Si bien se perdió la frescura, Naomi Scott impresiona en una secuela mucho más gore y enfocada en el drama de una víctima al borde del colapso mental.

Si bien se perdió la frescura, Naomi Scott impresiona en una secuela mucho más gore y enfocada en el drama de una víctima al borde del colapso mental.
Esta fábula moderna sobre la maternidad, la solidaridad y tolerancia revitaliza la animación digital encontrando inspiración en las pinturas clásicas.
Si bien repite la estructura y no sorprende como su predecesora, esta secuela expande en todas las cosas que hicieron lucirse a la película original.
Demi Moore brilla en esta grotesca sátira en donde el cuerpo de las mujeres es presa y mercancía de una sociedad que idolatra a la juventud y belleza.
Reencontrándose con su guionista histórico, el director griego vuelve a una narrativa más abstracta para contar tres historias sobre la soledad.
De dónde viene esta composición magnética pero desquiciante que busca representar nuestros peores miedos: aquellos que ni siquiera sabemos que tenemos.
Recuperando el ingenio y las risas que logró la original, la secuela amplia este maravilloso mundo sin depender de la nostalgia como único sostén.
Las enormes actuaciones de Penélope Cruz y Luana Giuliani bendicen esta película de Emanuele Crialese, que encuentra un escape en las divas italianas.