Mucho se habló (y se hablará) de los cambios en la directiva de Warner Bros que afectan a la parte de DC que produce y realiza películas live action para la pantalla grande. La reciente partida de Walter Hamada, el presidente de esa parte de lo que ahora es Warner Bros Discovery, sigue dejando más dudas que certezas en el mundo de la compañía, que tiene a muchos de los mejores personajes de la ficción contemporánea y que no sabe bien qué hacer con ellos en cine. Muchas son las especulaciones, los rumores y las habladurías, pero muy pocos los resultados visibles (podríamos contar a The Batman (2022) como uno de los puntos positivos).

El actual director ejecutivo David Zaslav dejó en claro que quiere una figura como lo que es Kevin Feige para el Universo Cinematográfico de Marvel, una persona que controle y arme el futuro a diez años de lo que -al menos hasta hoy- se conoce como DCEU. Pero las cancelaciones de proyectos casi completados, como la Batgirl de Leslie Grace y los constantes retrasos de las fechas de estrenos de Shazam: Fury of the Gods, The Flash de nuestro Andy Muschietti, Blue Beetle y Aquaman and The Lost Kingdom (todas programadas actualmente para 2023) no predicen nada bueno.

En este contexto, llega el nuevo bebé de Dwayne Johnson, bautizado Black Adam (2022). Porque, si bien la película está dirigida por el español Jaume Collet-Serra (Jungle Cruise) y el guion es de Adam Sztykiel, Rory Haines y Sohrab Noshirvani, siempre le diremos la película de La Roca. Y en ese sentido, es todo lo que buscan sus seguidores. The Rock está en un noventa por ciento del tiempo en pantalla y siempre queda en claro que es SU obra, su papel. Quizás Jonhson sea lo que DC está buscando para rearmar su universo en pantalla grande.

Para los fans

Una y otra vez, Dwayne Johnson enfatiza que es una película hecha para los fans de DC y eso se nota desde el primer momento. Las explosiones a montones, el despliegue de efectos especiales, los personajes que dicen sus diálogos de la forma más solemne posible, los pequeños destellos de humor, más explosiones en cámara lenta y así. Todo grita que es una experiencia para los que vienen siguiendo –y bancando- este proyecto desde el comienzo. Hasta la escena post créditos grita ¡esto es para ustedes que lo querían! ¡Ahí lo tienen!

Ahora es materia discutible si una película que hace todo lo que los fans piden en las redes es algo para aplaudir, porque no olvidemos que esto además de ser un (gran) negocio, también es arte. O debería serlo. Pero nosotros tampoco tenemos las respuestas.

Una nueva era para DC

Esta frase salida de la campaña de marketing promete que la jerarquía de DC en la pantalla grande ya no será la misma luego del estreno de Black Adam (2022) y esto realmente sucede porque el personaje demuestra un poder inmenso desde que aparece en la historia y no dejará de revolear gente, piñas y rayos a los cuatro costados, demostrando que nadie tiene tanta fuerza como Teth Adam. Ni siquiera sus enemigos milenarios.

Aquí podemos contar un poco la historia. Hace miles de años, en el reino ficticio de Kahndaq, hubo un rey malvado que esclavizó a su pueblo para que recojan el mineral Eternium en pos de un objetivo maligno. En medio de este contexto, nace la leyenda de Teth Adam, el héroe que el pueblo necesita, pero que después de terminar con aquel villano desapareció de la faz de la tierra. Pero en la actualidad, nada mejoró en ese país y, de alguna forma, Adam volverá y recorrerá un camino lleno de explosiones y rayos hasta llegar a un tercer acto que desborda la pantalla de acción y más explosiones. E incluso, guardando giros inesperados en la trama.

También hay lugar para referencias a Shazam! (2019), The Suicide Squad (2021) de James Gunn y alguna sorpresa más, marcando que el rumbo que propone Dwayne Johnson es más una continuación de lo que propusieron otros directores, que algo radicalmente nuevo.

El resto del equipo

Además de La Roca, tenemos la actuación de Pierce Brosnan como Doctor Fate y es uno de los puntos altos. Su interpretación siempre es impecable y aquí cumple con creces, poniendo emoción y elegancia en sus momentos. También tenemos al Hawkman de Aldis Hodge, que funciona como brújula moral de la historia, siempre marcando lo que cree que es el bien y el mal, siempre pensando en absolutos porque aquí los grises no existen. Y los más jóvenes, que funcionan casi como alivio cómico, el Atom Smasher de Noah Centineo y la Cyclone de Quintessa Swindell. Ellos constituyen la Justice Society, que llega de pronto y confronta con Black Adam. Porque acá todo debe pasar rápido y sin mucha profundidad, lo importante es la acción.

También tenemos cientos de mercenarios sin nombre, porque Black Adam también es una especie de homenaje y cuasi continuación de esos blockbusters de acción de los ochenta y noventa, hasta el punto de tocar tópicos políticos de la forma más torpe posible, donde el grandote musculoso debe aprender a trabajar en equipo y terminará siendo el mayor héroe, aunque haya matado a todos los que se le cruzaron en el camino.

Black Adam ya se encuentra disponible en todos los cines y es todo lo que los fans acérrimos pedían, ellos estarán contentos. El resto tendrá que conformarse con la misma fórmula que DC viene repitiendo desde la primera película de lo que se conoce como DCEU.