¿Qué es lo que esconde esa persona que puede, de un momento a otro, cambiar abruptamente de mirada? ¿Qué yace bajo esa templanza que puede desvanecerse en un suspiro? ¿Por qué no puedo comprenderlo? Aftersun (2022), la ópera prima de la realizadora escocesa Charlotte Wells (estreno de este jueves que llegará luego a MUBI) se hace todas esas preguntas -y muchas más- bajo el personaje de Sophie (Frankie Corio), una joven de doce años que viaja a Turquía una semana con su padre, Calum (Paul Mescal), luego de que éste se divorciara de su mamá. Esos días transcurren en una especie de burbuja en la que padre e hija empiezan disfrutando de esas jornadas idílicas (e infrecuentes, ya que el largometraje brinda indicios de que sus encuentros son breves y escasos) para luego confrontar mediante los gestos más sutiles.
Wells, quien concibió esta película como una prolongación de su cortometraje, Tuesday (2015), aporta componentes autorreferenciales para aludir a ese enigma que es Calum, y lo hace siempre con el foco puesto en su pequeña hija. El espectador observa cómo Sophie, con la ingenuidad producto de su edad, registra los modismos de su papá con una cámara y se concentra en la transformación de su rostro. La niña sabe que algo sucede con él, que hay algo que lo impulsa a comportarse de manera apática, pero no termina de entender cabalmente qué sucede en su interior, cuál es el germen de esa implosión. Para Wells, el contexto es vital, es su brújula para acompañar a sus protagonistas en esas vacaciones que terminarán siendo profundamente significativas. Por lo tanto, la directora se vuelca a planos cerrados de ese resort que, en plena década del 90, es el único lugar al que Calum puede acceder, la única ofrenda que puede darle a Sophie.
Bajo presión
Por otro lado, Wells utiliza determinadas canciones que marcaron a fuego esa década y lo hace con inteligencia, eludiendo cualquier clase de cliché. Como ejemplo de ésto tenemos el uso de “Losing My Religion” de R.E.M., una composición memorable que tiene esa capacidad de transportarnos a un tiempo, lugar y disco: Out of Time (1991). Si el fascinante baile de Michael Stipe en el video funcionaba allí como elemento catártico, su canción adquiere otra tesitura en Aftersun. El tema es elegido para que Sophie lo interprete en una noche de karaoke que deja al descubierto su timidez, pero también su reticencia a construir un recuerdo sola.
Cuando su padre súbitamente se niega a cantar con ella, la pequeña se siente abandonada pero, en medio de un desconcierto sobre el que todavía no puede ahondar, sigue adelante y llega al final de la canción con una frase que bien podría estar hablando de ella misma: “Eso fue solo un sueño”. Por otro lado, Wells también incluye “Under Pressure” en otra secuencia en la que Calum vuelve a presentarse como un ser fragmentado, con un universo y una batalla que preserva con un hermetismo que la película nunca traiciona. Si hay algo que lo está presionando, que lo está consumiendo, nunca lo vemos claramente, y si la cineasta toma esta decisión narrativa es porque Aftersun le pertenece más a Sophie que a Calum. Es su mirada la que importa, su distancia y acercamiento, su anhelo por comprender, lisa y llanamente, quién es su padre.
El largometraje, que fue producido por Barry Jenkins, es también un testimonio del poder que tienen los recuerdos que uno creía evaporados. Para hablar de ello, Wells apela a imágenes difusas en las que el cuerpo habla por los personajes, desde un llanto que contrae la panza a la madrugada hasta una pesadilla que genera un pánico por el lugar al que conduce, por esa puerta que volvió a abrirse. Aftersun es una película de incertezas y eso la vuelve más desgarradora, pero también más genuina. Se percibe un deseo de adentrarse en nuestros propios recuerdos y cuestionar qué hacemos nosotros con ellos.
¿Qué sucedería si hoy encontramos una foto vieja, doblada y con polvo, de un viaje familiar? ¿Qué nos provocaría? ¿Qué lectura le daríamos a las expresiones de nuestros padres ya en nuestra vida adulta? Aftersun toca esas fibras y evoca, con una sensibilidad notable, ese momento en el tiempo que parecía estar tan lejos y que cada tanto asalta con brusquedad para reafirmar que ese padre tenía una vida interior compleja de la que su hija, por su edad, quedaba expulsada. Esta película es el intento de Sophie de tirar esa puerta abajo.
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