Until you notice me

“Papá, ¿alguna vez soñaste con tener una vida diferente?” 30 años de A Goofy Movie

“Goofy, la película” estrenó en 1995 sin mucho ruido, pero creció con una generación que la reivindica como su favorita y te contamos por qué.

por | Ago 4, 2025

Si te digo A Goofy Movie y tu cabeza empieza a sonar con “Stand Out”, entonces seguramente sabés de lo que estoy hablando. A Goofy Movie (1995) es mi película favorita de Disney. Esa historia de un papá torpe y su hijo adolescente me acompaña, me define, me conecta con esa parte de mí que sigue siendo un poco Max, un poco Goofy, un poco Roxanne.

La trama es simple: Goofy, preocupado porque su hijo Max está en problemas en la escuela y parece alejarse de él, decide llevarlo de viaje por carretera para reconectar. Pero Max, que acaba de impresionar a Roxanne (la chica que le gusta) fingiendo que va a ir al recital del ídolo pop Powerline, tiene otros planes. Así empieza una aventura llena de enredos, canciones inolvidables y momentos emotivos, donde ambos descubren que crecer —y dejar crecer al otro— es la mejor forma de amor.

Max es un chico (¿perro?) que no se siente cómodo en su piel, que quiere ser algo más que el hijo de Goofy. Quien haya crecido buscando un lugar en el mundo sabe de qué hablo: no querés escapar de tu familia, sino encontrar tu propio camino, el que te haga sentir más vos.

Y es ahí donde A Goofy Movie nos toca más de cerca a todos los millennials: porque si bien Max quiere ser visto, lo que realmente está buscando es libertad personal. Quiere ser más que ese con la cara de su papá. Y es que todos, en algún momento, necesitamos eso, ¿no? El espacio para ser quienes realmente somos.

Directo al corazón

La magia de A Goofy Movie está en cómo crece Max, pero también cómo lo hace Goofy. El amor entre padre e hijo, tan imperfecto como cualquier relación real, siempre me hizo pensar en cuán importante es tener a tus lazos (ya sea tu familia, tus amigos) cerca, apoyándote, llenándote con esa sensación de que, incluso cuando no te entienden, el amor está igual.

Esto de lo que hablo no puedo pensarlo sin que se me venga a la cabeza la escena de la sopa de letras cuando Max escribe “dad” —tan simple pero tan real y hermosa— o cuando cantan “Nobody Else But You”, una canción que todavía hoy me hace llorar tanto en español como en inglés, porque te recuerda que, por más diferencias que haya, a veces no hay nadie en el mundo que te entienda tanto como alguien que te ama tal cual sos.

A Goofy Movie se estrenó en abril de 1995 sin demasiado ruido: no tuvo un lanzamiento mundial espectacular como otras producciones de Disney de la época. De hecho, fue recibida de forma tibia por la crítica, y muchos la consideraban “una película menor”. Pero con el paso del tiempo se convirtió en un fenómeno de culto.

Fue en VHS y luego en Disney Channel donde encontró su verdadero hogar. En 2020, durante la pandemia, volvió a posicionarse como una de las películas más vistas del catálogo clásico en Disney+, y hoy —30 años después de su estreno— se hacen proyecciones especiales en cines. Además de remeras, vinilos y muchísimas formas en las que Disney celebró el aniversario, con posteos y merch oficial en parques. Porque A Goofy Movie no fue una moda: fue una semilla que creció con nosotros.

Los amigos de Max también quedaron como íconos: Roxanne, la enamorada (mi pelirroja favorita); P.J., el amigo leal, tímido pero siempre presente; y Bobby, el rey del queso derretido. Todos tenían algo reconocible, algo de la escuela, algo de la vida real.

Crecer juntos

Ver la peli tantos años después —sobre todo como adulta— te recuerda que todos quisimos escaparnos a un recital a miles de kilómetros de casa. Todos soñamos con plantarnos frente al mundo y decir: mirá lo que puedo hacer cuando me la juego

No hay forma de no pensar automáticamente en Powerline, el artista más icónico de todo el universo Disney. Aunque aparece poco en la película, Powerline se convirtió en una estrella pop inmortal. Con “I 2 I” y “Stand Out” todavía metidas en playlists, aún 30 años después seguimos esperando su disco y su tour mundial.

Porque sí: A Goofy Movie es divertida, pero también es profunda. Es colorida, pero también real. Tiene animación noventosa, soundtrack perfecto y un corazón que late fuerte. Tiene esa chispa Disney que sabe hacerte reír, pero también abrazarte por dentro.

Así que celebro estos 30 años con una sonrisa nostálgica, llena de cariño. Porque lo que esa película me dio no se desvanece: se guarda en un rincón especial del corazón, y cada vez que la veo, siento que el tiempo no pasa. Que sigo siendo un poquito Max, un poquito Goofy, un poquito yo, y que la magia sigue ahí, más viva que nunca.

A Goofy Movie me enseñó que no importa cuán grande sea el viaje, siempre volvemos a casa, a ese amor incondicional, aunque se deforme, aunque sea imperfecto. Treinta años después, esa historia me sigue diciendo que el amor no tiene que ser perfecto para ser genuino. Y eso, para mí, es lo que realmente importa.

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Euge Capisce

Si no estoy trabajando en un show de música, me encontrás con un té en la mano maratoneando una serie o leyendo un libro.