Un grupo de chicas sufre un accidente aéreo, cuando el avión que las llevaría a participar de un campeonato de fútbol escolar cae en algún lugar de los bosques canadienses. Inmediatamente como audiencia es inevitable sentir un déjà vu al recordar lo que en su momento fue visitar la isla de Lost (2004-2010), una de las series más icónicas de principio de siglo en la nueva edad de oro de la pantalla chica. Pero Yellowjackets (2021-) es mucho más que un thriller de supervivencia con mezcla de drama adolescente.
Dividida en dos líneas temporales paralelas, que transcurren durante 1996 y 2021, cada capítulo nos muestra cómo las chicas intentan sobrevivir durante los diecinueve meses que permanecen perdidas, mientras las escenas se alternan con los días presentes, en donde de a poco conocemos a las supervivientes ya adultas. La serie toma la inteligente decisión de responder la incógnita que este tipo de historias normalmente nos plantean: las consecuencias que este tipo de tragedias pueden dejar en las víctimas con el pasar del tiempo. Es un puntapié inicial más que interesante, pero Yellowjackets lo lleva aún más lejos. Insinuando conspiraciones e incluso apariciones sobrenaturales, empatizamos con los miedos y paranoia de los personajes, llevando así a más de un cliffhanger que nos hará desear llegar inmediatamente al siguiente capítulo.
El tono de la serie queda muy marcado con la secuencia inicial, una cruda carta de presentación en donde vemos a un grupo de figuras humanas cubiertas de pieles, persiguiendo a una joven hasta asesinarla, para luego consumir su carne. Esta introducción establece muy claramente las bases sobre las cuales la serie se sostiene: el drama, el misterio y la falta de inhibición a la hora de mostrar el gore que el relato demanda.
Con un trabajo de casting estelar que despierta mucha nostalgia, tenemos como protagonistas a Melanie Lynskey (Two and a Half Men), Juliette Lewis (Natural Born Killers) o una Christina Ricci (The Addams Family) que roba cada una de sus escenas. Pero realmente es para aplaudir el gran trabajo de sus contrapartes más jóvenes, quienes resultan creíbles y reconocibles en sus papeles, sin que parezca que están haciendo una imitación de sus versiones ya adultas.
La musicalización de la serie también es una clara representación de la psique de los personajes. Anclada completamente en hitos de los noventa, el soundtrack refleja la incapacidad de estas mujeres de dejar su pasado atrás, siendo sus actos durante este período en el que estuvieron perdidas algo que las marcó de tal manera que les hace imposible vivir completamente en su presente.
Mientras tantas otras series sobre naufragios o personajes atrapados lejos de la civilización se encargan de mostrar a sus personajes como si de una foto de Instagram se tratase, Yellowjackets no pierde del todo una caracterización que es plácida de ver, pero al mismo tiempo tampoco tiene miedo de tocar temas que deberían de ser obvios, como el hecho de que eventualmente las chicas van a menstruar o que depilarse no es una prioridad cuando se intenta sobrevivir en la naturaleza.
Haciendo un guiño en su título (las yellowjackets son un tipo de avispas muy agresivas) a la clara inspiración que la historia hereda de El Señor de las Moscas (1954), la serie toma la posta de este clásico al hacernos replantearnos cuán fácil puede llegar a ser perder todo sentido moral en momentos donde las normas sociales no se aplican. Con personajes queribles, creíbles y una importante discusión sobre el peso de los traumas con los que conviven, Yellowjackets acaba de finalizar su primera temporada, dejándonos aún montones de preguntas.
En Latinoamérica se puede ver completa por la plataforma de Paramount Plus y ya se confirmó que la serie fue renovada por una segunda temporada, tras su éxito con la crítica y el público, que llevó incluso al maestro del terror Stephen King a recomendarla a sus seguidores.
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