A Val Kilmer lo acabamos de ver en Top Gun: Maverick (2022) en lo que parece ser su despedida de la pantalla grande. Quizás algunos no sepan que uno de los mejores actores de su generación tiene problemas de salud que le impiden hablar y que además hizo un documental contando eso y mucho de su vida. La película se llama Val (2021) y está disponible en la plataforma de Amazon Prime Video.
Una vida delante de una cámara
Pocas veces tenemos la chance de ver toda una vida filmada, como si fuera un detrás de escena de nuestros años felices y de los otros; Val Kilmer tuvo la suerte y la dicha de tener siempre una cámara a mano para dejar documento de todo lo que vivió, desde su infancia soñando con ser actor de cine en un Estados Unidos que hoy nos suena idílico, pasando por una tragedia familiar que marcó el resto de sus días, hasta llegar a las producciones de Hollywood en las que actuó con muchas de las estrellas que aún hoy siguen brillando y su propio presente agridulce. Val actúo con todos, pero también arrastró una reputación de ser difícil para trabajar con la que tuvo que convivir por años.
Los directores del documental son Leo Scott y Ting Poo y tienen un mérito enorme solo por haber visto las más de ochocientas horas de material que tiene Val Kilmer en su haber y además lograr que tenga un tono coherente. En un momento se muestra un depósito lleno de cintas, VHS y distintos formatos que son una delicia para los que amamos los soportes físicos; quizás este documental también sea parte de una realidad que va dejando de existir; con el cambio de paradigma y el movimiento hacia los servicios de streaming ya es casi imposible sentir la textura de los videos que vemos todos los días. Pueden también tomarlo como una despedida a las películas que se podían sentir con las manos.
Fue una tarea titánica lograr que sea una historia coherente, pero el resultado es emocionante porque, es hora de decirlo, Val Kilmer ya casi no puede hablar (aquí lo hace con la voz de su hijo Jack). Un cáncer de garganta le quitó la chance de expresar con palabras sus emociones. Por suerte logró sobrevivir y durante todo el documental podemos ver que lo sigue haciendo con alegría, aunque sea una lucha diaria. Es muy duro ver cómo se esfuerzan todos los días el actor y su familia por mantener la cordura y la elegancia, pero también es inspirador ver que nunca bajó los brazos.
Otra cosa que sugiere el documental es que la tragedia siempre fue parte de la vida de Val Kilmer. Uno de sus hermanos, con los que hacía pequeñas películas en su infancia, murió cuando tenía quince años y fue un golpe del que le costó mucho reponerse. Esta sombra es parte del actor en todo momento, es la contraparte a su cara tan luminosa.
Una carrera destinada al éxito
Pero antes del cáncer hubo una carrera que prometía ser mucho más de lo que terminó siendo. Desde su primer éxito Top Secret (1984), donde demostró que tiene un timing impecable para la comedia, pasando por la Top Gun original de 1986 junto a Tom Cruise, desplegando su carisma casi infinito (y en la que no quería participar, pero la insistencia del director Tony Scott pudo más); hasta el western Tombstone (1993), donde se bancó trabajar al lado de figuras como Kurt Russell, Bill Paxton y Sam Elliot e incluso llegó a opacarlos con su actuación. En todas las primeras producciones en las que participó, su talento y su belleza (no vamos a mentir tampoco, su cara era soñada) hicieron que se presencia fuera notoria y muy aplaudida.
Pero el compromiso casi religioso con los personajes que tomaba llevó a que fuera empezando a tener una reputación de difícil para trabajar. Se cuenta que en The Doors (1991) nunca salía del rol de Jim Morrison, lo que lo llevó a tener problemas con el director Oliver Stone. Y esto se empezó a repetir en las siguientes producciones en las que participó, donde cuestionaba las indicaciones de los directores y de todos los que estaban detrás de cámara. Hasta llegó a tener un apodo: Psycho Kilmer.
Batman Forever y Heat: el comienzo del fin
El actor tuvo la chance de interpretar a uno de los personajes clave de la cultura pop en la tercera entrega de las películas modernas del encapotado: Batman Forever (1995), dirigida por Joel Schumacher. No por nada solo recordamos a los villanos Acertijo y Dos Caras encarnados por Jim Carrey y Tommy Lee Jones. Según cuenta en la película el propio Val, no estuvo tan metido en el papel porque no podía siquiera moverse dentro del traje y se sentía como un maniquí. Esto quizás haya sumado a que su rol como el detective encapotado de Gotham no sea nombrado nunca como uno de las versiones definitivas. Kilmer la hizo casi en piloto automático porque buscaba nuevos desafíos actorales. Cualquier otro hubiera dedicado su vida al rol, pero Val era (es) diferente.
Una de las mejores partes del documental es cuando cuenta que huyó corriendo de Batman para sumergirse al otro día en la filmación de Heat (1995), de la que quería participar sí o sí porque ansiaba trabajar con Robert DeNiro, uno de sus héroes. Es una de las pocas películas (¿quizás la única?) de la que se siente orgulloso. Y lo peor es que, viendo como se desarrolló su carrera después, debe ser su último gran suceso en calidad y taquilla. Era el comienzo del declive de su carrera.
Después de Heat vino The Island of Dr. Moreau (1996), en la que accedió participar porque trabajaría con otro de sus ídolos: Marlon Brando. Pero la filmación fue un desastre, Kilmer chocó mil veces con el director John Frankenheimer, que llegó a decir que jamás volvería a trabajar con él y que odió su ética laboral. Y con Brando tampoco logró conectar, el veterano actor ya vivía en su mundo y no dejaba que nadie entrara en él.
Vinieron más y más películas pero el suceso que todos proyectaron en su figura jamás explotó. En el documental vemos cómo hasta hace unos años, Val se presentaba en convenciones varias para seguir ganándose la vida, aún después de haber sobrevivido al cáncer. Es la parte más triste porque en sus ojos todavía vemos el fuego de la actuación, pero como nunca se dejó arrastrar por la picadora de carne de Hollywood (y también por problemas propios), tuvo que pagar las consecuencias.
Por suerte volvió a las grandes luces con Top Gun: Maverick (2022), donde repite su rol de Tom Iceman Kazansky, pero ahora como jefe, amigo y mentor de Tom Cruise. Habrán notado que habla muy poco durante el filme (y que lo hace gracias a una nueva tecnología); ahora que saben que superó un cáncer de garganta, lo entenderán mucho más. Es una despedida con gloria para una de las promesas de la actuación que brilló tanto y tan rápido que su figura terminó consumida en su propio fuego y su propia vanidad.
Para tratar de entender el porqué de este cambio tan rotundo en la vida de Val Kilmer, ya pueden ver el documental sobre sus días que se encuentra disponible en Amazon Prime Video. Es ideal para ser testigos del detrás de escena de una vida dedicada al arte de hacer películas.
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