A esta altura, no son pocas las apariciones de Harley Quinn en pantalla, su popularidad escaló al punto de haberla convertido en uno los íconos de DC de estos últimos años. Pero ahí donde las dos versiones de Suicide Squad en cine solo le brindaron un espacio de discutible coprotagonismo, Birds of Prey: And the Fantabulous Emancipation of One Harley Quinn (2020) fue la primer producción en tomar a su versión cinematográfica desde un ángulo diferente, una narradora completamente caótica, pero que por fin mostraba la hilacha del personaje realmente complejo que hay detrás de la llamada Novia del Joker.
La serie animada de Harley Quinn (2019-) nos presenta a su protagonista como la definición del “harta, hermana”. Conciente de los eternos abusos del Joker (Alan Tudyk) y de su propia fama como nada más que su sombra, descartable para él a pesar de sus eternas promesas de amor, Harley (Kaley Cuoco) se encuentra dividida entre querer destruir a su ex y la dependencia que una y otra vez la hace volver a su lado. Ahí entra en escena Poison Ivy (Lake Bell), cuyo activismo ecológico en muchos casos lleva al asesinato en masa. Como su amiga más íntima y oído cansado de escuchar historias sobre el Príncipe Payaso del Crimen y Rey de los Tóxicos, es Ivy quien ayuda a enfocar el enojo de Harley hacia algo productivo: hacerse respetar y conseguir el título de supervillana. ¿Y qué mejor forma de hacerlo que reclutando a sus propio grupo de maleantes esbirros?
Cubriendo las bases
Así como a principios del nuevo milenio, series de Hanna-Barbera como Harvey Birdman: Attorney at Law (2001) tomaban dibujos clásicos del estudio y le daban un humor absurdo -pero claramente adulto-, la serie de Harley se acerca más a ese tipo de propuesta que a animaciones como Family Guy (1999-) o South Park (1997-). Y lo hace aprovechando uno de los puntos más interesantes del lore alrededor del héroe de Ciudad Gótica: su variada troupe de villanos.
Es así que, tomando como modelo el estilo de la serie que dio nacimiento a Harley y una de las mejores adaptaciones del héroe murciélago, personajes que aparecían como el malo de turno en Batman: The Animated Series (1992), pasan a tener más protagonismo y a encontrar su personalidad alrededor de sus particularidades. Clayface (Alan Tudyk), por ejemplo, maleable y capaz de tomar cualquier forma, ahora es un frustrado actor que constantemente encarna distintos y sobreactuados roles, robándose completamente gran parte de sus escenas. El personaje de Bane, por otra parte, está construido alrededor de la polémica interpretación de Tom Hardy en The Dark Knight Rises (2012), copiando su característica voz y no siendo tomado en serio por sus colegas.
El equipo detrás de la serie conoce a su fandom y eso se nota en los variados guiños hacía producciones pasadas de DC, tanto animadas como live action, así como también en las referencias a las polémicas que se dan en las redes sociales. Uno de los mejores gags de la serie llegó a predecir que ciertos fans de un director que ha hecho mucho ruido en la franquicia estos últimos años iban seguramente a quejarse sobre muchos elementos de esta serie sin ni siquiera verla. Por supuesto, no estaban equivocados.
Tu voz me suena
Puede resultar un poco chocante encontrarnos con una Harley sin su característico acento sureño, algo que hasta Margot Robbie replica en su versión en carne y hueso. Pero Kaley Cuoco (The Big Bang Theory), protagonista y productora, logra hacer suyo al personaje y ese detalle pasa pronto al olvido. Esta Harley está completamente desatada y es un placer escucharla derrochar insultos con ferocidad, solo para después recordarnos que en otra vida fue la psiquiatra de renombre Harlene Quinzel, llegando con el tiempo a buscar un punto medio entre las dos.
Merecedor de aplauso también es el trabajo de Alan Tudyk, que ya hace años viene incursionando en distintos roles de actuación de voz como en Rogue One: A Star Wars Story (2016) o Rick and Morty (2015- 2020). Varios actores tuvieron la difícil tarea de llenar los enormes zapatos que Mark Hamill dejó luego de años de darle la voz al Joker, pero Tudyk logra estar a la altura, además de dar vida al multifacético y ya nombrado Clayface y a varios personajes secundarios. Christopher Meloni, conocido por su papel en Law and Order: Special Victims Unit (1999-), acá también encarna un detective, cuestión que ya presenta un humor en sí misma. Pero realmente se destaca su patética versión de un James Gordon completamente desesperado por que Batman (Diedrich Bader) lo valide como su amigo, llevándolo esto al alcoholismo en su momentos más bajos.
El gran abanico de personajes de la serie da lugar a fantásticos cameos, como el Lex Luthor de Giancarlo Esposito (Breaking Bad) que estéticamente parece sacado de Superman: The Animated Series (1996). También se destaca el Robin de Jacob Tremblay (Room), un adolescente completamente decidido a que Harley sea su primera vez. Es decir, su primera némesis en su carrera como superhéroe.
Aprendé a soltar, hermana
Permitiéndole desarrollar su propio canon, la serie da lugar a eventos que definitivamente tienen consecuencias grandes dentro de este universo. Mientras que por un lado tenemos cuestiones más cómicas como que la tierra de origen de Wonder Woman, Themyscira, pase a convertirse en una isla-spa turística, al mismo tiempo la serie se permite tomar decisiones más drásticas, como es el destino de a algún personaje importante o la exposición de identidades secretas de otros. Por supuesto, siempre hay una broma que rompa el hielo, pero el desarrollo de personajes o eventos sí llega a ser lo suficientemente interesante. Ahí se destaca en el crecimiento de una Harley que de a poco llega a comprender que no solo tiene motivaciones propias, sino que estas van más allá de causar terror en Gotham.
Con el Joker fuera de la ecuación, la segunda temporada cumplió con una deuda que la pantalla tenía para con el público hace tiempo, y eso es por fin desarrollar la relación entre Harley y Pamela Isley, sin duda el corazón de la serie. Ivy es, en gran parte de los casos, la inteligencia emocional de su amistad y -eventualmente- la relación romántica entre las dos. Ambos aspectos a apreciar, ya que no siempre hay oportunidades para ver amistades femeninas en este tipo de género, ni hablar de que estas se encuentren bien desarrolladas.
Pero el viaje hacia un aspecto más íntimo se siente completamente natural, permitiéndola evolucionar sin forzarla. Observamos la influencia que ambas tuvieron sobre la vida de la otra, redefiniendo un personaje que -equivocadamente- se solía construir solo alrededor de su relación con el Joker. Harley y Ivy se salvaron mutuamente, conocen las fortalezas y debilidades de la otra, tienen sus choques y reencuentros, y cada paso del camino es un placer de observar. Teniendo en cuenta dónde las dejo el final de la temporada pasada, solo queda por ver hacia dónde irán en un futuro juntas y cuánta destrucción dejarán a su paso, ahora que la tercera temporada de Harley Quinn ya se encuentra disponible en la plataforma de HBO Max.
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