Toda una reina

Miss Carbón: la primera minera argentina – una lucha por las mujeres trans y cis

En su primer protagónico, Lux Pascal encarna a Carlita Rodríguez, una mujer trans que hackeó el sistema en nombre de todas las femineidades.

por | Oct 2, 2025

Cuando no hablamos de algo, esto resulta invisible. Por ende, no existe.

Esta es una consigna que se repitió incansablemente durante debates sobre la legitimización de derechos básicos para la comunidad LGBTQI+. Son reflexiones que aún debemos recordar cada vez que se discuten las clasificaciones de identidades sexuales y de género. El medio audiovisual siempre fue precursor de dar llegada a estas cuestiones, pero, en el caso de Miss Carbón (2025), la historia que plantea es una que representan discusiones aún más amplias de las que aparenta a simple vista.

Nos ubicamos en la ciudad de Rio Turbio, al suroeste de la Patagonia. Este es un territorio en donde la minería es mucho más que una actividad que da sustento, es una práctica esencial  de una comunidad. Pero no para todes. Debido a la superstición, las mujeres quedaban completamente excluidas de bajar a las minas. Su único acercamiento era soñar con ser coronadas como la Reina del Carbón. O bien, cada 4 de Diciembre, acompañar a la procesión de la virgen de Santa Bárbara. Conmemorando a la patrona de los mineros, eran guiadas por los hombres hacia los oscuros túneles.

Cuando se autopercibe, Carlita se imagina como la Reina del Carbón o la virgen que guía a las mujeres a las minas.

Para Carla Antonella Rodríguez (Lux Pascal), su vida se presenta compartimentada. Nacida biológicamente varón, su identidad sexual y de género son rechazadas por buena parte de su familia. Si bien ese DNI que la identifica como masculino le da la posibilidad de cumplir con su sueño de presentarse y ser seleccionada para cumplir su vocación de minera, eso también la enfrentaría a varias tensiones y hostilidades. Por un lado, el de habitar un lugar tradicionalmente hipermasculino. Por el otro, el negarse a sí misma.

Hacer comunidad

Desde algunos lugares podemos ver a esta biopic casi como una fábula contemporánea. A diferencia de aquellas historias en donde a la comunidad LGBTQI+ es sometida a todo tipo de vejaciones (necesarias de ser mostradas para visibilizar la situación), después de décadas de repetir esta narrativa ya se convirtió casi en un estereotipo.

Desde la perspectiva latina, hace menos de una década Sebastián Lelio demostró, con su maravillosa Una mujer fantástica (2017), que es posible mostrar un inequívoco drama y situaciones de agresión sin caer en esos clichés. Miss Carbón logra lo mismo, probando se puede exponer la violencia con altura y sin entrar en lo morboso.

La protagonista Lux Pascal junto a la directora Agustina Macri.

Agustina Macri cuenta una historia con delicadeza y grandeza, pero sin rehuir a los retos que Carlita tuvo que enfrentar a lo largo de su vida. La vemos transitar el abandono y sus anhelos, las burlas y crueldad, pero la directora jamás olvida subrayar la calidez y el afecto que rodean a su protagonista desde los lugares obvios o hasta los impensados.

Este se convierte en uno de los puntos más fuertes, ya que inclusive en los momentos más bajos, la película recalca la importancia de las redes de contención. El hacer comunidad, para un colectivo históricamente vulnerado como el trans, puede significar la diferencia entre la muerte, la vida y la calidad de vida. En Miss Carbón esto lo vemos representado por las mujeres del club nocturno barrial, principalmente por el personaje de Romina Escobar. Ella no solo brinda su casa a Carlita, sino que se convierte en su “mamá trans”, una figura muy real e indispensable para guiar y cuidar de las generaciones más jóvenes dentro del colectivo.

Miss Carbón recalca la importancia de hacer comunidad, un método que para el colectivo trans es a veces hasta de supervivencia.

Repercusiones de una lucha

Si bien ya lleva años la discusión sobre el género como un concepto que sobrepasa las barreras de lo biológico y es primordialmente modelado y regulado por reglas sociales y culturales, ciertos debates parecen atrapados en un eterno retorno. Paul B. Preciado, unos de los filósofos de habla hispana más renombrados en el tema, no solo hizo una crónica de su propia transición de Beatriz a Paul, sino que en el proceso acuñó términos como el del “hackeo de género”.

Preciado describe al género como un sistema operativo, en donde las percepciones sensoriales toman forma de deseo, acciones, creencias o hasta identidades. Ahí es donde entran los hackers, que con diversas acciones irrumpen un sistema. Pero mientras el pirata informático es capaz de desregular y hasta democratizar información o productos culturales, los hackers del género hacen de sus propios cuerpos el territorio en disputa. En el caso de Preciado, una hormonización ilegal en donde ni el estado ni la farmacología tenía derecho a decidir su identidad ni a calificarlo como disfórico, lo convirtieron en un hacker al proclamar su propia autonomía.

Lux Pascal y la verdadera Carla Antonella Rodríguez.

El caso de Carlita Rodríguez también representa el concepto. Si bien ella está muy segura de quién es, la vemos aprovechar eso que para muchas personas resulta tan hiriente como puede ser una clasificación errónea en un documento de identidad. Para quienes la ven, no cabe duda sobre su género respecto a la manera que se presenta y desenvuelve, ya que Carlita es evidentemente femenina. Aun así, consigue usar la burocracia a su favor para cumplir su anhelo.

Esto podría clasificarla como un triunfo personal para una persona trans, pero la lucha de Carlita abarcó un hito mucho más universal. Con la llegada de la ley de identidad de género y la posibilidad de cambiar aquel masculino del DNI por un femenino, ella no solo quebró leyes y creencias retrógradas, sino que significó el acceso de todas las mujeres de Rio Tercero a romper con normas excluyentes. Fue un triunfo para tanto mujeres trans como las cisgénero.

Pequeñas grandes historias

Una coproducción de Morena Films (España) y Pensa & Rocca Cine (Argentina), la película se filmó tanto en las provincias de Álava y Vizcay del país Vasco como en Rio Turbio, frente al imponente paisaje patagónico. La fotografía hace justicia a una tierra que por momentos resulta casi onírica, pareciendo reflejar los sentimientos de la misma Carlita. Es una tierra que puede resultar tan inhóspita como abrasiva para nuestra protagonista, solo para después irradiar una luz y demostrarse como una fuerza indomable.

La película destaca la belleza del paisaje patagónico.

En su primer papel protagónico, Lux Pascal demuestra que es mucho más que simplemente la hermana menor del querido y exitoso Pedro Pascal. Puede que por momentos su acento nativo llame la atención, pero hay coherencia teniendo en cuenta la cercanía de Santa Cruz con el Chile natal de la actriz. Su presencia no solo significa una estratégica proyección internacional para la película, sino que realmente le hace justicia a la verdadera Carlita. Demuestra tanto vulnerabilidad como una fogosa fiereza cuando debe pararse firme ante sus convicciones.

Miss Carbón es un retrato fiel de una historia real que pasó desapercibida por mucho tiempo. Una heroína de un pueblo que mantuvo una lucha significativa, que recalcó un derecho que muchas ni siquiera éramos conscientes de que no poseíamos. Miss Carbón refleja eso, la importancia de visibilizar a una heroína que merece ser reconocida por sus contemporáneos. Es un recordatorio de la importancia de dar estas batallas, así como una mirada atrás sobre de los pasos que dimos no hace mucho, ya que el relato todavía está siendo escrito.

Miss Carbón nos lleva en el tiempo, recordando luchas como la de la Ley de Identidad de Género.

💡 PopCon tips:

En los créditos de la película se nombra al Archivo de la Memoria Trans (AMT). Este es un proyecto que para la historia de Carla Rodríguez como para tantas otras compañeras del colectivo es indispensable para proteger, compartir y reivindicar la memoria de la comunidad.

El proyecto, iniciado por las activistas Claudia Pía Baudracco y María Belén Correa, abarca en la actualidad más de 15.000 documentos. No solo es indispensable para la educación y preservación de una memoria colectiva, sino también, como Miss Carbón lo demuestra, para la creación de proyectos artísticos y culturales que hagan resonar estas historias.

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Ro Tapias

Artista visual. Madre de dragones, gatos y un corgi. Hablo de cine, a veces demasiado.