Según sus propias palabras, una de las principales preocupaciones de Will Smith luego del resonante episodio denominado “Slapgate” acontecido en los premios Oscar -cuando le dio un cachetazo a Chris Rock en plena ceremonia- era la del futuro de Emancipation (2022), la película que ya se encuentra disponible en Apple TV+ que él mismo produce y protagoniza. Luego de algunos retrasos en su desembarco a la plataforma por motivos que prefirieron resguardarse, finalmente la biopic de Antoine Fuqua se estrenó en diciembre, en el inicio de la temporada de premiaciones, y marcó el regreso del último ganador del Oscar a las pantallas tras el éxito que le significó King Richard (2021).
A diferencia de aquella película biográfica, Emancipation se entrega a la desmesura desde todos sus frentes, tanto así que incluso no se siente un largometraje de Fuqua, un realizador con buen pulso para los momentos de adrenalina pero quien también sabe cuándo replegarse para no verse avasallado por su propia criatura, como hemos podido ver en Training Day (2001) y Southpaw (2015), donde había margen para secuencias más sobrias dentro del bullicio.
Emancipation siempre fue un proyecto muy personal para Smith, el mismo actor que rechazó protagonizar Django Unchained (2012) por diferencias creativas con Quentin Tarantino respecto a cómo el cineasta retrataba la esclavitud (a Smith no le agradaba estar en una “revenge movie“, de acuerdo a sus declaraciones). Por lo tanto, era esperable que, llegado el momento de personificar a un esclavo que atravesó un crudo derrotero, el actor quisiera hacerlo en una película solemne, en la vereda opuesta de lo que hizo Quentin (“mostrar violencia solo genera más violencia y yo quería que el eje fuera la historia de amor”, había expresado Smith sobre sus discrepancias respecto al approach de Django Unchained).
Sin embargo, podríamos argumentar que, para narrar un relato que parte de una historia cruenta y que éste deje una huella indeleble, no es necesario apelar al golpe bajo constante ni tampoco abusar de secuencias donde prima la humillación, lo aberrante, lo más abyecto del ser humano. Emancipation no elude nada de ello. Por el contrario, en ocasiones remite a The Revenant (2015) de Alejandro González Iñárritu en su forma de poner el foco en ese tortuoso y largo viaje que emprende Peter (Gordon, en la vida real, interpretado por Smith), un esclavo que en 1863 fue separado de su familia para trabajar en una construcción bajo la estricta supervisación de Jim Fassel (Ben Foster).
Con el tiempo, y gracias a una imagen brutal de su espalda herida por los latigazos recibidos por años, se conocería que Peter fue un verdadero resiliente, un hombre que logra escapar de Fassel y de quienes trabajan para él porque escucha que el fin de la esclavitud está cada vez más cerca y junta coraje para enfrentar una odisea.
Sueños de libertad
Luego de una intro en la que se explica el contexto, Emancipation toma envión cuando su protagonista logra huir de ese séquito que lo tortura y emprende ese camino extenuante y plagado de amenazas, desde el propio Fassel que no se rinde hasta encontrarlo ante lo impiadoso del entorno: una Luisana que deberá atravesar con sus pantanos, insectos, humedad aplastante y caimanes alertas que devoran todo a su paso. En esas secuencias, el guion de William N. Collage se vuelve extremadamente ampuloso (no faltan los monólogos dramáticos del caso), en sintonía con la actuación de Smith, quien está más cerca de la caricatura que de una interpretación más humana del hombre que hoy es un símbolo, una figura digna de admiración y respeto.
Asimismo, aunque Robert Richardson ya ha demostrado ser un excelente director de fotografía (quien ha trabajado con grandes como Martin Scorsese y, curiosamente, Tarantino), la elección del blanco y negro para ciertos pasajes no contribuye a morigerar una pretenciosidad generalizada de la que solo está exento Foster, quien hace todo lo que puede para brindarle matices a un personaje detestable.
Con un presupuesto de 120 millones de dólares y un final pomposo en el que, a pesar de todo, Fuqua saca a relucir su talento para la acción, Emancipation no consigue levantar vuelo cuando se hunde en el tedio y termina contrarrestando su noble objetivo: arrojar luz sobre una hombre que se sobrepuso a lo inimaginable, pero cuyas adversidades se representaron en una película “de mensaje” que no le hace justicia a su lucha incansable.
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