Charlamos en exclusiva con Guido Balzaretti, quien interpreta a Connor en Querido Evan (la versión en Buenos Aires del famoso musical Dear Evan Hansen) que ya es un éxito del Teatro Metropolitan. El reconocido actor también estará interpretando a Raoul en El Fantasma de la Ópera (en Madrid) con la producción de nada menos que Antonio Banderas, junto a Gerónimo Rauch nuevamente en el papel protagónico.
¿Cómo estás viviendo el éxito de Evan?
Amo la obra. La amo hace tiempo. La verdad que haber empezado a estar como vinculado al proyecto con la adaptación, como que me fui familiarizando y ya conocía lo original -la cual me generaba muchas cosas- pero al ir profundizando acá es increíble, la verdad que el amor se forjó más fuertemente. Y ahora, bueno, haciéndola y después de haberla ensayado y de compartirla con mis compañeros, estoy seguro que se va a tornar uno de esos proyectos especiales que cada tanto te marcan la carrera.
¿Qué otros proyectos hiciste que sentís que te marcaron así la carrera?
Despertar de primavera en su momento acá en Argentina fue medio flash porque por mucho tiempo fue mi musical favorito. Para mí, al día de hoy, sigue siendo uno de los favoritos. Me pude permitir hacerlo en Barcelona hace… no sé cuándo fue, hace cuatro años, más o menos, cinco, en catalán. Tenía tantas ganas de reencontrarme con esa obra que asumí el desafío de hacerla en un idioma que entiendo, pero que no hablo. Y me encantó poder hacerlo. Y entendí por qué a la gente le pasa lo que le pasa con esa obra y el recuerdo que yo tenía estaba intacto.
Como vos bien decís, despierta un montón de cosas e invita a la reflexión de una manera increíble al igual que Evan.
Mirá, creo que hay algo de una cronología, haber pasado por una obra como Despertar, Casi normales, y ahora, Querido Evan, siento que eso tiene como bastante sentido y para mí vivirla desde adentro. Primero que como intérprete me hace reafirmar qué historias quiero contar y en cuáles me siento muy cómodo y me motivan y me inspiran. Y después la importancia de contar algo tan relevante y que la gente lo recibe y lo agradece como lo agradece. Creo que se cierra como un círculo grande y la experiencia teatral cobra más sentido aún. Digo, uno está en el escenario y hay una, dos, quinientas, cinco mil personas viendo y se arma la experiencia. Pero creo que con estas obras pasa que se da una vuelta más y se profundiza como un vínculo que pasa a ser medio para siempre.
Creo que es algo mágico también de los musicales, porque -salvando las distancias y obviamente ver la apuesta y todo- te conmueve escucharla en Spotify por ejemplo, que tiene esa magia de la voz de un musical.
Sí, la magia de la música, que me encanta decir que entrás sin pedir mucho permiso, vos estás ahí en la sala atento a una historia y de repente empieza a sonar en este caso como nuestros músicos en vivo maravillosos que tenemos acá y el cuerpo reacciona. Hay como algo medio primitivo que se activa quieras o no. suena un acorde y te empiezan a poner los pelos de punta y ya entraste.
En Evan son temáticas que atraviesan mucho a la gente y de repente venir al teatro y verlas escenificadas, y creo que de una forma bastante bella y poética y bien hecha, ves que es muy difícil ponerle palabras a ciertas temáticas, a ciertas situaciones y emociones. Y el hecho de que se haga de esta forma, siento que es muy sanador para todos, para los que lo hacemos y para el que quizás está pasando por una similar y creo que en este caso se ofrece un camino, digamos, esta cosa de poder levantar la mano y pedir ayuda y ver esa luz al final del túnel totalmente me parece bastante esperanzador para todos
Definitivamente es una experiencia única.
A mí me pasa que me siento muy pleno haciendo teatro musical. En alguna ocasión he hecho alguna película, cosas en tele… Y me encanta y lo disfruto, pero hay algo que se me queda, se me queda como cojo, como que bueno, ok, pero ¿cuándo canto? ¿Cuándo puedo sentirme así de pleno? Como me siento cuando cuando, no sé, cuando canto, soy real en el tercer piso con la banda de ocho músicos y la platea iluminada. Digo, hay algo de eso que es medio adictivo.
¿Qué opinas de los musicales que están haciendo furor hoy en día?
Creo que también hay algo de esta última camada de musicales que se fueron como transformando y enfocando a historias más cercanas y en donde realmente la música entra en momentos cruciales y orgánicos. Sí, hay algo creo que de esta temática en particular, de la salud mental, que está muy en la mesa y la gente está necesitando, todos necesitamos. Que no sé si que se nos haga la vida un poquito más fácil, pero que nos hablen más directamente, que nos digan “che está todo bien, te puede pasar esto, una lloradita y a seguir”.
Me parece súper interesante que la industria argentina adopte los musicales de mediano formato. son como un equilibrio bastante bueno y económicamente viable para poder sostener. Y las grandes producciones quedaron para mercados con mayor demanda y oferta y cantidad de espectadores que pueden sostenerlos. En ese sentido, para mí España y Argentina se me complementan y cada tanto cuando puedo ir eligiendo y armando dónde estar y qué hacer. Siento que es bastante ideal y que soy bastante afortunado de poder hacerlo.
¿Tenés algún pendiente que decís este quiero hacerlo algún día, este musical?
Sabés que tuve la gran suerte de poder ir concretando muchos que deseaba y que no sabía que deseaba. Después de haber hecho Los Miserables, West Side Story, ir a hacer El Fantasma de la Ópera ahora… siento que ahí ya completé la trilogía de los megaclásicos. Después de haber hecho Despertar de primavera dos veces en dos idiomas, Casi normales en España y en Argentina, ahora coronar todo esto con Querido Evan siento que soy un afortunado de la vida y de ambos universos, el clásico y el contemporáneo, como que pude tocar en ambos lugares.
Si tuviese que elegir ahora algo, me encantaría volver a hacer un Sondheim, que acá lo toqué un poquito y ya me fui a España, que fue Sweeney Todd. Hay uno en particular que es Sunday In the Park with George, que me seduce mucho y que lo pienso en este formato inmersivo que pude descubrir desde la producción el año pasado en Barcelona con el Next to Normal, que siento que puede ser súper interesante y me seduce a mí mucho ese viaje de ese rol en particular.
¿Y te gustaría explorar un poco lo que es detrás del escenario?
Bueno, de hecho, empecé a hacerlo. Tengo mi productora en España, con la cual hicimos Next to Normal Inmersive. Me encanta pero me quedo en el escenario, aunque es lindo descubrir la misma experiencia desde otro punto de vista y te diría que también la adaptación forma parte de esa periferia nueva. Querido Evan es la tercera o la cuarta obra que adapto y es súper interesante esa forma de desentrañar el material y de profundizar y de descubrir. Y es muy loco porque revisitás el material muchas veces y cuando ves que hay algo que ya lo analizaste 45 mil veces y te sigue emocionando, es como una comprobación de que el material es sólido y te sigue inspirando a seguir haciendo y a seguir buscando esa línea, esa palabra que hace un mes y medio no encontrás.
Obvio te tengo que preguntar ahora para cerrar: te vas a España a hacer mi obra favorita. ¿Cómo llegó ese proyecto? A Jero yo lo vi en Londres, increíble, pero vos tenés mi personaje favorito.
Para mí hay algo de Raoul que… o sea, todavía el guion está en periodo de adaptación, aún yo no lo tengo, o sea que no lo estoy estudiando digamos, no lo estoy incorporando. Pero de las veces que la vi (la vi acá en Buenos Aires hace muchos años, la vi en Londres) hay algo del rol que a mí me gustaría poder transformar, me gustaría poder generar mayor empatía con ese rol. Hay algo de lo aristocrático que siempre genera como distancia, hay algo de la inocencia y de la juventud que creo que puede estar más al servicio de esa empatía que siento que a veces le faltó a ese rol.
Me encanta, porque es muy genuino aparte lo que siente Raoul.
En este caso, como es una producción nueva -que de hecho se está haciendo ahora un test market en Milán con la producción que vamos a hacer en cuanto a puesta en escena, a escenografía, vestuario-, pero la obra es la misma visualmente. Siento que es una buena oportunidad para cambiar un poquito el enfoque y ver qué pasa.
¿Conocés a todas las personas con las que vas a estar trabajando?
A la gran mayoría.
¿Ya trabajaste? No sé quién va a ser tu Christine.
Es una chica que se llama Talía del Val, que fue mi Cossette (NdR: en Los Miserables) hace 15 años y también fue mi María en West Side Story, o sea somos familia. Hay algo de este triángulo que se repite de Miserables al Fantasma, habiendo pasado muchos años, que creo que allana muchos caminos y que también habla de una vigencia de los tres como artistas que me emociona. Cómo a lo largo del tiempo los tres pudimos construir cada uno su camino y que esos caminos se vuelvan a cruzar de esta forma tan linda.
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