Cuando era aĆŗn adolescente, Robert Pattinson, que toca guitarra y piano, se planteó ser mĆŗsico. Eso ocurrió cinco meses antes de obtener el papel de Cedric Diggory en Harry Potter y el cĆ”liz de fuego (2005) de Mike Newell. Hasta entonces, el que se convertirĆa en un Ćdolo juvenil y despuĆ©s, tendrĆa que luchar por ser reconocido como su talento como actor, tenĆa planes inciertos. De hecho, en una entrevista a GQ, comentó que ser parte de una banda āera una opción naturalā que contempló āpor aƱosā. Pero luego de su papel en el film Vanity Fair de Mina Nair en el 2004, decidió que la actuación āera un buen lugarā. Eso, a pesar que su parte fue eliminada y eso le produjo la sensación que ācaminaba a ninguna parteā.

Su rol como uno de los personajes mĆ”s queridos y trĆ”gicos de la saga Harry Potter lo encumbró en una temprana fama. Con diecinueve aƱos, se convirtió en el favorito de las revistas juveniles y, de hecho, en una pequeƱa celebridad en Londres. El actor despuĆ©s lo recordarĆa como una experiencia ādeslumbrante y un poco aterradoraā. De pronto, de ser un chico que intentaba lograr algĆŗn papel, encontró cientos de propuestas distintas. Y decidió que actuar āera, quizĆ”s, lo que mejor sabĆa hacerā como declaró a Entertainment Weekly este aƱo. Para el adolescente alto, de sonrisa fĆ”cil y que admitió no tenĆa mucha idea de ācómo manejar la fama”, un largo trayecto habĆa comenzado.
Sus siguientes producciones fueron de corte independiente. En el 2008, protagonizó How to Be de Oliver Irving y mostró al mundo su talento con la guitarra. DespuĆ©s se atrevió con algo mĆ”s complejo, al interpretar al pintor surrealista Salvador DalĆ en Little Ashes de Paul Morrison. La experiencia le dejó fĆsicamente agotado y mentalmente devastado. El personaje exigĆa bruscos cambios emocionales y ademĆ”s, protagonizar una escena de sexo explĆcito. Lo mĆ”s complicado no fue la desnudez, sino que inmediatamente despuĆ©s, debĆa fingir un ataque de pĆ”nico. āTodas las emociones, y a la vez, terminaron por golpearme hasta la extenuaciónā, explicó a Vanity Fair.

Y fue tambiĆ©n en el 2008, cuando encabezó la adaptación cinematogrĆ”fica de la saga bestseller CrespĆŗsculo (Twilight), dirigida por Catherine Hardwicke. āNo esperaba lo que ocurrió a continuaciónā, admitió con humildad Robert Pattinson para Variety. āCreo que nadie podĆa imaginarloā. Se referĆa por supuesto, a la fama instantĆ”nea, mundial e incontrolable que le rodeó al interpretar a Edward Cullen, un vampiro con rostro adolescente.
El libro, favorito de legiones de lectores alrededor del mundo, llegó al cine y se convirtió en un fenómeno de masas. Uno que catapultó a Pattinson a un estrellato desconocido que, todavĆa en la actualidad, le persigue a todas partes. Si con la saga Harry Potter, el actor habĆa creĆdo comprender el potencial de ser parte de un suceso a escala mundial, con Twilight comprendió sus verdaderos alcances. āDe pronto, mi rostro estaba en todas partesā dirĆa reciĆ©n a una entrevista a Empire. āEra el hombre que todos miraban, amaban, criticaban y odiaban. No sabĆa quĆ© hacer con algo semejanteā.

De vampiro a hombre corriente
La saga, que se extendió hasta el 2012, convirtió a Pattinson en una super estrella, encerrado en los lĆmites de su celebridad. DespuĆ©s de todo, el actor era un āchico corriente de Londresā. Tanto, como para hacer las cosas comunes de cualquier chico, que incluyeron robar en una tienda. En 2017, durante una conversación con Howard Stern, Pattinson admitió que de niƱo, le atraparon robando. āNunca he dicho esto antesā, dijo el actor. āEstaba, como, robando revistas porno y vendiĆ©ndolas en la escuelaā. El mal comportamiento le convirtió en una figura extraƱa durante su primera adolescencia. Una a la que varios profesores desalentaron en cualquier actividad artĆstica.
Por curioso que ahora parezca, Pattinson recibió varios comentarios semejantes. En 2019 comentó a la revista Backstage que de niƱo jamĆ”s creyó serĆa actor: āNo audicionĆ© para ninguna obra escolar porque estaba muy avergonzadoā. Con todo, a los 13 aƱos, se unió a la CompaƱĆa de Teatro Barnes y a los quince ya participaba en la producción teatral Tess of the dāUrbervilles y consiguió un agente, contó a Vanity Fair.
Pero nada podĆa prepararle para la vida como una celebridad de alto calibre. āEra surreal, sofocante, en ocasiones una pesadillaā admitió en una entrevista. La situación se volvió virtualmente inmanejable cuando la prensa descubrió que tenĆa un romance con su co-estrella Kristen Stewart. El asedio de fanĆ”ticos y paparazzi se volvió parte de la rutina del actor e incluso de su vida privada.
En una entrevista de 2014 con The Hollywood Reporter, contó que ocho autos le siguieron durante diez horas. En la misma conversación, detalló lo complicado que le resultó convivir “con una presión avasallanteā. Ese aƱo, tambiĆ©n confesó a Esquire UK que, finalmente, terminó encerrado en su casa de Los Ćngeles, sin posibilidades de salir o de hacer cualquier otra cosa que no fuera protegerse.
El actor en busca de identidad
En medio de todo lo que ocurrĆa dentro y fuera de las filmaciones, Pattinson todavĆa tuvo el tiempo para filmar algo mĆ”s que blockbusters. En 2009 actuó en el cortometraje The Summer House de Daisy Gili. āFue cambiar grandes escenarios por uno pequeƱoā, recuerda. Y en 2010, Remember Me de Allen Coulter. Ambas le recordaron que habĆa mucho mĆ”s cine (independiente y emocional) que los grandes Ć©xitos de boleterĆa. āMe permitió replantear quĆ© deseaba hacer en el futuroā, dijo en una entrevista para Elle en 2010. Y de hecho, Pattinson siguió intercalando pelĆculas de corte mĆ”s intimistas con el resto de las secuelas de Twilight.
En 2010 protagonizó Water for Elephants de Francis Lawrence y en 2011 Bel Ami de Declan Donnellan y Nick Ormerod. Y aunque ninguna fue un Ć©xito taquillero, si le permitieron a Pattinson explorar lo que serĆan sus pasos a mediano plazo. Para cuando The Twilight Saga: Breaking DawnāāāPart 2 (2021) se estrenó, ya el actor habĆa dado sus primeros pasos en una dirección distinta.

Cosmópolis (2012) de David Cronenberg, basada en el libro del mismo nombre del 2003 de Don DeLillo, mostró a un Pattinson adulto. Un actor de mĆ©todo, concentrado e inquietante, que sorprendió a la crĆtica especializada. No obstante, para el pĆŗblico seguĆa siendo Edward Cullen. āEs demasiado atractivo para el bienestar de su carreraā insistió Variety en la crĆtica a la pelĆcula. Y el actor se lo tomó en serio.
Del brillo a la oscuridad
Durante 2014, Pattinson estrenó tres pelĆculas, todas pequeƱas y de corte independiente. The Rover de David MichĆ“d, Maps to the Stars de David Cronenberg y Queen of the Desert de Werner Herzog mostraron a un Pattinson por completo distinto. Uno capaz de llegar al fondo de sus personajes y crear dimensiones desiguales y profundas. En adelante, el actor se alejó de grandes producciones y se enfocó en el cine independiente. Y aunque las ofertas seguĆan llegando, era evidente que su interĆ©s era analizar su carrera desde un punto de vista mĆ”s discreto y sustancioso.
Al aƱo siguiente trabajó con el subversivo Anton Corbijn en Life, junto a Dane DeHaan. Encorvado, con una mirada inquietante y el cuerpo rĆgido, Pattinson dotó al personaje de una rara intensidad lóbrega. En el drama histórico The Childhood of a Leader (2015) de Brady Corbet, logró construir un retrato oscuro y retorcido del poder. Pero fue a partir de 2016, que sus actuaciones se hicieron mĆ”s sombrĆas y sus personajes mĆ”s inquietantes.
En The Lost City of Z (2016) de James Gray, retrató a un hombre ambiguo, dividido entre la lealtad y la desconfianza. En 2017, obtuvo uno de los primeros papeles que llamó la atención de la temporada de premios con Good Time de los hermanos Safdie. Convertido en una criatura nocturna, afligida, violenta y atormentada, la actuación de Pattinson deslumbró a la audiencia y desconcertó a sus fanĆ”ticos. āRecibĆ cartas de fanĆ”ticas que me pedĆan volver a mi aspecto de chico buenoā, comentó el actor en una entrevista a Entertainment Weekly.

En 2018 volvió a sorprender con Damsel de los hermanos Zeller. Y tambiĆ©n, con su siniestro y extraƱo personaje en High Life de Claire Denis. En 2019, un irreconocible Pattinson protagonizó un duelo actoral de alto calibre con el oscarizado Willem Dafoe en The Lighthouse de Robert Eggers. Su actuación, que incluye desde perturbadoras escenas eróticas hasta violencia explĆcita, asombró a la crĆtica, que llamó a Pattinson āuno de los actores que pueden sorprender sin saber que lo haceā. Ese mismo aƱo, interpretó al DelfĆn de Francia en The King de David MichĆ“d. Y tambiĆ©n, obtuvo reconocimiento por su singular papel en la inclasificable Tenet de Christopher Nolan.
Para el 2020 y ya elegido como el nuevo Batman de Matt Reeves, el actor protagonizó Waiting for the Barbarians de Ciro Guerra, primera incursión del director colombiano en idioma inglĆ©s. Y tambiĆ©n actuó en el incómodo thriller The Devil All the Time de Antonio Campos, en el que mostró su lado mĆ”s oscuro. En medio de las promociones precarias de las pelĆculas en mitad de los primeros indicios de la pandemia, Pattinson tambiĆ©n debió soportar las crĆticas por ser el nuevo actor en llevar la mĆ”scara de Batman. Se recordó de nuevo su pasado como actor juvenil, se criticó su fĆsico e incluso su capacidad para interpretar a uno de los hĆ©roes mĆ”s emblemĆ”ticos de DC.

La pelĆcula, convertida en un evento pop por derecho propio, serĆ” estrenada en marzo de este aƱo. Por ahora, Pattinson estĆ” a punto de remontar el Ćŗltimo lĆmite que le sujetaba a su imagen de chico bueno y atractivo. Su próximo proyecto: una colaboración en la ciencia ficción con Bong Joon-ho (director de la ganadora del Oscar a Mejor PelĆcula Extranjera en 2020, Parasite). Pero por ahora, es el mĆtico antihĆ©roe de DC, el que le obsesiona āEl Batman que encarno no busca aun justicia, busca venganzaā declaró a Empire. āY eso es un brillo siniestro en la oscuridadā. Una frase que podrĆa resumir la extraƱa y larga carrera de Pattinson como celebridad mundial.Ā
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