Si recién ahora estás entrando en el mundo de estas reinas, te hacemos un quick refresh: tenemos a Bela (Amrit Kaur), una aspirante a comediante -con grandes sueños de pertenecer a SNL– que tiene que luchar contra los prejuicios sobre las mujeres en la comedia y además intentar seguir con el legado científico de su familia, Kimberly (Pauline Chalamet, sí, la hermana de Timotheé), una estudiante comprometida que viene de familia de clase media-baja, es muy inocente y logra vivir la vida universitaria sin caer en el cichlé de la chica nerd que solo tiene tiempo para estudiar, Whitney (Alyah Chanelle Scott), futura estrella del equipo de fútbol universitario que lucha con sus propias inseguridades y las que le genera su madre (una importante política de USA) y Leighton (Reneé Rapp) una mean girl neoyorkina que, con el tiempo, logra deconstruirse, conocer nuevas personas, intentar cambiar aquello que no le gusta de ella y hasta [sorpresa] salir del closet como lesbiana en la universidad, con sus amigos y con su familia.
Su creadora Mindy Kaling (The Office, Yo Nunca) logra, como siempre, encontrar el humor en todo pero con un balance exquisito que nos hace pasar de las risas al llanto rápidamente. Con chistes muy a tiempo y a tono, The Sex lives of College Girls (2021-) ha logrado posicionarse como una de las grandes comedias de HBO y de los últimos años: incluso antes del final de la segunda temporada, se anunció por todas las redes que ya está confirmada la tercera entrega.
Sin embargo, no todo es risas. En esta temporada encontramos un poco más de drama que en la primera (aunque también puede que hallemos más chistes por igual). Las chicas están creciendo, encontrando su lugar, y por supuesto ello conlleva algunas complicaciones cuando todavía no estamos seguros de quiénes somos.
En qué nos quedamos
Bela, después de una incómoda situación de acoso y abuso de poder que vivió en la primera temporada, logra finalmente crear su propia revista de comedia femenina. Pero la atención es demasiado tentadora y Bela queda cegada por esta “fama” que encuentra, dejando de lado a sus compañeras comediantes. Veremos a Bela enfrentar las consecuencias de su ego en la próxima temporada.
Leighton logró un arco conmovedor, saliendo del closet en la universidad, con sus amigas y sobre todo con sus padres. Mientras en la primera temporada vino a una Leighton soberbia, creída y cuyo único leimotiv era el status, ahora la vamos a encontrar mucho más humilde y empática, leal y enamorada, siguiendo sus propios pasos y no los de la sororidad a la cúal pensaba pertenecer (aunque el zorro pierde el pelo pero no las mañas, Leighton sigue siendo la diva que siempre fue y amamos).
Si algo nos llamó la atención fue el giro argumental que vimos con Whitney y Kimberly. Al comienzo de la temporada parecía que iban a tener las historias más débiles, para luego dejarnos con la boca abierta al final. Whitney cortó con su novio Canaan (luego de revisarle el teléfono donde no encontró nada) y comenzó una especie de affair con su compañero de laboratorio -un completo pedante a quién no soporta, pero con quien tiene mucha química física- aunque, claramente, esa relación no iba a durar mucho.
Kimberly, pese a ser la más ingenua, a quién más le cuesta pagar la universidad y quien se ha quedado un poco en el tiempo con sus costumbres, tiene un amorío con el chico nuevo -una especie de Thor texano- hasta que un día se da cuenta que tiene sentimientos fuertes por alguien más: alguien le que va a traer complicaciones con algunas de sus amigas.
Por supuesto, no te vamos a contar quien es esta persona, si no te estaríamos arruinando el final de la temporada. Pero sin dudas The Sex Lives of College Girls es un must para tu radar seriéfilo. Con actuaciones de lujo (no hay dudas que estas jóvenes chicas van a llegar super lejos) y con temas que de una forma u otra van a interpelar a tu adolescente universitaria interior.
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