En una era en donde la nostalgia parece diseñar gran parte de la programación de las plataformas de streaming, secuelas de varios títulos clásicos llegan para expandir sus historias. Años tras la unión entre The Walt Disney Company y Lucasfilm le llegó el turno a Willow (1988), el clásico de fantasía medieval de George Lucas desde su estreno coqueteó con la posibilidad de un regreso, una esperanza alimentada durante tres décadas por los fans. Finalmente, de la mano de Disney+, tenemos la primera mitad de la serie, con episodios nuevos estrenándose cada Miércoles.
Abriendo las páginas de un libro de cuentos, la voz en off de la ahora reina Sorsha (Joanne Whalley) nos recuerda que veinte años pasaron desde la última vez que visitamos Tir Asleen y que a pesar de la caída de su tirana madre, el mal aún se encuentra al acecho. Conocemos también a los hijos que tuvo con un desaparecido Madmartigan (Val Kilmer), gemelos que poco tienen en común. La princesa Kit (Ruby Cruz) desea seguir con el legado aventurero de sus padres, por lo que constantemente se la encuentra entrenando con la aprendiz de caballero Jade (Erin Kellyman), de quien además está enamorada. El hermano de Kit, el principe Airk (Dempsey Bryk), parece haber heredado de su padre tanto el gusto por revolcarse con diversas doncellas así como su parecido físico, algo a agradecer a un sorprendente logro del casting.
Luego de que Airk es raptado por el enemigo, se forma oficialmente el grupo de aventureros que buscara rescatarlo. A las chicas se les une Boorman (Amar Chadha-Patel), un picaresco mercenario que busca llenar el vacío dejado por Kilmer dentro del elenco. Se les suman unas de las conquistas de Airk, la cocinera de palacio Dove (Ellie Bamber) y el conflictuado prometido de Kit, el príncipe Graydon (Tony Revolori). ¿Pero dónde está nuestro protagonista? La introducción de Willow (Warwick Davis) se hace esperar, pero habla mucho del paso del tiempo y la huella que la experiencia dejó en el alguna vez inocente Nelwyn. De la misma manera en que nos reencontramos con un descreído Luke Skywalker en Star Wars: The Force Awakens (2015), la serie secuela de Willow nos devuelve a un hechicero ahora más adulto y hábil, pero a la vez cansado y dudoso de sus propios logros. A pesar de todo, continúa siendo el primero en confiar que hay un rayo de esperanza personificado en Elora Danan, a quien considera todavía su responsabilidad.
Veinte años no son nada
Quizá lo que más se destaca dentro de esta secuela de Willow es como mantiene en gran parte el espíritu de la original, logrando un acercamiento al género fantástico desde un lugar que los grandes títulos de los últimos años tenían abandonado. Lejos de las interpretaciones más dramáticas, sanguinarias o hasta solemnes que las historias de épica medieval más exitosas vienen entregando, Willow busca convertirse en una aventura que toda la familia puede disfrutar, haciendo que el humor conviva con momentos tenebrosos que respetan el espíritu de la película original.
La serie no se toma muy en serio a sí misma, llegando por momentos a bordear con lo totalmente absurdo. El tono resulta bastante anacrónico, con los personajes usando modismos tan modernos como los que podríamos encontrar en una campaña del juego de rol Dungeons and Dragons en donde la seriedad no sería la prioridad de sus jugadores. Igual de contemporáneo resulta el soundtrack, eligiendo que cada episodio presente el cover de alguna canción clásica del pop o rock como Enter the Sandman de Metallica o Crimson and Clover de Tommy James & The Shondells.
Si bien a los primeros episodios parece costarle encontrar un ritmo, cada capítulo tiene temas y recorridos muy distintivos entre sí, por lo que la trama va ganando dinamismo. Sin duda se siente la ausencia de Kilmer en el elenco, pero su espíritu se mantiene presente tanto en leyendas del reino así como en uno de los principales misterios de la temporada, siendo parte clave del camino de autodescubrimiento de su hija. Y ese es un punto que le suma a la historia, ya que develar secretos de la identidad de cada personaje, así como del mundo mismo en que viven, se convierte en uno de sus aciertos más fuertes.
Con personajes carismáticos con los que nos encariñamos casi sin darnos cuenta, el retorno de viejos conocidos e interesantes diseños de criaturas, esta nueva aventura resulta simple y clásica pero llena de toques contemporáneos. La esperada vuelta de Willow llego sin ambiciones descomunales pero con la magia suficiente para atrapar tanto a aquellos que la revisitamos así como a los que se adentran por primera vez en su mundo.
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