Como hizo con distintos organismos, y en una nueva muestra de su improvisación en la materia, el Gobierno amenaza con el cierre de Cine Ar, la plataforma y el canal dedicado íntegramente al cine argentino. Hiere así de gravedad el principal canal de difusión de producción nacional, que de no contar con esta ventana de exhibición quedaría condicionada al lugar que le brinden las señales del sector privado.
En ese mismo movimiento, la gestión del INCAA sume en la incertidumbre a lo que queda del grupo de trabajadores dedicados a sostener la plataforma. Un espacio que es material de consulta no solo del público ávido de la oferta local sino de periodistas, críticos, artistas y el mercado audiovisual en general.
Pero el Gobierno avanza contra Cine Ar como lo hizo con todo: a los ponchazos y de manera improvisada, con más amenazas que certezas. El INTA, el INTI, Aerolíneas Argentinas, Télam, el propio INCAA: organismos que fueron vaciados pero no eliminados, por los que la administración libertaria recibió fallos adversos de la Justicia y sobre los cuales “vende” más cierres de los que efectivamente se instrumentaron.
En lo concreto, la gestión del INCAA a cargo de Carlos Pirovano, anunció el último mes de manera interna el vaciamiento de Cine Ar TV, aunque no hay fecha ni precisiones: no se sabe si efectivamente la señal dejará de transmitir ni sus trabajadores tienen información concreta sobre cuándo cesarían sus funciones.
Incluso el gerente general de Cine Ar, Carlos Vargas Equinoa, dio a entender que se considera que la plataforma Cine.Ar Play siga por lo menos durante 6 meses más bajo la órbita del INCAA. Los planes del Gobierno, no explicitados del todo, apuntan a un cierre de la señal de TV y a una eventual privatización del servicio de streaming.
Sin objetivos claros
¿Cuántos trabajadores están destinados a esa tarea? Según el relevamiento hecho por Otros Cines, solo hay diez personas asignadas para administrar ambas señales, cinco de planta permanente y cinco bajo el régimen de contratos temporales. Después del ataque frontal al INCAA del año pasado, el Gobierno quiere aplicar la motosierra sobre este puñado de puestos de trabajo.
Creada en 2015, la plataforma de Cine Ar tiene actualmente más de 2,6 millones de usuarios registrados en la Argentina y en el exterior.
De concretarse, el cierre de la plataforma significará la pérdida del único servicio de streaming gratuito de cine nacional. El daño es doble porque es cultural y económico: impide el acceso libre a nuestro cine desde cualquier rincón del país y arroja más trabajadores fuera del sistema en momentos de retracción e incertidumbre económica.
La resistencia
Las asociaciones que integran el Espacio Audiovisual Nacional (EAN), entre las cuales están Argentores, Asociación de Productores/as Independientes de Medios Audiovisuales (APIMA) y el Colectivo de Cineastas (CAC), entre otras, advirtieron que
“en un contexto en el que las salas están monopolizadas por producciones internacionales, cerrar y privatizar estos espacios significa literalmente la negación de la diversa producción audiovisual nacional y el acceso a nuestra cultura por parte de la sociedad”
Por eso el sector audiovisual argentino se moviliza este martes a las 16.30 en las puertas del INCAA, en Lima 319 de la ciudad de Buenos Aires, para manifestarse en defensa de Cine Ar y del propio organismo.
“Basta Pirovano. Cumpla las funciones que la ley le asigna, si no está dispuesto a promover el cine argentino, a resguardar nuestro patrimonio audiovisual y a garantizar el acceso a los bienes culturales a toda la población, entonces dé un paso al costado”, reclamó EAN.
En virtud de los últimos resultados de las urnas, el Gobierno ya no cuenta con el apoyo necesario para seguir con la motosierra, y mucho menos cuando hay otra campaña en marcha para las elecciones legislativas del 26 de octubre. Pero el escenario sigue siendo abierto.
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