Gaming 101

Videojuegos en 2025: introducción a los peores problemas y los mejores juegos

Un pantallazo al panorama de e la industria del gaming, que oscila entre excelentes lanzamientos y pésimas noticias.

por | Ago 12, 2025

Para muchos los videojuegos son una cosa de chicos, más parecidos a un juguete que a un arte. Para otros, son solo un juego, como el FIFA (ahora EA FC) o el Call of Duty. Algunos no se dan cuenta que son gamers diarios con sus smartphones. Así y todo, la industria del gaming es la más grande del entretenimiento. En 2024 tuvo ganancias por 187,7 mil millones de dólares. En comparación, la taquilla total de cines del mismo año fue de unos 30 mil millones.

Como parte de la cultura pop, los videojuegos suelen ser al mismo tiempo obra de arte y producto. Un cruce entre arte y consumo. Esto nos permite usar algunos datos para analizar la industria. Principalmente, saber que el segmento de personas que juegan en PC y consolas es menor que el que juega en dispositivos móviles pero es el que más dinero mueve y, por lo tanto, del que más nos vamos a ocupar.

También hay que saber que, a diferencia del audiovisual, el gaming es un fenómeno de producción global y, por lo tanto, cada región juega su rol en los problemas y avances de la industria. Además, hay una diferencia entre quienes solo desarrollan juegos (third parties) y los que también fabrican el hardware para jugarlos (first parties).

De Japón para el mundo

La favorita de los argentinos, la Play, viene siendo reflejo de que la industria está en una crisis de sustentabilidad. La estrategia de Sony durante la última década, que apostó a juegos de gran presupuesto (que tardan muchos años en desarrollarse) y a desarrollar más de una decena de juegos como servicio (tipo Fortnite), ya no va más.

PlayStation ahora apunta a reenfocarse en juegos con mayor variedad de tamaño y a ser más flexible sobre en qué plataformas están disponibles. Esto sin dejar de lado que su consola es la reina de la alta tecnología. Su objetivo de ofrecer un producto premium sin resignar ventas está lejos de morir.

Nintendo le encontró la vuelta hace tiempo, pero tiene sus propios desafíos. En junio lanzó la Nintendo Switch 2, la sucesora de la consola más exitosa de su historia (153 millones de unidades en ocho años). Amparados en esta estrategia de desarrollar juegos a distintos presupuestos que se lanzan de forma periódica y en general con buen recibimiento, fueron los primeros en llevar el precio de los más caros a 80 dólares. Ahora tienen que demostrar que sus juegos valen eso y que sus obsesiones (como las Game Key Cards o su estrategia de comunicación) no van a alienar a un público que cada vez piensa más en cómo gasta su dinero para entretenerse.

Otros third parties japoneses plantean sus propias soluciones para estos problemas y se puede ver con algunos ejemplos. Capcom apostó todo a su motor de desarrollo RE Engine que, desde 2017 le permite tener casi todos los años un juego bien recibido de alguna de sus franquicias: Resident Evil, Monster Hunter y Street Fighter hoy están en su mejor momento en décadas.

Sega exprime cada centavo de Sonic y aprovecha para darle lugar a estudios como Atlus (creadores de la saga Persona) o Ryu Ga Gotoku (desarrolladores de Like a Dragon, Yakuza y Virtua Fighter) que no paran de sumar fanáticos. Square Enix se aleja de las exclusividades con Sony, promete que Final Fantasy será cada vez más multiplataforma y revive el amor por los RPG clásicos con sus “HD-2D”.

FromSoftware creó su propio género, los “souls”, y la mirada del mundo gamer siempre está puesta en cuál será su próxima evolución o reinvención. Hasta Konami resurgió de su locura anti gaming y está reviviendo sus sagas icónicas como Metal Gear Solid y Silent Hill.

Occidente corre detrás

Xbox quedó muy atrás en la carrera del hardware contra Japón y, a pesar de asegurar que seguirán fabricando consolas, el partnership con Asus para crear su propia PC Handheld (consolas portátiles caras y poderosas) apuntan a una estrategia con énfasis en el software.

Foto de somosxbox.com

El amesetamiento de Game Pass, un servicio de suscripción que prometía ser el Netflix del gaming, llevó a Xbox a lanzar sus juegos en PlayStation para maximizar ganancias. A pesar de algunos grandes trabajos de Bethesda Softworks el último año y buenas decisiones de Xbox como publisher (compañía que distribuye y promociona un juego), la cara de la compañía está en uno de sus peores momentos.

La compra de Activision Blizzard (la adquisición más cara en la historia del entretenimiento) y la inversión de Microsoft en inteligencia artificial llevó a miles de despidos en todos los rincones de Xbox. La cantidad de estudios cerrados, juegos cancelados, veteranos de la industria malgastados y trabajadores desempleados ponen en duda que cualquier estrategia de venta se sostenga si los juegos no están.

Ubisoft, Warner Bros. Games y Electronic Arts (EA) son también ejemplos de third parties occidentales donde la codicia de sus ejecutivos e inversores obstaculiza el futuro de algunas de las franquicias históricas del gaming. Por cada grupo de grandes juegos parece llegar la noticia de más cierres o despidos o de un estrepitoso fracaso porque a alguien se le ocurrió que este seguro era el próximo Fortnite. Aun así, uno no puede dejar de observar los grandes juegos de los últimos años y sentir algo de esperanza.

Un pantallazo necesario

Solo desde 2023 para acá, PlayStation le peleó el reinado de los plataformeros a Nintendo con Astrobot (2024). Nintendo ahora reclamó el trono con Donkey Kong Bananza, pero ya venía de éxitos como The Legend of Zelda: Tears of The Kingdom (2023) y Super Mario Bros. Wonder (2023) entre otros.

Xbox sorprendió con el excelente Indiana Jones and The Great Circle (2024). Estudios como Remedy, con Alan Wake 2 (2023), o Larian, con Baldur’s Gate 3 (2023), apuntaron que hay valor en la creatividad sin límites corporativos. EA se destacó con apuestas como Split Fiction (2025) y el compromiso de Star Wars Jedi y Ubisoft con Prince of Persia: The Lost Crown (2024).

Capcom trajo Resident Evil 4 Remake (2023) y Sega hizo Metaphor Re:Fantazio (2024). Los juegos de pelea viven su mejor momento en años. Hideo Kojima hace de las suyas con Death Stranding 2 (2025). La gran sorpresa de 2025 es un excelente RPG frances llamado Clair Obscur: Expedition 33 (2025). Indies disruptivos llegan al mainstream como Balatro (2024), Dredge (2023), Animal Well (2024), UFO 50 (2024) y Blue Prince (2025).

Estas palabras son solo un pantallazo superficial al momento que vive una industria del entretenimiento joven pero gigantesca. No ahondamos en el crecimiento de los usuarios de PC, la incursión de China, el peso de la burbuja pandémica, la inflación y los aranceles de Donald Trump, los conflictos propios del mundo mobile, el futuro del medio físico contra la biblioteca digital, la sindicalización o la obsesión con los juegos como servicio.

Aun así, creo que este panorama permite una síntesis. La industria de los videojuegos es un fenómeno de cultura pop y por lo tanto es un proceso creativo monetizable. El proceso creativo está en uno de los mejores momentos de su historia. Aquellos encargados de monetizarlo tienen la responsabilidad de hacerlo en base a un modelo sostenible en el tiempo.

No todos lo asumen y será parte de estas columnas marcarlos. Pero también lo será destacar cuándo está a nuestro alcance aquel momento precioso en el que un videojuego te transporta a un mundo completamente diferente, lleno de emociones y sensaciones que, a veces, solo el gaming te puede dar.

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Notas Relacionadas

Videojuegos en 2025: introducción a los peores problemas y los mejores juegos

Un pantallazo al panorama de e la industria del gaming, que oscila entre excelentes lanzamientos y pésimas noticias.