Pese a quien le pese, y en contra de una legión siempre predispuesta a la queja cada vez que un personaje femenino aparece en la pantalla, las tres Marvel (Carol, Mónica y Kamala) ya son un símbolo de superheroísmo femenino. Su película fue lo suficientemente entretenida e interesante como para que a quienes les gustó, le den ganas de introducirse en el mundo de los cómics y conocer más sobre su material original. Por eso en esta nota vamos a recomendar algunas lecturas para conocer más a estas pibas que nos enamoraron con su química en la gran pantalla.
Si bien cada una de ellas tienen varias décadas de cómics encima, la idea de unir a estos tres personajes y de construir un vínculo profundo entre ellas es original del Universo Cinematográfico de Marvel. Sí, ya se habían encontrado en los cómics en varias ocasiones, pero casi nunca las tres juntas. De hecho la única excepción es en el Captain Marvel #32, del 2019, con guion de Kelly Thompson y dibujo de Sergio Davila.
En esa historia, lejos de lo que pasa en la película, la villana Vox Supreme ataca simultáneamente a todas las heroínas que llevan la palabra Marvel en su título de superhéroe. No voy a revelar nada de esa historia, que tampoco es tan relevante, salvo porque es la primera vez (y una de las pocas) en la que aparece el concepto de The Marvels en los cómics. Pero lo importante es que en ese universo, a diferencia del MCU, todos esos personajes rinden un tributo más directo a un superhéroe masculino, el Capitán Marvel.
Mar Vell, quien también aparece en la primera película de la Capitana, fue un héroe galáctico de origen Kree que tuvo bastante éxito durante la primera década de la era Marvel de los cómics, en los años sesenta. Pasaron casi diez años hasta que Carol Danvers, quien no era mucho más que una acompañante y un interés romántico de la identidad civil del capitán (el Dr. Walter Larson) obtuviera poderes y se transformara en una heroína por cuenta propia.
Nace una leyenda
El título de esta heroína, Ms Marvel, hacía referencia a un honorífico del inglés que permitía nombrar a las mujeres sin tener que definirlas por su relaciones con respecto a los hombres, y había sido adoptado por los movimientos feministas de los años setenta en los Estados Unidos. Una de las revistas feministas más famosas de esa época, llamada directamente Ms. (dirigida por la famosa militante feminista Gloria Steinhem) había tenido una portada con Wonder Woman, reconociendo su importancia como símbolo del poder femenino en la cultura pop, no mucho antes de que Carol tomara el manto.
En ese contexto, aparece esta nueva encarnación de Carol, deliberadamente pensada como un título que apelara a las lectoras mujeres de cómics y que representara los ideales feministas. Pero este concepto creado por Gerry Conway y John Buscema (y pronto encausado por Chris Claremont) tenía algunos aciertos y varios pifies.
Carol se presentaba como la directora de una revista femenina que hacía pensar en la de Stenheim, y se enfrentaba a Jonah Jameson y sus visiones anticuadas de qué es lo que se supone que una publicación para mujeres tenía que ser. Sin embargo, no dejaba de ser un título escrito por hombres, y la historia no pegó del todo en el público al que apuntaba, siendo cancelada antes de llegar a los veinte números, en una época donde se apuntaba a mucho más. De todas maneras, el personaje, con el nuevo e icónico traje que adquiere en la etapa de Claremont (diseñado por Dave Cockrum), quedó dando vueltas en la mitología de Marvel.
Se mantuvo durante décadas como una ocasional miembro de los Avengers, colaboradora de los X-Men, objeto sexual y personaje secundario. No se le hizo justicia a su idea original, y muchas aberraciones fueron cometidas en su nombre. Quizá la peor fue cuando en el Avengers #200, de principios de los años ochenta, un villano la drogó, violó y embarazó sin que ella mostrara ninguna oposición, en uno de los guiones más aberrantes de la historia de los comics.
En paralelo a esto, en las páginas de Spider-Man otro personaje reclamará el título del Capitán Marvel: una chica de Nueva Orleans llamada Monica Rambeau, que después de exponerse a energía extra-dimensional, había obtenido los poderes que le permitían transformar su cuerpo en energía. Esta Capitana Marvel no tardó mucho en sumarse a los Avengers, liderar el equipo y transformarse en la primera heroína afroamericana de Marvel. Sin llegar a la popularidad de otros personajes, tuvo un estatus bastante fijo en la mitología de la editorial durante décadas y llegó a protagonizar cómics de culto, como Nextwave: Agents of H.A.T.E. del 2006, que la presentaba liderando un bizarro grupo antiterrorista.
Durante muchísimos años, esas dos Marvels coexistieron como dos heroínas más bien secundarias, que ni siquiera tenían una identidad tan definida. Ya que a veces, cuando la editorial buscaba remontar al viejo Capitán Marvel como símbolo, adoptaban otros alias, y por eso ambas fueron conocidas por una gran cantidad de nombres secundarios: siendo quizá Fotón y Pulsar los más famosos de Monica, y Warbird o Binary los más famosos de Carol.
Pasaron muchísimos años hasta que Marvel retomara el concepto inicial de Ms. Marvel y Carol se transformara en la Capitana Marvel, haciendo que el héroe masculino terminara de ser olvidado casi por completo. Esto coincide con una época en la que la casa de las ideas comenzaba a darle voz a mujeres y disidencias para que contaran sus historias.
Reinventando el mito
La idea de que Carol se transformara en un personaje central que sea el equivalente a Wonder Woman en Marvel, con su propia personalidad y su propio peso, se plasmó en una historia que no fue un simple cómic de culto, sino que tuvo un éxito considerable, y gran aceptación del público. Todo eso sucedió en 2014, ya con el MCU en marcha.
Esa revista que llegó a tener más de treinta números en sus dos etapas, con guión de Kelly Sue Deconnick y arte de varios dibujantes, es una de las historias más recomendables para introducirse en la Capitana Marvel que queremos y respetamos. Tanto el guion como el dibujo fueron bastante sólidos y le permitieron a la marca Capitana Marvel tomar un nuevo impulso.
Eso dejó el terreno fértil para que la identidad de Ms. Marvel, que estaba desocupada, pueda ser tomada por un personaje completamente nuevo, adolescente y con un estilo original. Así nace Kamala Khan, de la mano de la autora G. Willow Wilson y el icónico diseño de Jamie McKelvie, que consolidó una nueva tendencia de personajes con identidades que hasta ese momento no habían tenido un espacio considerable en el universo Marvel.
Así, la revista de esta heroína de origen paquistaní fue un absoluto éxito de crítica y ventas, lo que la convertiría en la Ms. Marvel definitiva, honrando los ideales feministas que buscaba la marca Ms. Marvel en un primer momento. Esa historia -que duró 19 números en su primera etapa entre el 2014 y el 2015, y 38 en su segunda etapa desde el 2016 hasta el 2019- es el relato definitivo de Kamala como personaje.
Aunque no es necesario leerlo en su totalidad, y su primer tomo recopilatorio llamado No Normal es suficiente para conocer al personaje, es una tirada tan buena que dan ganas de leer todos los números.
Desde ese 2014 hasta el día de hoy, pasaron muchas cosas, y la más importante es quizá que Kamala fue editorial y ficcionalmente asesinada para poder ser inmediatamente resucitada como una mutante y cambiar el origen inhumano que había tenido en su versión original.
En ese interín, también fueron publicados cómics altamente recomendables de cada una de ellas en solitario, que son buenas lecturas para conocer a los personajes en su individualidad, aunque no tengan necesariamente que ver con la historia de la película. Entre esos comics, se destaca The Life of Captain Marvel, una miniserie sobre el origen de Carol que salió en 2018 con guion de Margaret Stohl y dibujo de Marguerite Sauvage. Y en el caso de Mónica, aún no hay demasiadas historias contemporáneas que la recuperen como protagonista plena de sus aventuras, pero el primer intento -la revista Monica Rambeau: Photon de 2021- está bastante a la altura de las expectativas.
Afortunadamente, aunque aún no sean las suficientes, son cada vez más las páginas que se imprimen para honrar el panteón de heroínas que pueblan el universo Marvel, en el cual las Marvels tienen un lugar privilegiado.
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