y un posible futuro, dependiendo, claro, de cómo le vaya en taquilla.

Una saga que fue de menos a más

Para quienes prefieren ver las películas según su año de estreno, el orden es otro: Final Destination (2000), Final Destination 2 (2003), Final Destination 3 (2006), The Final Destination (2009), Final Destination 5 (2011) y Final Destination: Bloodlines (2025).

Pero si buscas entender cómo se entrelazan los eventos, seguir el orden narrativo tiene más sentido. Así puedes notar cómo la saga va jugando con su propia cronología y cómo va perfeccionando el arte de la muerte creativa. Aunque la serie no tiene una trama principal clara, lo que une todas las entregas es una idea inquietante: el azar tiene reglas, y nadie escapa a su turno.

Lo que venga después de Bloodlines aún es incierto. La franquicia ha demostrado una capacidad impresionante para reinventarse sin perder su esencia. No necesita reinventar la rueda: solo basta con que la rueda se suelte en una autopista y genere una carnicería.

Si el público responde bien a esta nueva entrega, es muy probable que tengamos más precuelas, secuelas o vueltas de tuerca temporales. Al fin y al cabo, mientras haya formas absurdas de morir y público dispuesto a verlas, la saga Final Destination seguirá girando.

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