Wentworth Miller, conocido por su papel en la mega exitosa Prison Break (2005- 2017), es mucho más que una cara bonita que sabe escapar de la cárcel. En estos párrafos vamos a explorar un poco su carrera pero, sobre todo, el gran legado que van a dejar sus reflexiones sobre la salud mental.

Donde comenzó todo 

Went nació el 2 de Junio de 1972 en Chipping Norton, Oxfordshire, un condado rural del sur de Inglaterra. Sin embargo, se mudó junto a su familia a Brooklyn, New York, cuando tenía tan solo un año, por lo que se considera 100% norteamericano. Le debe su nombre al Capitán Wentworth, el personaje de Persuasion que es el interés romántico de la protagonista en la novela de Jane Austen. También lo comparte con su padre y abuelo, ya que el homenaje fue originalmente idea de su bisabuela.

Es graduado de Princeton, donde obtuvo un título de licenciado en literatura inglesa. En su alma mater también fue miembro del coro a capella Princeton Tigertones, donde demostró el talento que tiene para el canto. Con una simple búsqueda en internet es fácil encontrar videos de esta época que demuestran su gran voz. Finalizada la universidad, se mudó a Los Angeles para cumplir su sueño de ser actor. Y su vida cambió para siempre.

Ready set go 

Su primer trabajo fue en Buffy the Vampire Slayer (1997-2003), donde interpretó al nadador y también monstruo marino Gage Petronzi en el vigésimo episodio de la segunda temporada, Go Fish (1998). A eso le siguió un papel en The Human Stain (2003), protagonizada por Anthony Hopkins y Nicole Kidman. Trabajó intensamente para este rol no solo aprendiendo a imitar a Hopkins, a quien interpreta en su versión joven, sino que también se preparó durante meses tomando clases de boxeo. 

En 2005, Miller consiguió el papel de Michael Scofield en Prison Break, la icónica serie de Fox en la que interpreta a un hombre con un gran y complejo plan para ayudar a su hermano, Lincoln Burrows (Dominic Purcell), a escapar de la cárcel. Ese mismo año fue nominado al Globo de Oro a Mejor Actor por este papel, al cual en 2017 volvió a dar piel en una quinta temporada sorpresa. 

Wentworth también es un gran escritor. En 2010 presentó Stoker bajo el seudónimo Ted Foulke, decisión que tomó ya que quería que el texto funcione sin estar atado al nombre de alguien famoso. Nicole Kidman, Mia Wasikowska y Matthew Goode le dieron vida a una adaptación de Park Chan-Wook que pasó sin pena ni gloria, pero que con los años ha logrado captar a un número de fans fieles.

Tras casi siete años sin que veamos al actor regularmente en cine o televisión, volvió en 2015 con el papel de Leonard Snart, el Captain Cold de The Flash (2014-2023) quien después pasaría a formar parte del elenco principal de DC’s Legends of Tomorrow (2016-2022). El papel lo llevó a reencontrarse con Dominic Purcell, haciendo que muchos fans de la dupla vean la serie. Curiosamente con este personaje ganó en 2015 el Saturn Award, el mismo premio que perdió diez años antes cuando estuvo nominado por Prison Break.

Todo Un ejemplo

Hace un par de años dio una conferencia en la Universidad de Oxford que se convirtió en una masterclass sobre humanidad. La salud mental, el amor y la actuación fueron solo algunos de los tópicos que rozó y que, gracias a sus palabras, ayudaron y todavía ayudan a miles de personas que hoy día se topan con los videos de esa charla.

Según Wentworth, la popularidad de Prison Break se debe a la complejidad de Michael. “Es un sobreviviente, alguien que estuvo bajo circunstancias extremas. Ver su viaje es algo inspirador y cada uno puede verse reflejado de su propia manera. Sin dudas yo me vi reflejado”, cuenta conmovido.

“Me parece que hay mucha presión para la gente sobre qué es (la felicidad) y cómo alcanzarla. Para mí no es una meta realista. Me enfoco en estar contento, y si tengo la suerte de experimentar felicidad – genial. Una de las cosas que comencé a hacer es prestar atención en los momentos de disfrute, porque van y vienen muy rápido. ¿Dónde estaba? ¿Qué música estaba escuchando? ¿Con quien estaba? ¿Qué estaba comiendo? Son cosas que me parece importante notar, para que cuando estas pasando un mal momento – cuando no estás en un momento de felicidad- podes volver a ellas y usarlas como herramientas”.

OXFORD BOY 

Después de que hicieron un meme viral con su imagen cuando subió de peso, contó que por el bullying y la homofobia tuvo varios intentos de suicidio. En su constante y larga lucha contra la depresión, siempre se toma un momento para reflexionar y ayudar a quien lo necesite.

“La depresión no es algo definible, no le quiero asignar un nombre porque es algo diferente y personal para cada persona que lo transita. A veces es biológico, a veces químico, a veces puede ser social. Lo que sí me gustaría decir es que la expresión es vital. Tener dónde volcar lo que se está cocinando dentro tuyo, tu enojo, tu miedo, tu culpa, tu vergüenza, encontrar formas de sacar todo eso afuera. Tal vez es en un papel, tal vez es en un bastidor, tal vez sea saliendo a correr por el barrio – es importante tener un medio para sacar todo eso afuera.”

“También me parece muy importante el auto cuidado. Momentos en los que me aseguro de estar vibrando en la frecuencia correcta. Tal vez la respuesta sea quemando incienso, salir a cenar con amigos, tomar un baño de burbujas – hacer cosas por mí y para mí que son pequeñas, realizables, asequibles, que me cuidan y me nutren. Creo que a veces nos descuidamos, nos enfocamos en lo externo, pero hay cosas aquí (en el pecho) que necesitan atención.”

Sin pelos en la lengua a la hora de hablar sobre sus métodos para combatir la depresión, Wentworth continuó:

“Otra cosa que haría es asegurarme de hablarme a mí mismo de una forma amorosa y accesible. Tuve y tengo muy hermosas amistades: soy un muy buen amigo, y cuando un amigo está en crisis sé cómo estar ahí para ellos, cómo crear un espacio de amor y contención. Un espacio que sea de apoyo. Tal vez sea con un abrazo, tal vez sea sosteniendo su mano, tal vez sea solo escuchando. Sé cómo hacer eso para un amigo. Me di cuenta que cuando estoy en crisis, cuando “la cagué”, mi primer pensamiento es “pedazo de idiota, por supuesto que la cagaste, ¿qué esperabas?”.

“Si le hablara a mis amigos como solía hablarme a mi mismo, no tendría ningún amigo. Así que comencé a prestar atención a cómo me hablaba, tanto en voz alta como en mi cabeza. En tu mente es una conversación mucho más difícil, pero con trabajo podés controlar las palabras que se forman en tus pensamientos y en tu boca. Es por eso que personalmente – y también lo recomiendo- siempre me fijo que lo que digo salga desde el amor. Comencemos el trabajo de ser nuestros propios amigos”.