Hace poco menos de un mes nos desayunamos la noticia de que la cuarta temporada de Succession (2018-2023), que estrena en HBO este domingo, sería también la última. Así lo confirmó su creador y showrunner Jesse Armstrong, que aseguró que “siempre tuvo en claro que no duraría para siempre y que nos estábamos acercando al final”.
Es inevitable empezar a extrañar a nuestra familia disfuncional favorita aún antes del final, pero también hay que celebrar cuando los estudios dan libertad a los escritores para terminar cuando la historia lo pide, a pesar de que la serie se convirtió en un éxito rotundo de la noche de los domingos de HBO que fue creciendo desde su estreno. Hay que retirarse en lo alto, como lo han sabido hacer las mejores series de la historia. Sin duda esta es una.
Diferente a las demás
Succession es un drama con un tono bastante particular, porque a pesar de que la encasillamos en ese género, es una de las series más graciosas de los últimos años, gracias a la astucia y creatividad de sus diálogos y al impecable nivel actoral de su elenco. También podría decirse que es una historia terrorífica, ya que es imposible no reconocer familias y personas reales similares a los que nos plantea la serie.
Corporaciones monopólicas de medios de comunicación con injerencia en altos niveles del poder ejecutivo y capacidad de influenciar la opinión pública sobre diversos temas es algo completamente real, y la puesta en escena tan naturalista propia de la serie muchas veces podría confundirse con un reality show o un documental.
La tercera temporada arrancó retomando inmediatamente sobre el impactante final de la anterior, en el que Kendall Roy (Jeremy Strong) en una jugada muy propia de un descendiente de Logan (Brian Cox) traiciona sin previo aviso a su padre y a sus hermanos Shiv (Sarah Snook) y Roman (Kieran Culkin) declarando ante toda la prensa que tenía en su poder pruebas que inculpaban el encubrimiento de crímenes sexuales dentro de Waystar Royco.
EL NIÑO MÁS TRISTE
Es muy difícil empatizar con algún personaje de esta serie porque a pesar de que son todos fascinantes y están excelentemente escritos, ninguno es exactamente un ejemplo de vida con nobles valores. Sin embargo es imposible que el Kendall de Jeremy Strong no te genere emociones fuertes de pena, aún cuando se trata de un varón rico y extremadamente privilegiado.
A pesar de que arranca la temporada sintiéndose invencible y convencido que tiene todas las de ganar porque tiene de su lado a una sociedad post #MeToo, las pruebas suficientes para destronar a su padre y tal vez enviarlo a la cárcel y a la mejor abogada de la ciudad, se encuentra cada vez más solo y ante la cruel realidad de que no puede vencer a su padre.
“Vos ganás, porque sos corrupto en un mundo de corruptos”, le dice durante una de las mejores escenas de la temporada en el octavo episodio, “Chiantishire”. En el anterior “Too Much Birthday” vemos el festejo del cumpleaños 40 de Kendall que, al igual que su arco en esta temporada, arranca con mucho entusiasmo y hasta planes de un cover de Billy Joel. Pero pronto se desmorona y el episodio termina con él acurrucado bajo una mantita después de las monstruosas agresiones verbales y físicas de Roman y de una tarjeta de “feliz cumpleaños” de su padre que escondía una oferta por sus acciones para sacárselo de encima de una vez.
Logan tiene tanto poder manipulativo sobre sus hijos que no necesita estar presente físicamente para desestabilizarlos (durante el segundo episodio hace una movida similar enviándoles una caja de donas, que sospechan podría estar envenenada).
Kendall toca fondo literalmente en esta temporada, en donde después de haberse dormido en la piscina (¿intento de suicidio?) es el foco de una “intervención” por parte de sus hermanos. El colapso psicológico y emocional de Kendall culmina en la escena más memorable de esta tercera temporada, cuando se desploma en el piso y le confiesa a sus hermanos su secreto más oscuro: la muerte del mesero en la boda de Shiv, allá por la primera temporada. Por más desagradables que sean estos hermanos entre ellos, durante esta escena casi que se puede sentir sincero amor fraternal.
NERON, SU ESPOSA Y ESPOsO
Roman demuestra que cuanto más cerca del sol (en este caso, Logan) se le permite volar, más monstruoso y bully se vuelve. Comentarios crueles hacia sus hermanos, fotos no solicitadas de sus genitales hacia Gerri (que pueden terminar en otros destinatarios), coqueteos con candidatos republicanos de ultraderecha o acercar a Lukas Matsson (Alexander Skarsgård), dueño de la plataforma de streaming GoJo, a su padre para concretar negocios. Todo es válido. El menor de los Roy fue siempre el más verborrágico e insolente, pero queda cada vez más claro que es el más manipulable por Logan. ¿Logrará volver a traerlo de su lado en la última temporada?
Por su parte, Shiv no logra ganar demasiadas batallas durante esta temporada. Arranca perdiendo puntos ante los ojos de su padre, no logrando convencer a su amiga abogada de representarlos en el caso contra Kendall. Más tarde, su discurso como presidenta es interrumpido por Rape Me de Nirvana -cortesía de su hermano mayor- y finalmente su marido, a quien ama pero no AMA (y maltrata constantemente) no solo no irá a la cárcel, sino que termina clavándole un puñal por la espalda y aliándose con Logan.
Hablando de Tom Wambsgans (Matthew MacFadyen) y, por ende además de su segunda mitad Greg (Nicholas Braun) -también conocidos como Nerón y Esporo-, podemos decir que fueron los grandes ganadores de la tercera temporada y terminaron en una muy buena posición de cara a la recta final.
La intención de Tom de ofrecerse como “sacrificio” ante Logan termina rindiendo frutos ya que además de obtener su “carta de libertad”, al delatar a Shiv y sus hermanos, logra sumar puntos ante el big boss, y lo ubica en el lugar más alto en el que ha estado desde el comienzo de esta serie. Por supuesto que se lleva consigo a Greg, que termina la temporada con una denuncia en contra de Greenpeace pero con dos potenciales novias hermosas, una de ellas heredera al trono de Luxemburgo, nada menos.
LA VIDA ES UN NÚMERO EN UN PEDAZO DE PAPEL
Logan por supuesto que termina, como siempre, con todas las de ganar. Después de manipular a sus hijos durante toda la temporada y coronarse como el rey del gaslighting, en una movida muy propia de su personaje decide cerrar el trato con Matsson para vender Waystar Royco a GoJo en el magnìfico y sorpresivo final de temporada.
Difícil saber si lo hace con la intención de enseñar a sus hijos una lección o de simplemente joderlos una vez más. De cualquier manera, Logan decide que es el mejor momento para desprenderse de la compañía antes de que las acciones pierdan más valor, descartando así completamente la sucesión de alguno de sus hijos como CEO.
Gracias a la traición de Logan, los hermanos Roy terminan unidos en contra de su padre y “su pila de dinero”. ¿Durará esa alianza en esta temporada?¿Será alguno de ellos seducido por su padre, experto en manipulaciòn? ¿Tendremos boda entre Willa y Connor?¿Una nueva canción de Kendall Roy, tal vez?
La cuarta y última temporada de Succession arranca el domingo 26 de Marzo por HBO y HBO MAX.
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